Vivanco acoge la muestra Vino, Alquimia y Azar, que recrea el Antiguo Egipto

El Museo Dinastía Vivanco, situado en Briones, acoge la exposición “Vino,Alquimia y Azar”, en la que la artista Ana del Castillo plantea un recorrido sensorial, en formato triangular, inspirado en el Antiguo Egipto a través de cincuenta obras pictóricas.

Según ha informado el Museo, en una nota, se trata de un viaje sensorial y evocador en el que se refleja la tradición viticultora ancestral y el sortilegio que lleva a un racimo de uvas a convertirse en vino.

Ana del Castillo huye de las rectificaciones y prefiere la expresividad, la frescura de la impronta inicial, que es la que realmente posee la esencia. Ese es su proceso: la interiorización, para luego reflejar su arte.

Sus obras, creadas íntegramente para esta exposición, compartirán temporalmente espacio en el Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco, con varias pertenecientes a esta cultura y que forman parte de la colección permanente.

Un vaso con la efigie de la diosa Hathor o una estela funeraria dedicada a Horus, ambas piezas datadas hacia el 945-715 a.C, o valiosas esculturas de Osiris y Ushebti, son algunos ejemplos.

La muestra se compone de 50 piezas aunque su artífice prefiere hablar de 49+1: 49 pinturas en acrílico sobre madera y una más, en cera con la técnica del pirograbado -dibujo realizado con una herramienta eléctrica que con calor marca los diferentes trazos- que da cohesión al conjunto.

Las piezas más grandes están dedicadas a temas más trascendentales, a través de figuras de formas fantasmagóricas que transmiten sensaciones: el vino y el amor, como símbolo de unión y brebaje para los enamorados; el vino y las celebraciones -el vino como un lazo de unión invisible entre las personas- y el proceso mágico y la alquimia contenidos en su espíritu.

Los triángulos de mayor tamaño tienen como protagonistas a los dioses Isis, Horus y OsirisPor último, en las pinturas más pequeñas, predominan las viñas, los trabajos de la vendimia, las ofrendas -una lluvia de vino que transmite al espectador experiencias sensoriales.

Se trata de un recorrido pictórico que parte de lo terrenal hacia lo más abstracto, de lo tangible a las ideas, de las pequeñas cosas concretas a los grandes conceptos.

La artista confiesa su pasión por el vino y asegura que decidió mirar hacia esta civilización porque el vino vinculado a Roma y Grecia no contenían el sentido y lo oculto que caracteriza a la civilización del Antiguo Egipto, donde desarrollaron una relación interesante con este producto.