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Esta es una plaza, el jardín comunitario de Lavapiés de las 105 llaves

Huerto de Esta es una plaza

Antonio Pérez / Somos Lavapiés

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Para aproximarnos a lo que es Esta es un plaza bastará decir que hay 105 personas y colectivos que poseen llave de este jardín vecinal de 1400 metros cuadrados situado en el número 24 de la calle del Doctor Fourquet y que funciona sobre un terreno municipal, desde la autogestión asamblearia, como un gran contenedor de actividades y vida al servicio de la comunidad.

Hace un mes Esta es una plaza celebró su cumpleaños número 13. Por delante tiene aún un año de cesión, prorrogable automáticamente por otros cuatro más -sin pasar por concurso público- siempre y cuando el proyecto manifieste que quiere continuar y el Ayuntamiento de Madrid no reclame el espacio para otros fines.

Sobre la voluntad de los protagonistas de la primera parte del supuesto no hay duda; de los planes de los actores de la segunda parte del mismo nada se sabe por el momento y, aunque el hecho de que no haya noticias es una buena noticia (No news good news), como se suele decir, hay barbas de proyectos vecinos que pueden invitar a poner en remojo las de este veterano lugar, patrimonio de los habitantes de Lavapiés y que junto con el parque del Casino de la Reina constituyen las dos únicas zonas realmente verdes de Embajadores.

En los próximos meses a Esta es una plaza le va a tocar ponerse en valor y hacer una relación de todo lo bueno que ha ido sucediendo en torno a este espacio durante sus 13 años de existencia: recopilar y reivindicar la importancia de este proyecto que rescató y abrió al barrio un solar municipal que llevaba 30 años sin uso alguno. Aunque no lo parezca, diciembre de 2022, mes de finalización de la actual cesión del espacio, está a la vuelta de la esquina.

Como aperitivo a ese trabajo, tres veteranos miembros de la asamblea abierta que gestiona Esta es una plaza hablan con Somos Lavapiés sobre el pasado, presente y futuro de este imprescindible del barrio, “espacio, asociación y proyecto al mismo tiempo”, según lo define Alessandro Laudiero.

Junto a Sara Casado y Marie Obelleiro, Laudiero recuerda que el germen de Esta es una plaza fue el encuentro de vecinos del barrio con planificadores urbanos y arquitectos que habían realizado un taller en La Casa Encendida sobre acción urbana y espacio público. En ese taller se detectaron carencias en la zona y voluntades de sus habitantes que podían satisfacerse de aparecer el lugar adecuado: el entonces solar de Doctor Fourquet, un terreno dotacional en manos del Ayuntamiento desde 2003 y en barbecho durante tres décadas.

De la teoría se pasó a la práctica y se entró en el solar, al tiempo que se comenzó una negociación con el consistorio en busca de una cesión que llegaría, por cinco años, el 23 de diciembre de 2009. Más tarde, en 2018 y tras un lustro de alegalidad, el proyecto presentado por Esta es una plaza ganó la gestión del espacio en concurso público.

Actualmente, la mayor parte de Esta es una plaza está ocupada por un huerto urbano, un jardín salvaje y una zona con más de 300 especies distintas de cactus. Al fondo hay un teatro con sus gradas; aquí y allá, bancos donde sentarse y mesas corridas y aún queda lugar para un arenero y área de juego de niños, un espacio de almacenaje, un semillero, unas composteras, una biblioteca...

El espacio se abre cada día y está a disposición de cualquier persona o colectivo que desee darle un uso gratuito, mientras que una asamblea, que se reúne una vez al mes y en la que cualquiera puede participar, toma decisiones sobre él por consenso y lo gestiona.

Los últimos domingos de cada mes se realizan unas jornadas de trabajo comunitario de mantenimiento general “porque este lugar existe porque hay participación y compromiso ciudadano”, explica Sara.

Biodiversidad, consenso y todo gratis

Sobre el proyecto de Esta es una plaza, Laudiero asegura que está en continua mutación pero que gira y está fundado sobre unos ejes firmes: “medioambiental, económico, de aprendizaje comunitario, de vivir el espacio público de forma diferente, de crear tejido social...”

Casado, por su parte, destaca la gratuidad de todo lo que pasa en este jardín de puro “activismo contra el consumo” y que tiene mucho también de reducto: “Muchas veces, sólo nos queda la plaza”.

Marie, actual presidenta de la asociación Esta es una plaza, define a este organismo como “facilitador y custodio” de un espacio púbico para la ciudadanía y que vela “por que todo lo que tenga cabida en el jardín se haga bajo unas normas éticas y de respeto con los vecinos”.

Esta es una plaza también es un refugio de biodiversidad: “Hay muchos pájaros, hemos visto anidar mirlos en el jardín y hasta aves de presa. Además, contamos con especies verdes de gran valor botánico”, afirma Obelleiro, quien entre otras muchas cosas que suceden en este espacio destaca iniciativas tan dispares como la del taller de arreglo de bicicletas o el grupo de crianza de niños de entre cero y tres años que se ha formado espontáneamente.

“A merced de la voluntad política”

Pese a lo asentado del jardín físico, del proyecto y a ser objeto de estudio y un referente de este tipo de lugares en la ciudad, en el país e, incluso, fuera de nuestras fronteras, Esta es una plaza es un gigante con pies de barro.

Sobre cómo afectará al día a día del espacio en 2022 la posibilidad de que con el año se acabe la cesión municipal del terreno Marie, Sara y Alessandro lo tienen claro: poco o nada. Aseguran que la actividad en el jardín va a continuar como si tal cosa e, incluso, con nuevos planes de futuro.

“Entre nosotros y la administración habrá un diálogo tarde o temprano. Presentaremos la prórroga de la cesión antes de que venza y una memoria de actividades. Más allá de eso, estamos a merced de la voluntad política”, reconoce Alessandro Laudiero.

“Somos un centro de educación cívica, somos necesarios y un valor para la ciudad y sus barrios”, asegura a su vez una Marie que habla también del respaldo social y de la red con la que cuenta Esta es una plaza de cara a una posible renovación de la cesión.

Todos quieren confiar en que el Ayuntamiento sabrá hacer una lectura positiva de la larga trayectoria que lleva Esta es una plaza a sus espaldas.

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