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Miles de jóvenes celebran un macrobotellón en Madrid sin distancias ni mascarillas: “Hay que pasarlo bien”

Macrobotellón en Madrid

Aurora Santos-Olmo

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Miles de jóvenes se han citado la noche de este sábado en el Parque de Berlín de Madrid, donde han celebrado un macrobotellón. “Salíamos de casa y nos lo hemos encontrado”, dicen dos amigas que prefieren no desvelar su nombre y que portan un vaso en su mano, ya integradas en el ambiente. Llegan al parque pasadas las 22 horas. “Nos quedaremos si hay plan”, admiten.

A la entrada al parque de Berlín, a esa hora, los asistentes caminan con bolsas hacia el interior. En una de las puertas, hay una ambulancia del Samur, para atender posibles lesiones. “Vamos para dentro, que están los demás”, dicen cinco amigos que caminan a paso rápido.

Mientras la muchedumbre improvisa una fiesta en el parque, al otro lado se celebra un concierto de Marta Sánchez, en las fiestas del distrito. En las diferentes calles del interior, la música la ponen los asistentes, que, sin mascarillas ni distancias, cantan, saltan y bailan en grupos, equipados con copas, botellas y latas.

“Hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual”, corea un grupo de jóvenes a un lado del parque. “Salta, salta, salta”, jalean otros a un chaval que ha trepado a lo alto de una farola y que decide no obedecer.

“No me parece responsable lo que veo”, dice un chico de 16 años detrás de su mascarilla. “Casi nadie la lleva, pero yo creo que hay que hacerlo”. El joven asegura que ha venido a la cita, que no estaba convocada según explica, “por estar con los amigos”: “No me interesaba venir de fiesta, solo salir con ellos”, apunta.

A su alrededor continúa la música en las voces de los asistentes. “¿Dónde estás? Manda 'ubica' dice una chica al teléfono buscando a sus amigas. No quiere pararse a hablar con elDiario.es ”para no perderlas“.

“Hay que pasarlo bien. Hemos venido a beber y a socializar con la gente”, cuentan Alberto, Jaime y Jorge, de “entre 17 y 18 años”. Los chicos admiten que el ambiente “les parece muy bien”: “Si estás vacunado no debería haber peligro”, apunta Jaime. “Es más si hay COVID, aunque lleves mascarilla va a dar igual, te vas a contagiar igual”, añade Jorge. “Los jóvenes tenemos que divertirnos”, dicen los tres, que no se quedarán más allá de las 03.00 horas: “Ahí ya está muerto esto, solo queda la chusma”, expresan.

Mientras la fiesta continúa dentro, fuera, en la Plaza de la Virgen Guadalupana, a las 23.30 horas, la foto es diferente a la de hace algo más de una hora. Ahora se juntan los que llegan o se van con los que están en el suelo, por golpes en la cabeza o en el cuerpo y con intoxicaciones etílicas. A su alrededor, amigos nerviosos o llorando. En solo hora y media, dice el Samur a este diario, se han atendido decenas de estas intoxicaciones. “Y en un rato, serán centenas”, pronostican observando el panorama.

Además de Samur y Policía Municipal, hay Policía Nacional, que ha venido de apoyo. Estas mismas fuentes policiales cuentan que poco antes de la medianoche, no ha habido multas ni cargas.

“Esto está degradado, han puesto todo perdido”, dice un señor que sube la calle de Marcenado. No es del barrio, “he estado viendo el fútbol”, narra, mientras mira el ambiente, enfadado: “y que esto pase además en pandemia”, incide. “Yo creo que que hayan cerrado las discotecas, ha sido contraproducente y ha traído más esto”, dice Aida, una vecina de la zona. “Esta noche no creo que podamos pegar ojo quienes tenemos las ventanas de nuestros dormitorios cerca de aquí”.

Alrededor del parque hay otros jóvenes a los que no les ha interesado ese plan: “Creo que ahora no es el momento”, apunta Sergio. Ha ido a casa de sus amigos “a tomar algo viendo una peli” y ya se va para casa: “Vivo con mi abuela, no me parece adecuado venirme a un botellón”, dice con su mascarilla puesta.

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