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Mazda CX-60: el puesto de conducción inteligente ya está aquí

Mediante una cámara colocada en el vértice de la pantalla central, el sistema ajusta el entorno de la persona se coloca al volante.

Javier Galilea

La llegada del SUV más grande de la historia de Mazda, revela la importancia creciente de esta tipología de vehículo con silueta todo terreno a términos de negocio, con el reto añadido de satisfacer todos los atributos de los que presume la marca japonesa más inconformista: diseño extraordinario, eficacia dinámica y eficiencia máxima en materia de emisiones sin renunciar a los principios del rightsizing que exhibe bajo el capó. 

Así, el CX-60 es el primero de los dos nuevos modelos sobre la plataforma grande de Mazda, que se articula sobre el principio de motor delantero longitudinal y propulsión trasera, con espacio específico entre ambos ejes para la colocación de una batería que articula por primera vez, un Mazda híbrido enchufable. 

La combinación de un motor de gasolina Skyactiv-G de 2.500 centímetros cúbicos e inyección directa, otro eléctrico de 173 caballos y una batería de alta densidad y bajo peso (17,8 kWh), coloca al CX-60 PHEV en el Mazda de producción más potente de la historia. 327 caballos y 500 (Nm) de par, son la apuesta ganadora en un segmento al que también llega con motores de seis cilindros en línea, gasolina y diésel con hibridación ligera, para garantizar distintivos Cero o ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT).

Asegurados los cimientos mecánicos, el CX-60 despliega la última revisión de su diseño exterior Kodo, cuyas proporciones de morro largo y voladizos cortos funciona también en un coche de casi cinco metros (4,74) de largo. La nueva parrilla con forma de ala y ópticas verticales, le cambia la cara respecto a los Mazda de última hornada, subrayando la superposición de suaves volúmenes que caracteriza a esta carrocería, colocada siempre sobre llantas de 18 o 20 pulgadas y un inédito color blanco “Rhodium”. 

Y lo mejor, en el interior

Sin caer en los salpicaderos en los que solo hay pantallas, el diseño de puertas para adentro del CX-60 refleja un nuevo ejercicio de hospitalidad japonesa omotenashi basada en la combinación de materiales nobles de diferentes texturas —kaichou— y trabajo artesanal, combinado con la experiencia de conducción jinba Ittai que busca conectar al jinete con su montura.

El nuevo Mazda es cálido de puertas para adentro y además busca de forma activa la mejor integración posible entre el cuerpo del conductor y el triángulo asiento-pedales-volante, con un sistema completamente innovador y automático: el reconocimiento facial del conductor. 

Mediante una cámara colocada en el vértice de la pantalla central, el sistema ajusta el entorno de la persona se coloca al volante: climatizador, asiento, proyección de la instrumentación, multimedia y posición el aro. Capaz de memorizar los ajustes seis conductores más invitados, solo exige introducir la altura de la persona una vez para que la base de datos cruce con referencia a la posición de los ojos, 250 ajustes diferentes del triángulo de conducción. 

Los recorridos de la columna de la dirección, con hasta 45 milímetros de inclinación y 70 milímetros de profundidad, se repiten a la inversa cuando se detiene la marcha para facilitar los movimientos de entrada y salida, e incluso la cinemática del asiento del conductor permite la regulación longitudinal sin interferir en la altura de la banqueta, que suele ser el gran problema de las personas con menor estatura. 

El sistema que pasa desapercibido para el conductor una vez que ha permitido la configuración automática del sistema, consigue aproximar la experiencia de conducción perseguida desde el tablero de diseño, a la conseguida por los especialistas en ergonomía de la marca que replican en tres dimensiones la posición ideal al volante, sabedores de que en ocasiones algunas personas no utilizan de forma correcta los ajustes manuales. 

Gran tamaño, estética poderosa y armónica en un segmento donde es fácil caer en los excesos combinada con todos los atributos que hacen de Mazda una marca diferente, otorgan a este todocamino el acento de vehículo de representación en la silueta de moda.

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