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Mazda CX-30: un disparo en la diana por tamaño y tecnología

Mazda competirá en el segmento de los todocaminos compactos con el nuevo CX-30.

Pedro Urteaga

Como los tiradores expertos que van afinando su puntería a medida que disparan, hasta que acaban atinando en la diana, la marca japonesa Mazda ha moldeado su gama de modelos SUV hasta acertar con un coche que considera ideal, el CX-30. Como afirma José María Terol, CEO de la compañía en España, es este un todocamino que se sitúa en el justo medio entre dos de sus vehículos más vendidos, el CX-5 y el CX-3, y que comparece en el momento idóneo, cuando las motorizaciones híbridas no hacen sino ganar empuje y la carrocería más demandada es la de los SUV compactos como este nuevo Mazda de doble dígito.

No se esconde Terol al manifestar que el CX-30 es desde ahora “el modelo más importante” para la marca en España. “Nos jugamos todo con él”, sentencia, y por eso confía en venderlo a razón de unas 9.000 unidades anuales. Más allá de su tamaño intermedio entre el CX-5, demandado por clientes con notables necesidades de espacio, y el CX-3, un vehículo más urbano y juvenil, la buena fortuna comercial del CX-30 dependerá de la aceptación que obtenga la revolucionaria tecnología Skyactiv-X, ya disponible en el Mazda3, que anuncia las prestaciones, la suavidad y el resto de las sensaciones que asociamos a un motor de gasolina potente (este rinde 180 caballos) pero con los consumos de un diésel.

En lo que se refiere al diseño, el nuevo todocamino de 4,39 metros de longitud busca conjugar la fluidez y elegancia de un cupé con el poderío de un SUV. Su rasgo clave se halla en un frontal cuya fuerza se distribuye, atenuándose, hacia el resto de la carrocería, con lo que se sugiere una impresión de movimiento hacia delante. En el interior, más cercano en refinamiento y calidad de materiales al CX-5 que al benjamín de la familia, se ha aplicado la filosofía japonesa Ma, o espacio vacío, para conseguir una atmósfera acogedora y, al mismo tiempo, abierta al exterior. Por volumen de maletero, los 430 litros del CX-30 se aproximan más también a los 477 del CX-5 que a los 350 del CX-3.

El SUV compacto japonés está ya a la venta con los tradicionales motores de gasolina y diésel conocidos como Skyactiv-G y Skyactiv-D, respectivamente. El primero es un bloque de dos litros y 122 caballos que presenta un consumo medio de 6,2 litros cada 100 kilómetros (WLTP), en tanto que el segundo es un propulsor 1.8 de 116 caballos que se queda en los 5,1 litros/100 km, según el mismo ciclo de pruebas.

Para el mes de octubre se esperan las primeras unidades del CX-30 equipadas con el muy esperado motor Skyactiv-X, que entrega 180 caballos y homologa un gasto de combustible de 5,9 litros/100 km. Su suavidad, respuesta lineal y facilidad para subir de revoluciones son las de un coche de gasolina (que es lo que es), pero al tiempo presenta los mejores atributos de un diésel, esto es, el empuje a bajas y medias vueltas y, sobre todo, el parco consumo.

Skyactiv-X: 20% menos de consumo; 30% más de par

El secreto de la tecnología Skyactiv-X reside en un encendido por compresión –característico de los motores de gasoil– que en este caso está controlado por chispa (bujía), como en todo vehículo de gasolina. Este sistema, llamado SPCCI, permite que el coche funcione con mezcla pobre, es decir, con casi tres veces más de partes de aire por cada una de carburante de lo que es habitual, lo que se traduce en una necesidad intrínseca de gasolina menor de lo acostumbrado y que se cifra en alrededor del 20%. La fuerza o par motor que proporciona, por el contrario, puede aumentar hasta un 30%.

Los dos modelos de gasolina que van a estar disponibles en el CX-30 disponen de un sistema híbrido compuesto por un motor de asistencia eléctrica y una batería de ion litio de 24 V montada entre las ruedas. Gracias a ello, tanto el Skyactiv-G como el Skyactiv-X, que cabe considerar un híbrido doble (al sumar a esta tecnología su naturaleza fronteriza gasolina-diésel), cuentan en España con el distintivo ECO de la DGT, con todos los beneficios que de esta catalogación se derivan.

Según versiones, el nuevo modelo puede incorporar tracción a las cuatro ruedas i-Activ AWD, que encarece la factura 2.000 euros, y cambio automático de seis velocidades, que lo hace en 2.800 euros. En todos los casos, dispone de control de vectorización del par motor para hacerlo más controlable sobre firme deslizante, en cambios de carril a alta velocidad, maniobras evasivas y, en general, en cualquier situación en que se vea comprometida su estabilidad.

Son de serie, desde el acabado básico (Origin), elementos como el head-up display, el control de crucero adaptativo por radar, el navegador integrado en una pantalla central de 8,8 pulgadas, el sensor de parking trasero, el reconocimiento de señales, el aviso de cambio involuntario de carril y el detector de fatiga, que puede incluir cámara de infrarrojos si decidimos instalar en el coche el Pack Safety (1.000 euros).

Se puede adquirir un CX-30 con motor Skyactiv-G desde 27.575 en acabado Origin, 29.225 euros en acabado Evolution y 30.475 euros en acabado Zenith. El Skyactiv-X se vende a partir de 29.575, 31.225 y 32.475 euros, respectivamente. Sin embargo, Mazda apuesta fuerte por su modelo clave y ha aprobado un descuento de lanzamiento de 2.800 euros que, unidos a los contemplados en su sistema FlexiOpción, permite sacar esos mismos coches por 24.075 y 26.075 euros (en versión básica).

Mazda España tiene tanta fe en el competitivo precio al que oferta los modelos Skyactiv-X, considerando además el plus de potencia que proporcionan, que prevé entregar un 45% de las unidades con este motor; el 50% de los clientes se inclinará por el gasolina normal y solo el 5%, por el diésel, de acuerdo con sus estimaciones. Por tipo de transmisión, el 80% preferirá aún el cambio manual, de seis velocidades, al automático.

Los responsables de la marca han explicado que la tecnología Skyactiv-X se embarcará de forma exclusiva, al menos de momento, en los Mazda3 y CX-30. En todo caso, está previsto incorporarla más adelante a motores de seis cilindros en línea, así como trasvasar algunos de los elementos que la constituyen a futuras evoluciones del motor de gasolina Skyactiv-G.

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