El PSOE obtiene la mitad de los votos y el PP acaba con mayoría absoluta

El rigor del sistema electoral se pone reiteradamente en tela de juicio, y no es de extrañar cuando se dan casos como el de Daroca de Rioja, un pequeño municipio de 52 habitantes ubicado a 18 kilómetros de Logroño. A los pies de Moncalvillo.

El pasado Domingo sólo cuatro vecinos se quedaron sin votar. El resto pasaron por las urnas ubicadas en el Ayuntamiento de la localidad para ejercer su derecho con el sistema de elección directa de concejales. Cada votante debía marcar en su papeleta a dos candidatos, en primer y segundo lugar respectivamente. Así, se elegirían los tres concejales que forman su corporación.

La primera curiosidad es que la opciones eran cuatro, pero dos pertenecían al mismo partido, el PP. Por el PSOE se presentaba Manolo Sáinz, ex alcalde de Logroño, por Izquierda Unida Pedro Alonso, natural del pueblo y por el Partido Popular la actual alcaldesa, Maite Álvarez, y su esposo, Antonio Rogelio Vizcaino. Esa desigualdad en las candidaturas, y el azar, es lo que les ha acabado dando la victoria.

Y es que Sáinz (PSOE), obtuvo 24 votos, la alcaldesa popular 17 y, tanto su esposo como el candidato de IU, empataron a 15 votos. Ante esta situación de empate técnico en el tercer concejal, la Junta Electoral realiza un simple sorteo a cara o cruz. Un sorteo en el que resultó agraciado el candidato del PP. De esta forma, Daroca, habiendo elegido por mayoría al candidato socialista, se encuentra con dos concejales del PP y uno del PSOE. Entre los tres tendrán que decidir quién es el alcalde. Echen ustedes las cuentas.

Esta situación ha generado un gran revuelo en este pequeño municipio. Algunos vecinos les acusan de “aprovecharse del desconocimiento de la gente presentando a dos candidatos para doblar posibilidades”. Gran parte de ellos han comenzado a movilizarse ante lo que consideran una “injusticia”. El malestar no es reciente. Hace ya casi dos años el pueblo entero se reunió en una asamblea para aclarar las tensiones que se estaban viviendo. La gran mayoría de ellos llegaron a la conclusión de que era la alcaldesa la que los estaba generando con una actuación “prepotente y alejada de sus vecinos” y así se lo hicieron saber. Hubo propósito de enmienda pero los cambios no se hicieron notables.

Ante la llegada de estos nuevos comicios, había esperanza e incluso hubo celebración al ver los resultados que hacían pensar que podría haber un nuevo alcalde. Pero las reglas electorales y la suerte, han hecho que el pueblo siga en manos de su actual alcaldesa.

Temen además los vecinos que, con su mayoría absoluta, el matrimonio decida acabar con la fórmula de concejo abierto por la que se han regido hasta ahora, dejando así sin voz en la institución a los vecinos. Eso aun está por ver. Lo cierto es que, en Daroca de Rioja, el sistema electoral no ha dejado a los vecinos mostrar su voluntad.