Adiós al último cine del distrito de Salamanca para abrir un supermercado

Tres de la tarde de un martes. En la puerta de los cines Conde Duque Goya toman posiciones una decena de señoras que esperan a que abran. Hace tiempo que las entradas no se venden en las taquillas, pese a la fluida clientela, sino en el bar de dentro: un mostrador donde se compran palomitas, refrescos y tickets. No hay empleados suficientes para cubrir ambos puestos. Al otro lado se asoma una taquillera que tiene los días contados en el trabajo. El cine, el único que queda en todo el distrito de Salamanca, echa el cierre el próximo mes de junio.

Ya no hay marcha atrás. El Pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó este martes el último trámite que avala el cambio de uso del local de la calle Goya, 57, donde se proyectan películas desde los años cuarenta. Los propietarios del edificio, Locales EMA S.L, quieren alquilarlo para uso comercial. Entre los vecinos y algunos trabajadores del cine gana peso la idea de que será un supermercado Aldi. La zona, en pleno barrio de Salamanca, ya tiene varios. En una manzana a la redonda hay un Mercadona y un Carrefour. Los separa 750 metros. Ocho minutos caminando.

El plan especial para trasformar la actividad cultural en comercial se remonta a la etapa de Manuela Carmena. En abril de 2019, pasó el filtro de la Junta de Gobierno y ahora completa su tramitación. De manera que el Gobierno actual, de PP y Ciudadanos, solo ha heredado el expediente y asegura que es “conforme a derecho”. Por eso, el último paso ha recibido el apoyo en Pleno de PP, Ciudadanos y también de Más Madrid. Vox y PSOE han votado en contra.

Los socialistas consideran que clausurar el cine incumple la Ley de Patrimonio Histórico porque el cinematógrafo es de 1920 y la norma protege aquellos anteriores a 1936. Un informe de la Comunidad de Madrid, sin embargo, contradice ese argumento y, basándose en la información de un libro, da otras fechas: “Según consta en la publicación 'Madrid y el Cine. Panorama filmográfico de cien años de historia', el Cine Vergara se inauguró en 1940 con la proyección de la película Gran Hotel”.

Más Madrid ha justificado en varias ocasiones que no tenía más remedio que dar trámite a la petición una vez consumada la desprotección de estos espacios en la ciudad porque lo contrario sería, dicen, “prevaricar”. Una reforma firmada por Alberto Ruiz-Gallardón en 2005 desregularizó los usos y dio soporte legal para cambiarlos. La protección entonces se fue por el sumidero, y tras ella, decenas de cines madrileños. Según el PSOE, el número de salas de proyección en la ciudad ha pasado de 161 a 31 en los últimos 50 años.

“Aquí teníamos los Cid Campeador, los Tívoli, los Benlliure...”, repasa de memoria Lola, una septuagenaria asidua a estas salas, que antaño eran un solo espacio y después se dividieron en tres minisalas. Viene todos los miércoles con una amiga. “Me paso yo a comprar las entradas porque estoy mejor de salud. Me hacen una faena gordísima si cierran. No lo sabía”, cuenta. El fin de este cine obligará a Lola a coger el autobús para desplazarse a otro. En el más cercano, los Renoir Retiro, proyectan películas solo en versión original y eso es una barrera para ella, explica.

Los propietarios del edificio justifican que la propuesta es “mejorar la oferta comercial en beneficio de los vecinos del barrio, dotándolo de una nueva actividad comercial de mediano comercio”. “El incremento de la actividad comercial que generará la actuación se espera que tenga un impacto positivo en el desarrollo económico del barrio”, añade a renglón seguido. Locales EMA S.L tiene alquiladas las salas al grupo Conde Duque, que trabaja con A Contracorriente para hacer la programación. El contrato acababa en marzo pero se ha logrado prorrogar hasta junio.

“¿Otro súper? Vaya, muy elitista para esta zona”, reacciona Carmen, una crítica de arte que se ha parado a mirar la cartelera. “Esto responde solo a necesidades comerciales y si nos quitan la cultura tienen vía libre para manipularnos”, sentencia. Carmen cuenta que vive en un piso de 200 metros cuadrados. Salamanca es el segundo distrito -por detrás de Chamartín- con más renta media por persona de toda la ciudad, 24.433 euros al año.

La demanda del cine no está en cuestión. El concejal del distrito, José Fernández (PP) admitió que los Goya tienen “el mayor grado de ocupación de todo Madrid” y en el PSOE aseguran incluso que con la taquilla que se hace aquí se sostienen las otras dos salas de la misma cadena, los Verdi y los de Santa Engracia. La programación de las salas está a cargo de la productora A Contracorriente Films, que no ha hecho declaraciones a eldiario.es.

“Es un cine de barrio y rentable que llena sus sesiones. Funciona como epicentro de la vida cultural de vecinas y vecinos”, reclama la edil socialista Mercedes González, que ha intentado evitar este desenlace posponiendo su aprobación un mes en la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid.

El Consistorio asegura que ha “mediado con las partes” para facilitar una prórroga del contrato hasta junio. Lo que pase después está en el aire. Fuentes municipales aseguran que la “intención” del grupo Conde Duque es buscar una ubicación próxima para trasladarse dentro del mismo distrito. La taquillera de las salas dice que no tiene constancia de ese cambio de emplazamiento. “No sabemos nada. Solo lo que hemos leído en la prensa. Aquí no nos han informado. No sé qué va a ser de mí ni de mi trabajo. Si nos van a trasladar o si nos vamos a la calle”. Lleva 18 años vendiendo entradas tras este mostrador. El distrito abrirá, para compensar, un cine de verano a partir de julio en el parque Eva Duarte.

“Ahora la gente va al cine a los centros comerciales”, opina la persona que regenta un kiosco a 50 metros del cine. Ángel se ha pasado 50 años de su vida entre periódicos, en un cubículo en medio de la calle Goya. Ha sido testigo, relata, de largas colas en los cines “que ya no se ven” y considera que el barrio “va a ganar con el supermercado”. “Entrará mas gente”, resume. Elena hace tiempo en la puerta del cine y lamenta su cierre porque “era la sala a la que venía de pequeña”. “Es una lástima. Nos quedamos sin cines en Madrid”.