El Q4 e-tron toma en Ginebra el relevo de los modelos eléctricos de Audi
En una estrategia bien orquestada que consiste en ofrecer a sus potenciales clientes tantos modelos diferentes como pueden soñar, Audi sigue completando su gama con la máxima variedad de productos imaginable. Hace dos años ya anunció que desvelaría en 2019 un SUV compacto de aire muy deportivo que no hizo falta pensar mucho para concluir que, situándose a medio camino entre el Q3 y el Q5, acabaría denominándose Q4.
Dicho y hecho: la firma de los aros acaba de publicar los primeros bocetos de ese Q4 que se va a poder contemplar por primera vez en el Salón del Automóvil de Ginebra (del 7 al 17 de marzo) y llega con la novedad (relativa) de que tendrá una versión puramente eléctrica, por lo que tomará el relevo de los pioneros de Audi en propulsión libre de emisiones. La marca se ha adentrado en este campo con el e-tron, a punto de llegar a los concesionarios, y proseguirá con el e-tron Sportback, que se presentará a finales de año.
El Q4 e-tron podría llegar al mercado aproximadamente un año más tarde, si bien lo más probable es que primero debuten las variantes del vehículo dotadas de motores de combustión y luego desembarque esta 100% eléctrica que se inscribe en una campaña que en 2019 contempla el lanzamiento de varios modelos con algún tipo de electrificación. Además del e-tron Sportback, el cuarto trimestre verá la llegada del A8 L e-tron, y para después del verano se espera la de los Q5 e-tron y A7 e-tron, todos ellos híbridos enchufables.
A falta de los detalles que podremos en conocer en Ginebra, el Q4 e-tron nos sirve para constatar no solo los avances de Audi en movilidad eléctrica, sino también para conocer el lenguaje de diseño que pretende imponer a sus SUV de carrocería coupé. De hecho, este se antoja una versión a escala del Q8, el todocamino deportivo de gran tamaño (y atractivo) que los activos hombres de Ingolstadt acaban también de poner en el mercado.
En los teasers disponibles se aprecian unas líneas sumamente musculosas que surgen de sumar una línea de cintura muy alta, unas ventanillas mínimas y las consabidas (en todo concept car que se precie) llantas de más de 20 pulgadas. Al tratarse de una versión eléctrica, el Q4 e-tron luce una parrilla frontal cerrada, es decir, sin entradas de aire que son innecesarias en un vehículo de estas características.
Otros rasgos sobresalientes del modelo son unos faros delanteros notablemente afilados y la mención e-tron en la parte baja del paragolpes. Destacan también por su notoriedad los pasos de rueda ensanchados y un pilar trasero muy adelgazado con el objetivo de resaltar la silueta coupé del coche. Aunque Audi no ha dado a conocer vistas de la parte trasera, bien podría inspirarse visualmente en las líneas de la zaga del e-tron Sportback (junto a estas líneas). Llama la atención el detalle de que en este caso se ha renunciado a los retrovisores virtuales (con sistema de cámaras), que sí lleva el e-tron, y optado por espejos exteriores normales, si bien presentan un diseño de lo más aerodinámico y compacto.
Del interior cabe subrayar la presencia de un volante achatado tanto en la parte superior como en la inferior y la ausencia de palanca de cambios, sustituida por un selector electrónico de velocidades.
En cuanto a la mecánica oculta tras los vistosos ropajes del prototipo, poco se sabe salvo que dispondrá de dos motores eléctricos, uno por eje, por lo que ofrecería tracción a las cuatro ruedas, y que se fabricará sobre la plataforma MEB del Grupo Volkswagen, desarrollada exclusivamente para vehículos eléctricos, entre ellos todos los miembros de la familia I.D. de Volkswagen y los respectivos modelos eléctricos de Seat y Skoda.