Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Gobierno y PP reducen a un acuerdo mínimo en vivienda la Conferencia de Presidentes
Incertidumbre en los Altos del Golán mientras las tropas israelíes se adentran en Siria
Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

Los turistas ya llegaron a Tetuán: ¿podría el nuevo Bernabéu acelerar su turistificación?

Una de las entradas del Santiago Bernabéu copada por 'Swifties'

Luis de la Cruz

Madrid —
4 de junio de 2024 01:00 h

2

Apenas ha terminado el terremoto de cuerpos vivido en los alrededores del estadio Santiago Bernabéu con motivo de los dos conciertos de Taylor Swift y la actualidad ya nos deja otra página relacionada con el próximo gran evento extradeportivo acogido por el estadio del Real Madrid. La estación de metro Santiago Bernabéu ha añadido a su nombre “Estación DUKU” hasta el 8 de junio para promocionar el concierto del artista argentino Duki, que tendrá lugar el próximo 8 de julio en el estadio.

Antes de la reforma, el Bernabéu ya era un centro de atracción turística de primer orden, tanto por el turismo asociado a los partidos de fútbol como por los tours del estadio, que acogen a más de un millón de turistas cada año. Pero con la reforma se añade a la atracción turística asociada a la marca global Real Madrid la sombra del turismo de conciertos. Aunque siempre se han celebrado este tipo de eventos en el coso de la Castellana, la orientación festivalera parece ser uno de los focos económicos que han guiado la obra: se pretende organizar un evento cada seis días, incluyendo los deportivos y los conciertos. El swiftonomics no es un terremoto puntual, según los expertos del sector turístico. El informe Travel Trends 2024 del gigante del sector Amadeus así lo expresa, colocando el turismo musical en el número uno de las tendencias turísticas. Ahí es donde el nuevo Santiago Bernabéu parecer querer situarse.

Es bien conocido el conflicto vecinal que los primeros grandes eventos celebrados en el estadio han ocasionado con el vecindario circundante por los problemas asociados al ruido y la movilidad, pero en este artículo queremos desviar la mirada un poco al oeste. El Estadio Santiago Bernabéu está situado en la frontera de los distritos de Chamartín y Tetuán, que alberga grandes desigualdades en su interior. ¿Cómo podría afectar la presencia de un gran nodo turístico que promete hipertrofiarse al hermano pobre?

Nos faltan datos, pero podemos buscar indicios en lo que ya está sucediendo

Obviamente, la mayoría de los turistas que visitan el estadio del Real Madrid no vienen a la ciudad con la única o primera intención de hacerlo. El centro sigue siendo el espacio residencial por excelencia por su oferta hotelera, su situación geográfica y la concentración de atractivos turísticos.

Pero los turistas ya están viniendo masivamente al Bernabéu y, una parte de ellos, se están alojando en Tetuán. Las páginas especializadas en turismo ofrecen en su búsqueda predictiva el Santiago Bernabéu. En sus ofertas de alojamiento, enseñan prioritariamente hoteles del entorno de la Castellana y el distrito de Chamartín; o de la parte más cercana de Tetuán, en el distrito financiero de AZCA o el entorno de la calle Orense; aunque tampoco faltan hoteles céntricos, en el barrio de Salamanca o en Chamberí.

Pero si se buscan alojamientos de menos categoría, empiezan a aparecer resultados en la parte histórica de Tetuán, con menos oferta hotelera y precios inferiores. El Far Home Bernabeu es un buen ejemplo que lleva instalado el turismo deportivo en el nombre. Está situado en la parte este del distrito de Tetuán, en un área en transición entre la zona industrial y la residencial en el barrio de Estrecho. Se publicita como “a sólo 10 minutos del Estadio Santiago Bernabéu y a 2 minutos de la estación de Metro Estrecho”.

Y la cosa cambia definitivamente si buscamos apartamentos. El siguiente mapa muestra cómo en Booking prácticamente todas las opciones están situadas en Tetuán en el primer pantallazo ofrecido por la propia plataforma. Algunos de los apartamentos que aparecen en las primeras posiciones se anuncian también aludiendo al estadio, como uno en la calle de La Coruña cuyo nombre en la plataforma es “Apartamento cerca del Estadio Santiago Bernabéu” (a una distancia entre los 15 o 20 minutos andando, en realidad, dependiendo del lugar de la calle que tomemos como referencia). Otros destacados por la plataforma en el distrito de Tetuán se encuentras bastante más lejos que este, incluso en el barrio de Valdeacederas.

Algo similar sucede con el mapa que muestran otras plataformas como Airbnb, donde la primera página de resultados hecha durante la redacción de este artículo mostraba 12 resultados en Tetuán por 6 en Chamartín (14 en Tetuán, 2 en Chamartín y otros tantos en Chamberí si filtrábamos por habitaciones).

Tampoco vamos a sorprendernos a estas alturas por las exageraciones de los propietarios de los apartamentos a la hora de anunciarse. La utilización de paisajes hiperbólicos recreados en el mundo virtual para promover sus negocios es bien conocida. Los investigadores Pablo Martínez, Jorge Sequera y Javier Gil, miembros del Grupo de Estudios Críticos Urbanos (GECU), lo constataron para el caso de Villaverde en el artículo científico Livin’ on the edge: The peripheral host and the production of a digital tourism space beyond the city center.

 En el caso de Tetuán, la cercanía de muchos de sus puntos en la parte sureste con el objeto turístico es real, pero, además, este tipo de hipérboles es utilizada hace tiempo por parte del sector inmobiliario, como nosotros mismos analizamos en este otro texto, que se fijaba en el borrado del nombre de Tetuán y sus barrios en detrimento de espacios connotados de prestigio, como las Cinco Torres, AZCA, la Castellana, Nuevo Norte, etc.           

El distrito de Tetuán tiene ahora mismo 1,481 ofertas de apartamentos turísticos según la página de referencia Inside Airbnb. Aunque camina por detrás del distrito Centro, es un buen exponente de cómo la mancha de aceite se expande fuera del centro de las ciudades y, de hecho, es el segundo distrito de la ciudad con más apartamentos con licencia según el listado que el Ayuntamiento hizo público hace dos semanas.

Es una realidad muy visible para los vecinos, que ven convertirse muchos de los bajos comerciales en vivienda turística, aunque tampoco faltan en el distrito edificios enteros comprados por fondos de inversión para ello. En las calles perpendiculares a Bravo Murillo paralelas a la calle de las Mercedes, donde antes situábamos el Far Home Bernabeu, el proceso más que andar, galopa.

Aunque correlación no indica causalidad, contamos con suficientes experiencias acumuladas como para pensar que la aparición de oferta en páginas especializadas, asociada a una fase de expansión del número de viviendas turísticas, es un cóctel potencialmente inflamable en un distrito con vecinos de menor renta que los del limítrofe de Chamartín.

Lo glocal: tendencias globales al lado de casa

Como decíamos, no se trata de una particularidad local ni exclusivamente ligada al Real Madrid.  Una búsqueda por turismo deportivo en internet nos devolverá cientos de noticias y artículos académicos. En realidad, quizá deberíamos hablar de turismo de fútbol, que ha llevado a los clubes más internacionales a adoptar técnicas del márketing como añadir la arista experiencial a la otrora simple sala de museo del club. Buenos ejemplos podrían ser los Anfield Experience y Anfield Ultimate Experience, que incluyen la posibilidad de realizar la visita o entrenar con jugadores del Liverpool. Han aparecido también agencias de viaje especializadas, divisiones de touroperadores dedicadas a organizar viajes internacionales para ver partidos y, ya suena obvio remarcarlo, han proliferado los negocios de hostelería con vistas al césped. Y al final de todo, por supuesto, aparece la tienda como última posta de la experiencia. En España, de momento, el turismo de fútbol –en su versión de masas– se circunscribe a Barcelona y Madrid, aunque LaLiga tiene su propio programa, aún poco desarrollado.

A la ecuación solo le falta la ayuda institucional, ¿o no? El estadio como motor económico parecer ser también una apuesta decidida de la administración. El alcalde Rodríguez Almeida celebró en la última edición de Fitur, delante de la industria turística, que la ciudad batiera récord de visitantes en 2023 con más de 10,5 millones de turistas. Justo a continuación, se refirió a algunos proyectos para incrementar las visitas internacionales más aún, como la nueva ciudad deportiva del Atlético de Madrid y el nuevo estadio Santiago Bernabéu. El mismo alcalde que ha decidido no paralizar las obras del aparcamiento del Santiago Bernabéu pese a la rotundidad del juez.

El turismo, dicen algunos aficionados, ha gentrificado los propios estadios de fútbol, haciendo subir el precio de las entradas y reduciendo la oferta para el hincha local. La fuerte actividad económica que se produce alrededor de estas grandes hoyas del deporte, sin duda incide en la economía de su entorno. Para algunos agentes, desde una parte del sector hostelero hasta la industria del alojamiento, supone un pingüe beneficio y no faltará quien vea en ello un beneficio claro para el comercio tetuanero. Pero también son bien conocidos a estas alturas los problemas asociados a la turistificación, como el vaciamiento vecinal o los conflictos adheridos al turismo de masas.

 Cuando se acaba el espectáculo –el artista toca su último bis o el árbitro pita el final del partido– el estadio vuelve a ser una gran cáscara vacía. Aunque es difícil evaluar todavía el impacto de este Benabéu supervitaminado en el proceso multicausal de gentrificación y turistificación en marcha en el vecino distrito de Tetuán, donde el precio de la vivienda no para de subir, razones para ponerlo en observación no faltan. Habrá que asegurarse de que, al final de la fiesta, los barrios al otro lado de la Castellana no se conviertan también en lugares vaciados y tristes como los estadios cuando apagan las luces.

Etiquetas
stats