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Las clases no vuelven al colegio Rufino Blanco después de Filomena: “No nos han dicho ningún plazo”

Colegio Rufino Blanco, durante los trabajos de limpieza de la nieve

Diego Casado

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Este miércoles, miles de alumnos volvían a las clases en Madrid, después de unas vacaciones navideñas extra de nueve días impuestas a las familias después del paso de la borrasca Filomena. Lo hicieron en todos los centros educativos de Chamberí salvo en uno: el Rufino Blanco. Allí, la dirección comunicó a las familias de los escolares que la reapertura no era posible debido a problemas en las estructuras del edificio.

El mensaje llegó este martes, sin apenas tiempo de reacción. En él, la directora informaba a madres y padres que las últimas plantas de los edificios que componen el complejo y el polideportivo habían sido clausuradas por el servicio del Control de Edificaciones municipal ante el riesgo en las cubiertas por acumulación de peso después de la nevada. “Al ser las partes centrales en forma de cono, el agua embalsada puede ejercer una gran presión en las estructuras”, explica en un email al que ha tenido acceso Somos Chamberí.

Al problema del peso se le une el riesgo de desprendimiento de tejas en la zona de acceso de los alumnos más pequeños del centro, detectado por los bomberos este martes, cuando limpiaron los aleros del edificio y comprobaron la existencia de placas de nieve y hielo en la zona central.

Además del riesgo del peso y de caídas, el centro escolar ha detectado un problema en el funcionamiento de la calefacción, debido posiblemente a una obstrucción en el tiro. En la revisión del sistema se han detectado altas concentraciones de CO2 en la zona de la caldera, que precisan una revisión en mayor profundidad.

“Avisaron a las familias con un comunicado ayer sábado a las 18.00 de la tarde”, explica Elena, presidenta del Ampa del centro. Como representante de los madres y padres de alumnos, había estado hablando estos días con la dirección y visitado el colegio. La circular cayó como un jarro de agua fría, porque no esperaban que sus hijos no volvieran a las clases presenciales. “Sabíamos que el polideportivo del centro estaba afectado, pero no el resto, son daños que son difíciles de valorar desde fuera”.

Desde el Ampa agradecen “la sinceridad y la prudencia de los técnicos del Ayuntamiento” respecto a los problemas surgidos, aunque exigen que su solución “sea una prioridad absoluta” en estos momentos. “No sabemos si se podrá reabrir mañana, el lunes o cuándo. De momento no nos han dicho ningún plazo y eso es lo que las familias llevan peor”, añade en conversación con este periódico.

Elena también reclama una mejor organización de la teledocencia, y que la Comunidad de Madrid ponga a disposición de las familias de todos los medios para hacerla posible. “Nos gustaría que hubiera un plan más avanzado, casi de rutina. Llevamos así desde marzo y a estas alturas defería funcionar de forma más ágil, no tanto a trompicones”, lamenta.

El interior de los colegios de Chamberí -y de Madrid, en general- fueron unos de los lugares esenciales que más tarde limpió el Ayuntamiento: lo hizo desde el viernes, después de ver que las familias estaban quedando para limpiar los accesos y asegurar de esta forma la vuelta a las clases el lunes, circunstancia que al final no se produjo. Las inspecciones técnicas también llegaron tarde y en muchos casos -como en el Rufino- los informes llegaron a pocas horas de la vuelta prevista a las aulas.

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