Ataque contra la memoria del poeta antifranquista Marcos Ana en Madrid
La placa dedicada al militante comunista Marcos Ana, colocada en su casa del número 30 de la calle de Narváez (Retiro), ha sido vandalizada con pintura, ha denunciado en redes sociales el Partido Comunista de España, que ha pedido al alcalde -José Luis Martínez-Almeida- que denuncie el ataque y repare el daño.
La asociación que lleva el nombre del poeta ha emitido un comunicado en el que lamenta que “los bárbaros de la extrema derecha han vuelto a ensuciar el nombre de Marcos Ana” y advierte que ha registrado una denuncia en el Ayuntamiento “para que procedan a su restauración inmediata”.
A la vez, la asociación, presidida por el exeurodiputado Willy Meyer, recuerda que “los ataques, daños y destrucción de los símbolos de la memoria histórica y democrática son constantes por parte de la ultraderecha, que aprovecha cualquier circunstancia para la exaltación del odio y la provocación”.
El homenaje de Madrid a Marcos Ana fue inaugurado por el Ayuntamiento en marzo de 2019 y no es la primera vez que sufre un ataque. Solo diez días después de su colocación, las Juventudes de Falange Española –al menos aparecía su firma en la acción– la bombardearon con pintura azul y escribieron en el portal con espray asesino.
Fernando Macarro Castillo (este era su nombre real) pasó en la cárcel 22 años. Entró con 19 en 1939 y salió con 41 en 1961. Durante la guerra, fue uno de los organizadores las Juventudes Socialistas Unificadas de Alcalá de Henares, ciudad a la que había emigrado su familia, y luchó en el Batallón Libertad pese a ser menor de edad. Pasó por los campos de concentración de los Almendros y Albatera antes de recabar en la cárcel condenado a muerte (la pena fue conmutada por la de 30 años de cárcel).
En la mejor tradición del preso político del siglo XX, Macarro Castillo aprovechó sus años de cautiverio para ilustrarse y convertirse en un intelectual. Es entonces cuando nace el Marcos Ana (pseudónimo que reúne los nombres de su padre asesinado por los bombardeos de la Legión Cóndor y de su madre) autor de los versos de Decidme cómo es un árbol, poema que se ha convertido en testimonio inmortal de todas las personas privadas de libertad. Seguramente, el éxito de sus versos también ayudó al impulso de la campaña internacional por su liberación, que consiguió su salida 23 años de encierro después. Escoció tanto en el régimen que el Ministerio de Información y Turismo de Fraga Iribarne publicó un folleto titulado Marcos Ana, asesino. Lo mismo que pintaron quienes atentaron contra la placa en 2019.
A su liberación, marchó al exilio parisino, donde trabajó en el seno del PCE en labores de propaganda y apoyo de los presos políticos españoles. Volvió, como otros, a la muerte del dictador.
Marcos Ana se convirtió por derecho propio en una figura respetada por todo el orbe de la izquierda española (e internacional), más allá del Partido Comunista. Unas 1.200 personas le despidieron en el Auditorio Marcelino Camacho en 2016 con la presencia de distintas personalidades políticas como Alberto Garzón (que llevó la voz cantante) o Pablo Iglesias; y caras visibles de la cultura, como Pedro Almodóvar, Juan Diego Botto, Pilar Bardem, Luis García Montero o Aitana Alberti.
Sin embargo, la figura de Marcos Ana también despierta odios entre los nostálgicos del franquismo y crédulos de la historiografía del antiguo régimen. Los datos de la Causa General franquista atribuyen a Marcos Ana cuatro asesinatos. Sin embargo, el historiador Julián Vadillo, que hizo su tesis doctoral sobre el movimiento obrero en Alcalá de Henares, ha demostrado que se trata de acusaciones sin fundamento, asesinatos que en algunos casos se cometieron cuando Marcos Ana estaba a muchos kilómetros de distancia del lugar.
Aunque ahora mismo no está visible, bajo la pintura de la placa se encuentran inscritos su nombre y unos versos. Lo que los atacantes no quieren que se lea es:
Marcos Ana (Alconada 1920-Madrid 2016). Poeta, comunista y luchador antifranquista. “Si salgo un día a la vida mi casa no tendrá llaves, siempre abierta como el mar, el sol y el aire”.
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