Una mesa para potenciales escritores, broche final del encuentro de editoriales independientes
En la mañana de este domingo se ha celebrado la última jornada del I Encuentro de Editoriales Independientes, que desde el viernes se ha celebrado en San Millán de la Cogolla, con una mesa redonda orientada a potenciales escritores que han convivido durante estos días con los responsables de la decena de editoriales independientes y en la que han podido conocer algunos de los filtros y criterios que utilizan para seleccionar y publicar un manuscrito.
Este encuentro ha estado organizado por el área de Escritura Creativa del Campus Valle de la Lengua y la Universidad de La Rioja y que se celebra hasta el domingo en San Millán de la Cogolla, enclave considerado “cuna del Español” y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En relación a los requisitos de los manuscritos, tema principal de la última jornada, los editores han coincidido en la importancia de su presentación: “Es clave, la forma de presentarse del autor, es definitiva y definitoria”, ha adelantado Patricia Romero de La Huerta Grande
En la misma línea, Valeria Bergalli, de Minúscula, ha indicado que “solo con leer la carta de presentación del manuscrito ya sabemos que ahí existe un lector atento y sensible”. Y ha ahondado más aportando varias pistas: “Que expliquen el porqué del texto que envían y las inquietudes que les han llevado a crearlo, así como un tono apropiado del mismo que incluya la humildad necesaria para comprender los tiempos y el trabajo de la editorial”.
Del mismo modo que apuntan las recomendaciones para ser seleccionado, identifican las expresiones que pueden generar rechazo como la autoalabanza de la obra o una valoración de la posible repercusión de la publicación en el mercado. “Esto trasciende el cometido del autor que debe centrarse en las características del texto y en su ambición artística”, ha explicado Bergalli.
Por su parte, Juan Casamayor, de Páginas de Espuma, ha reivindicado “hacer las cosas bien, frente a hacerlas todas” como planteamiento válido para un escritor o escritora que quiera ser publicado. “Evitar prácticas como enviar el manuscrito a todas las editoriales frente a hacerlo a la más indicada o especializada y demostrar conocerla bien; corregirlo bien y consultarlo con el entorno. En suma, que el esfuerzo que el escritor pide al editor lo haya ejercido previamente él en su propio manuscrito”, son tareas que facilitarían mucho a los autores la posibilidad de ver publicadas sus creaciones.
En este sentido, Casamayor anima a los escritores a continuar en su ilusión por ser publicados ya que en España se publican 14.000 títulos de ficción al año, “lo que significa que los autores leen y que la demanda está saliendo”.
También han ahondado en la relación autor-editor como una característica inherente a las editoriales independientes. “Es muy importante, es un engranaje que tiene que funcionar, con diferentes estilos y grados de intensidad, pero, como mínimo, sus inicios no deber partir del rechazo”, ha dicho Patricia Romero, enlazando de nuevo con la idea de una buena presentación.
El papel de las pequeñas editoriales frente a las grandes se ha colado continuamente en las diferentes intervenciones discursos. “Las editoriales más pequeñas podemos reparar, más que las grandes, en aquellas obras que merecen la pena”, ha defendido Joaquín Alegre, de Rimpego, una editorial joven, con diez años de existencia y especializada en lo que su responsable denomina ‘creatividad de arraigo’, que son textos basados en temas circunscritos en el territorio, principalmente, guías, turísticas, culturales o patrimoniales.
Juan Casamayor, por su parte, ha apuntado que ambos modelos pueden convivir, aunque sus funciones sean diferentes: “La editorial independiente es la lectora de las grandes editoriales, sin embargo, hay autores que funcionan mejor en las editoriales independientes y si pasan a una editorial comercial, se quedan diluidos”. “Tenemos autores que publican sus novelas en las grandes editoriales pero que prefieren publicar los cuentos con nosotros, lo cual nos fortalece como editorial, pero les beneficia a ellos en el trato cualitativo literario y comercial que hacemos de sus textos, gracias a nuestra especialización”, ha completado.
Finalmente, sobre el encuentro celebrado el fin de semana, todas las editoriales han expresado su oportunidad y necesidad, tanto para que las editoriales contrasten sus problemas del día a día como para que los potenciales autores conozcan y elijan bien la editorial que quieren que les publique sus textos. “Estos encuentros nos sirven como manual de autoayuda porque todos tenemos los mismos problemas, oír los problemas de un compañero es escuchar a tu propio cerebro”, ha dicho Julián Lacalle de la editorial riojana, Pepitas de Calabaza.
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