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Hubo un tiempo en el que aquí se jugaba al fútbol...

Somos Malasaña

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Primero fue cosa del Conache lo de poner una enorme terraza en la plaza de San Ildefonso que durante mucho tiempo fue la única allí instalada. Tras varias idas y venidas de sus límites, finalmente quedó ocupando algo menos de un tercio de su superficie.

Recientemente, el Naïf, un nuevo bar de la zona, colocó también su terraza en San Ildefonso. Esto fue poco antes de que el Maki, otro restaurante recién llegado, reclamara su derecho a hacer lo propio.

Como consecuencia, donde antes los niños jugaban al fútbol ahora ya no pueden hacerlo; donde antes algún patín surcaba el duro pavimento de la plazuela, ahora son patas metálicas las que se deslizan sobre él. No hay espacio para más; ni tan sólo para que los transeúntes crucen en diagonal la plaza: San Ildefonso ahora se vadea o, en el mejor de los casos, se atraviesa en eslalon.

Los viernes, desde hace un par de meses y a instancias del Ayuntamiento, por si fuera poco, se colocan unos cuantos puestos de venta de libros viejos y de ropa en uno de los laterales de la plaza.

De todas formas, todo esto no se ve si uno se acerca a este lugar desde la Corredera Alta de San Pablo, gracias a la 'feliz' idea de Medio Ambiente de colocar unos contenedores de reciclaje justo en la esquina de San Ildefonso más cercana al cruce entre Escorial y Corredera Alta.

Vecina de San Ildefonso

Buenos días,



Como ya hiciera hace unas semanas, aprovecho este espacio para mostrar otra postura al respecto.



Como vecina "literal" de la Plaza de San Ildefonso, pues vivo en el edificio rehabilitado y mi ventana da a la plaza, he de decir que aunque estoy totalmente de acuerdo con el engorro que supone no poder cruzarla ni en diagonal, ni a lo ancho, ni a lo largo, ni de ninguna de las maneras a no ser que sea en zigzag, prefiero esta complicación a la de cientos de borrachos haciendo botellón y dejando su basura esparcida por todo el suelo.



El año pasado era totalmente imposible dormir ni una sola noche hasta las 3 de la mañana con sus gritos y todos los días amanecíamos con el portal meado y la puerta llena de cristales. Con las terrazas el espacio para hacer botellón se ha visto reducido a la mitad y con ello el griterío y la basura.



Sí, es una tristeza que por la falta de civismo de unos cuantos prefiera no disfrutar de un espacio común y de todos a que lo invadan ellos.



En cuanto a los contenedores de reciclaje solo añadir: ¡lo que nos faltaba para convertirnos oficialmente en el meadero complementario a la calle Barco!

Antonio Pérez

Sabemos del problema del botellón, que es en lo que se excusan las autoridades para permitir tal grado de ocupación del espacio público. Pero hay unas leyes que están ahí para que se hacerlas cumplir y unas recién estrenadas multas de mínimo 600 euros por beber en la calle. Que no haya civismo y que las autoridades no sean capaces de velar por las mismas normas que aprueban no puede tener como consecuencia que el vecino se quede sin plaza. El botellón comienza al caer la noche, las terrazas en plan salvaje arrebatan el espacio público durante todo el día

castizo

mas apestan las aquerosas pintadas que no respetan nada en el barrio y de eso no decis nada....

Inés

Creo que caemos en un error si justificamos la ocupación del espacio público convirtiéndolo en comercial, como medida para acabar con el botellón.

Está claro que si después de meses sin dormir por el botellón, lo sustituyen las terrazas, terminamos aceptándolo como solución positiva, cuando creo que no deja de ser un mal menor, o un problema distinto.



La realidad es que en el barrio, entre terrazas, mercadillos y eventos esporádicos promovidos por multinacionales, se nos está arrebatando el derecho a disfrutar de nuestros espacios públicos donde leer, pasear, jugar, descansar, mirar, admirar...

Y eso es igual de grave que el botellón y el ruido nocturno.



Desgraciadamente entre unas cosas y otras, este barrio se está convirtiendo en inhabitable y creo que los vecinos no debemos tirar la toalla ni conformarnos con aceptar los males menores.

Guille

Quizá este diario se podría enterar de porque esos contenedores se movieron hace ya semanas de la calle barco a la plaza. Contaminan la vista y la higiene de locales de hostelería que están a escasos 4 metros(pizería y terrazas). ¿Hay mecanismos para quejarse eficientes? ¿Es la medida temporal? Sera por esquinas hábiles en el barrio...



A día de hoy la plaza de san Ildefonso es la mas "romana" de las plazas de Madrid. Es vivida las 24 horas por gente que se reúne no solo para beber. Es un autentico centro social en ebullición que de momento se desliga de los comercios. Y eso el ayuntamiento no lo aguanta. Soy vecino y me emociono todos los días cuando paso y veo esa vida espontánea que no existe prácticamente en ninguna otra plaza del centro.



El ayuntamiento y los comercios quieren que caigamos en el consumo. Acabara pasando. Pero por lo menos hagámoslo con consciencia. Y no pensando que el fin es erradicar el botellón.



El barrio se esta vendiendo. Seamos conscientes para poder ser consecuentes.





RESPUESTA de SOMOS MALASAÑA:



Según tenemos entendido, es potestad de la concejalía de Medio Ambiente elegir dónde se colocan los contenedores de reciclaje. Lo eligen sus técnicos. Por supuesto que se puede reclamar y tratar que sean cambiados de sitio y no es la primera vez que esto pasa. Sin ir más lejos recordamos la batalla librada por una pequeña panadería de la calle Pez (la que está enfrente del Patio Maravillas) a la que plantaron estos contenedores delante de la puerta. No sin mucha lucha al final lograron que se les escuchara y fueran movidos.
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