La cirugía del miedo

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Entre 10 y 15 pacientes fallecen en las 3.000 intervenciones de 'by pass' gástrico o reducción de estómago que se realizan cada año en nuestro país, mientras que sólo muere un paciente de los entre 1.500 y 2.000 que se someten a una operación de banda gástrica, según el cirujano Miguel Ángel Escartí, coordinador médico de Intraobes, centro especializado en el tratamiento de la obesidad.

El doctor Escartí explicó en referencia a los últimos casos de muertes de pacientes durante operaciones gástricas -una mujer por 'by pass' gástrico y otra por banda- que todos los pacientes son “bien informados” sobre los riesgos de la cirugía a la que van a someterse.

Sin embargo, a su juicio, en la sanidad pública al paciente con problemas de obesidad “no se le habla” de la posibilidad de someterse a una banda gástrica en lugar de un 'by pass' a pesar de ser “una técnica más segura para el paciente y más barata”, porque estos hospitales carecen del equipo de psicólogos y nutricionistas que el paciente necesitará tras la operación para mantener el peso.

“La banda gástrica es más segura que el 'by pass' gástrico para el paciente, se puede quitar y tiene 50 veces menos mortalidad: mientras que el 'by pass' tiene entre el 2 y el 3 por ciento, la banda tiene un 0,05 por ciento de mortalidad, es decir, sólo se produce una muerte por cada 2.000 casos”, explicó.

El experto insistió en que para el paciente con problemas de obesidad la operación para implantar una banda gástrica “tiene la misma mortalidad que una operación de apendicitis y la mitad que operarse de la vesícula” y que esta técnica es “la mitad de cara”.

OPCIÓN PRIVADA

Sin embargo, a juicio del cirujano, en la sanidad pública la técnica de la banda gástrica “no se nombra como una opción” porque estos centros “carecen de equipos multidisciplinares en su mayoría”. “Estos equipos trabajan sobre todo en la sanidad privada. Salvo casos como el del Hospital Ramón y Cajal o el Virgen de las Nieves en Granada, los centros públicos con este servicio son pocos”, indicó.

Además, el doctor Escartí asegura que en la sanidad pública, los pacientes con problemas de obesidad mórbida no pasan a las listas de espera para someterse a una operación gástrica “hasta que su índice de masa corporal supera los 50 kilos por metro cuadrado, a pesar de que con 40 ya es un obeso mórbido de grado tres y que con la masa corporal entre 35 y 40 es uno de grado dos” que empeorará en breve.

“El paciente tiene derecho a elegir el grado de efectividad de la operación a la que va a someterse y su grado de riesgo. En la sanidad privada, le damos a elegir entre todas las técnicas posibles, en la sanidad pública le dicen: 'hay que hacerle un 'by pass y punto', no exponen a estudio todas las técnicas”, aseveró.

En España se practican dos técnicas quirúrgicas para la obesidad, el 'by pass' gástrico o reducción de estómago, que consiste en cortar el estómago hasta dejarlo “del tamaño de un móvil” y dejar un metro de intestino delgado “inutilizado” dentro del estómago, que después se “grapará, para inducir la sensación precoz de saciedad y que el intestino deje de absorber parte de la comida que se ingiere.

La otra técnica es la banda gástrica, que consiste en implantar una prótesis de silicona alrededor del estómago del paciente, por debajo de la piel, con una “anilla” que se puede abrir y cerrar y que permite hacer que el estómago se llene antes o después. Durante el primer año, esta anilla se “ajusta” tres veces hasta obtener “un peso objetivamente estable” y después el paciente es formado en hábitos alimentarios saludables y la anilla de deja abierta de por vida.

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