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Templo de Debod en 1971, durante su reconstrucción

Somos Madrid

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Madrid alberga uno de los pocos edificios faraónicos completos que pueden verse fuera de Egipto y ahora está de celebración. El Templo de Debod fue inaugurado en su actual ubicación en Madrid el 20 de julio de 1972, hace ahora 50 años. Fue donado por la República Egipcia a España en 1968, en agradecimiento por la ayuda al salvamento de los templos de Abu Simbel, en el marco de la Campaña de Salvamento de los Monumentos de Nubia. El Ayuntamiento de Madrid mostró su interés para que fuera instalado en la ciudad, haciéndose cargo de los costes de desmantelamiento, almacenaje en Elefantina y el posterior traslado a España, así como de su restauración y reconstrucción.

Sus más de 1.350 sillares originales ocupan 270 m2 de planta y el conjunto alcanza una longitud de 70 metros. Se trata del edificio de mayor tamaño que ha salido de Egipto, muy superior otros templos donados. Esas dimensiones obligaron a su emplazamiento al aire libre, aunque con el compromiso de que sería cubierto en el futuro de acuerdo con las condiciones para la cesión de los templos establecidas por la UNESCO. Una medida todavía pendiente.

Con el fin de proteger sus piedras y, especialmente, sus preciados relieves del agua de lluvia, el edificio quedó aislado del suelo, se reconstruyeron las fachadas perdidas en el siglo XIX y se cubrió su terraza. Su entorno, que abarca seis hectáreas, fue ajardinado con varias especies de palmeras y se construyeron dos estanques que rememoran su antiguo emplazamiento a orillas del Nilo. Para garantizar su buen estado, el Ayuntamiento ha anunciado ahora que pondrá en marcha un Plan de Conservación Preventiva del Templo en permanente actualización.

En 2019, el templo recibió 237.393 visitantes, unas cifras que descendieron bruscamente en 2020 (75.966 visitantes) y 2021 (87.664) a causa la pandemia de covid-19 y las restricciones que ocasionó. En 2022, aunque lejos de las cifras de 2019, el número de visitantes del templo ha ido incrementándose hasta las 55.226 personas que lo han visitado entre enero y junio, lo que supone un 76,6 % más que en el mismo periodo de 2021 (31.264).

Unos estanques con mucho significado

Pero este enclave también destacaba por sus estanques. Cuando fue ofrecido a España, se buscó una ubicación que permitiera disponerlo en su orientación original (tan importante para el culto solar de los antiguos egipcios) así como aprovechar sus potencialidades paisajísticas. Optaron por acondicionar para este fin la abandonada Montaña del Príncipe Pío. Construyeron a su alrededor un jardín diseñado por el arquitecto jefe del Departamento de Parques y Jardines, Manuel Herrero Palacios.

El recinto brillaba por una vegetación semitropical árida de palmitos, yucas y palmeras que recordase su entorno original. Se excavó en su frente un bello estanque a modo de Nilo artificial que rodea una plataforma;levemente inclinada siguiendo la disposición original; para acoger las dos puertas o pilonos que anteceden al templo. En su trasera se realizó un segundo estanque, con un surtidor central, que preside una explanada que disfruta de extensas vistas sobre la Casa de Campo y la Sierra en el horizonte

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