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Almeida recula y devuelve el Huerto de Las Vías a los vecinos de Arganzuela que firmaron su cesión

Patatas cosechadas en el Huerto Las Vías

Diego Casado

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La primera semana del año ha sido movida en Arganzuela. Los vecinos de la Asociación Pasillo Verde - Imperial despidieron 2021 con la mala noticia de que el Ayuntamiento les quería desalojar del Huerto de Las Vías pese a los documentos que probaban que les quedaba un año de cesión, publicados por Somos Madrid hace una semana. Pero el inicio de 2022 llegó con el aviso de que la Junta de distrito respetaría el periodo todavía restante y achacando a un error la amenaza de desalojo.

La llamada se produjo a última hora del pasado viernes. Una persona de la Junta de Arganzuela contactó con los responsables de la asociación vecinal que gestiona el huerto y les pidió disculpas en nombre de la concejala de distrito, Cayetana Hernández de la Riva (PP), por haberles exigido abandonar las instalaciones municipales cedidas el próximo 22 de enero y dejar atrás todas sus plantaciones, situadas junto al polideportivo Marqués de Samaranch.

En junio de 2018 el Ayuntamiento de Madrid entregó el Huerto de Las Vías a la Asociación Pasillo Verde - Imperial, que ganó el concurso convocado por el consistorio. Pero solo pudieron disfrutar de este lugar durante un año, porque el Ayuntamiento de Madrid tenía que acometer unas obras en el Centro Deportivo Municipal y necesitaba pasar por el espacio que ocupaba el huerto. La asociación aceptó abandonar el espacio a cambio de que se parara el periodo de concesión, lo que quedó reflejado en un acta municipal. Y de seguir su actividad en otro solar cercano de tamaño similar al primero (unos 1.000 metros cuadrados), que el Ayuntamiento de Madrid les dejó provisionalmente.

El problema llegó hace unos días, cuando el consistorio consideró que la cesión del espacio se ha cumplido “ampliamente” al incluir en ella el periodo en el que la asociación estuvo utilizando el terreno alternativo, rezaba una comunicación oficial remitida a Pasillo Verde en la que se exigía el citado desalojo. Toda esa se ha quedado en papel mojado ahora: “Por error se computó el periodo de la obra como parte del tiempo de cesión y no debió ser así”, confirman a este periódico fuentes municipales, “con lo que la asociación de vecinos tiene derecho a seguir disfrutando de ese espacio”, añaden.

La alegría entre los usuarios del huerto fue enorme: “Rectificar es de sabios y agradecemos al Ayuntamiento de Madrid y a la concejala que hayan reflexionado, reconozcan su error y reactiven la cesión interrumpida el 17 de mayo de 2019”, publican en un comunicado en el que celebran la decisión, varios días después de poner en marcha una campaña para defender su derecho a continuar en el solar. Incluso pensaban llevar el caso a los tribunales, sabedores que los escritos municipales les daban la razón.

La marcha atrás municipal llegó después de varios días de movilizaciones en las asociaciones vecinales madrileñas, que pidieron -a través de la FRAMV- que se respetara el acuerdo de cesión. También se inició una recogida de firmas en change.org que reunió más de 1.800 apoyos en unas pocas horas. Partidos políticos de la oposición como PSOE o Más Madrid ya preparaban diferentes propuestas en defensa del huerto urbano para el pleno de enero en Arganzuela, que se presentaba movido. Y la marcha ciclista mensual del distrito -la Meloncleta- tiene previsto pasar el próximo 16 de enero por la zona. Originalmente la idea era reivindicar el espacio, aunque ahora pasarán por allí para celebrar su continuidad.

Mover 75 metros cúbicos de tierra

Los representantes de la asociación Pasillo Verde - Imperial esperan reunirse en breve con la concejala de Arganzuela para agradecerle la rectificación y pedirle ayuda en el traslado del huerto urbano. Será la tercera vez que tienen que preparar los bancales y acomodar un espacio a su nueva actividad, un trabajo que prevén largo y costoso. Según sus cálculos, será necesario llevar 75 metros cúbicos de tierra para acondicionar los lugares de cultivo.

“El terreno que hay ahora es estéril. Hay que retirar el material detrítico con costras calcáreas” explica Maite Gómez, la presidenta de la asociación y geóloga de profesión. “Por eso vamos a pedirles que tengan un poco de sensibilidad en este sentido y el Ayuntamiento nos ayude, porque preparar la tierra será un duro trabajo”, añade. La dificultad será mayor debido a que el único acceso al huerto de Las Vías es una estrecha puerta por la que no cabe ningún vehículo, lo que obligaría a transportar en carretilla, uno a uno, decenas de sacos de tierra.

A la vez, esperan poder cosechar su plantación de invierno, compuesta por matas de habas de más de medio metro de altura, ajos, cebollas, guisantes, lechuga o brócoli. También confían en poder trasladar, con cuidado, los árboles plantados durante este tiempo: almendros, perales, manzanos o incluso un olivo.

Los vecinos cesionarios confían también en que dentro de un año, cuando acabe el plazo restante de su concesión, se renueve los dos años más que permite el convenio, debido a que apenas se pondrán plantar cultivos durante los primeros meses. “El primer año sería solo de acondicionar el terreno”, apunta Jacinto Navlet, otro de los usuarios del huerto.

A pesar del trabajo que tienen por delante, los agricultores urbanos se sienten felices de poder contar con unos 400 metros cuadrados de bancales en un espacio renovado, con mejor acceso al riego, zona de reuniones y caseta para los aperos. Además, animan a los vecinos de Arganzuela a que se pasen por el huerto y participen de sus actividades: “Cualquier vecino puede entrar libremente e incorporarse”, comenta Jacinto. “No hace falta ser parte de la asociación, la idea es que la gente encuentre un espacio en el que se pueda sentir cómodo y a gusto”, asegura. “Hay algunos que me dicen que antes no conocía a nadie en el barrio y que desde que acude a Las Vías se lleva bien con un montón de gente”.

La continuidad del Huerto de Las Vías es la última victoria del tejido vecinal madrileño, en una pugna que ha contado con muchos momentos de tensión, bastantes derrotas -desalojos del EVA o de la Casa de Cultura de Chamberí- desde que Almeida llegó a Cibeles y que en las últimas semanas ha experimentado un giro notable. Primero con la sentencia que dio la razón a los cesionarios de la Casa del Cura en Malasaña y después con el acuerdo de Presupuestos del Ayuntamiento con el Grupo Mixto, que incluía “poner a disposición de las asociaciones vecinales” de una serie de edificios municipales en varios distritos.

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