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Telefónica luce historia y descubre el secreto del pintor de sus techos en la reapertura de su tienda insignia

Vista desde arriba del nuevo Espacio Movistar, con sus techos, barandillas y lámpara histórica. Y el autorretrato (derecha) del pintor de sus techos.jpg

Diego Casado

Madrid —

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El primer gesto de todo el que entra al renovado Edificio Telefónica es el de mirar hacia arriba, abriendo bien los ojos, para observar todo lo que su última reforma ha recuperado. Lo primero que llama la atención es la solemnidad de sus artesonados de madera, pintados a mano, luego su majestuosa lámpara y, detrás, un reloj de latón y bronce que presidía su entrada en 1929, cuando fue inaugurado, y que hasta hace poco dormía en un almacén.

El reloj hoy da la hora exacta a todo el que accede Gran Vía 28, puerta que se ha vuelto a abrir después de siete meses de unas obras que han transformado la parte baja del primer rascacielos que se construyó en España. El lugar -llamado ahora Espacio Movistar- luce parte de sus elementos originales, oculto detrás de paneles durante mucho tiempo y ahora recuperado para deleite de los amantes del patrimonio histórico de Madrid.

Con las obras han salido a la luz 300 metros cuadrados de suelo de terrazo y 120 metros de la barandilla del primer piso, adornada ahora con los pináculos que tenía hace casi un siglo y que también han estado guardados durante décadas. Unas coronas de luces led adornan sus majestuosas columnas, el mismo sistema que se ha empleado para arrojar luz sobre los 6.000 metros cuadrados de artesonados, cuyas pinturas han sido restauradas, “pincelada a pincelada”, explican los responsables de la obra.

En una pequeña esquina de este techado apareció una de las sorpresas que ha deparado la reforma. Fue descubierta por casualidad, al retirar unos paneles: había una firma fechada en el año 1929 que rezaba ESPI, PINTOR, junto a un autorretrato del artista, reclamando sutilmente la autoría de un trabajo formidable por su extensión y vistosidad.

“Apareció al lado de esa viga” explica a Somos Madrid el responsable de las obras, Raúl del Cerro, que recuerda emocionado el descubrimiento mientras enseña la firma rescatada en las fotos de su móvil, ya que la rúbrica ha vuelto a quedar oculta. Luego investigaron y descubrieron que el pintor era Agustín Espí Carbonell, artista alicantino que desarrolló su obra en Madrid, decorando otros locales emblemáticos como el cine Rialto, el gran cinema Europa de Bravo Murillo o incluso unas puertas ya desaparecidas en el Convento de las Salesas Reales.

La del pintor con su autorretrato es la más destacada de las anécdotas que ha ido acumulando una reforma intensa, desarrollada con plazos muy ajustados y a la vez mucho mimo sobre la parte comercial de un edificio que ya había sido objeto de obras en el año 2009 pero que con esta nueva actuación, ejecutada con motivo del centenario de la compañía, saca más partido a su pasado histórico.

“Teníamos el gran reto de hacer convivir un espacio muy tecnológico con una recuperación del legado”, apunta Raúl del Cerro sobre las intenciones de la compañía a la hora de afrontar los trabajos. Otro de los objetivos era que aumentara la visibilidad desde la Gran Vía, por donde pasan seis millones de personas cada año, retirando las pantallas y vinilados de sus ventanas y dejando entrar desde el exterior la luz y las miradas curiosas hacia los elementos patrimoniales y las llamativas instalaciones con pantallas.

Cubo inmersivo, zonas y estudios de grabación gratuitos

Porque otra de las cosas que más llama la atención en el renovado Espacio Movistar, además de su patrimonio, es la abundancia de pantallas que van mostrando tanto los productos de Telefónica como otras promociones o la agenda prevista en este lugar. Las más destacadas son las del cubo inmersivo, una experiencia en tres dimensiones con sonido envolvente a la que incluso se le ha dotado de un sistema de aromas.

A su lado se encuentra el espacio para exposiciones temáticas, donde pronto llegará una experiencia en torno a la Liga de Fútbol Profesional o series de próximo estreno.

Otro de los puntos destacados es el espacio central para eventos, que puede transformarse en un plató, con cámaras para el despliegue de grabación extendida y otro tipo de avances con los que realzar las presentaciones y conferencias o talleres que allí tengan lugar. A su espalda, sobre unas escaleras, una pantalla vertical oculta otra de las sorpresas del espacio: dos puertas que conectan directamente con la sala de mapas y con el Espacio Fundación Telefónica.

El resto de la planta baja es una tienda sin cajas registradores, donde los clientes pueden probar productos como teléfonos, televisiones, electrodomésticos o contratar diferentes servicios sin necesidad de pasar por ninguna cola, ya que los vendedores cierran la compra desde sus propias terminales móviles.

En el lado más cercano a la calle Fuencarral se despliega un elemento que también llamará la atención: una escalera circular metálica, revestida de miles de lamas de madera, que sustituye la anterior elevación hecha con metacrilato y que conecta con la primera planta.

Arriba, todo lo que se ofrece es gratuito: dos salas llamarán la atención de podcasters y youtubers: sendos estudios insonorizados y con vistas a la Gran Vía, equipados para grabar y emitir en vivo, uno de ellos con estética más clásica y otro como un estudio con sofás alargados de tonos blancos, para charlas más distendidas o entrevistas.

Ambos espacios pueden ser reservados sin coste a través de su página web oficial, aseguran desde la compañía.

El primer piso se completa con espacio para gamers, reciclaje de móviles, zona fan con bicicletas del Movistar, la equipación del Estudiantes y camisetas firmadas por Rafa Nadal, además de varias salas para atención al cliente personalizada.

También hay una pequeña pero potente sala de cine para presentaciones de producciones de Movistar y otro tipo de proyecciones, con un techo acristalado con vistas al equilibrado patio interior del rascacielos, que puede ser cubierto.

Pero el punto que puede tener más movimiento en esta planta es el Café Movistar, ubicado junto al lado de la calle Fuencarral y accesible desde la escalera antes citada o desde el ascensor del Espacio Fundación Telefónica.

El espacio cuenta con vistas hacia el paso de cebra más ancho de Madrid y también con varios ventanales hacia las espectaculares escaleras que diseñó Belén Moneo para la zona de la Fundación.

Estas son algunas otras imágenes del Espacio Movistar, que después de su inauguración oficial este jueves por la tarde abrirá al público a partir del viernes 13 de septiembre.

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