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Jaguar Land Rover investiga sobre materiales compuestos para aligerar el peso de los coches eléctricos

Jaguar I-Pace.

Paula Ulloa

Más allá de prestaciones y desarrollo de la infraestructura de recarga, uno de los grandes problemas intrínsecos que presentan los coches de nulas o muy bajas emisiones, esto es, los eléctricos y los híbridos enchufables, es que precisan para funcionar de unas baterías a día de hoy sumamente pesadas. La cuestión no es baladí, porque precisamente el elevado peso compromete la propia eficiencia que es la razón de ser de este tipo de vehículos.

Algún fabricante de especial audacia, como Mazda, expresa abiertamente su criterio de que un coche eléctrico difícilmente llegará a ser nunca el vehículo principal de ninguna familia o individuo dado que la contradicción entre larga autonomía y grandes packs de baterías no tiene resolución posible: si se pretende llegar lejos hay que montar unas baterías tan pesadas que disparan el consumo de energía y, en consecuencia, reducen drásticamente la autonomía.

Otras marcas no dan por perdida la batalla del coche único -válido para el uso urbano y para viajar- y prefieren centrarse en hallar la manera de aligerar sus modelos de manera que no supongan un impedimento en sí mismos para el desarrollo de la movilidad eléctrica.

Jaguar Land Rover (JLR), por ejemplo, se prepara para el futuro de los vehículos eléctricos mediante una investigación sobre avanzados materiales compuestos y ligeros que ofrecerán una autonomía más extensa y mayor rendimiento, además de una experiencia de conducción más dinámica y satisfactoria para los usuarios.

El proyecto Tucana de la firma británica -hoy propiedad del gigante indio Tata Motors- es un programa de cuatro años con el que Reino Unido pretende colocarse a la vanguardia mundial de la tecnología de bajas emisiones de CO2, ayudando a reducir las emisiones de este gas en 4,5 millones de toneladas entre 2023 y 2032. Todo ello gracias al incremento del uso generalizado de los vehículos eléctricos y a la fabricación de modelos más ligeros, que merced a su ligereza reducirán sus emisiones y el consumo de energía de sus motores eléctricos.

El objetivo de esta investigación de Jaguar Land Rover no es otro que desarrollar vehículos y estructuras de motores ligeros al sustituir el aluminio y el acero por compuestos capaces de controlar el aumento del par generado por las baterías de alto rendimiento, así como de mejorar la eficiencia y reducir la huella de dióxido de carbono.

El fabricante espera aumentar la rigidez de sus vehículos en un 30%, reducir su peso en hasta 35 kilogramos y refinar aún más la estructura de seguridad frente a colisiones por medio del uso estratégico de compuestos personalizados, como la fibra de carbono. Además, la reducción del peso permitirá incorporar baterías más grandes con mayor autonomía sin afectar a las emisiones de CO2.

Nuevas herramientas para acelerar la descarbonización

Los compuestos avanzados ofrecen una importante reducción en el peso del coche y, para 2022, Jaguar Land Rover espera haber desarrollado una flota de vehículos de prueba del proyecto Tucana.

En el consorcio creado al efecto, liderado por JLR, figuran socios académicos y del sector líderes en el mundo, como Warwick Manufacturing Group (WMG), Expert Tooling & Automation, Broetje-Automation UK, Toray International UK, CCP Gransden y The Centre for Modelling & Simulation (CFMS).

Marcus Henry, Research Manager de Jaguar Land Rover, ha indicado al respecto de este programa: “El desarrollo de nuevas estructuras de carrocerías más ligeras complementará a los motores con cero emisiones más innovadores y será clave en el futuro de la electrificación de nuestros vehículos. Este proyecto permitirá demostrar la auténtica capacidad medioambiental de los vehículos eléctricos al extender la adopción de la tecnología, y colocará a Jaguar Land Rover y la cadena de suministro de Reino Unido a la vanguardia de las tecnologías con bajas emisiones de carbono”.

Por su parte, Ian Risk, Chief Technology Officer de CFMS, ha explicado: “Tucana demuestra que es posible optimizar y acelerar el desarrollo de nuevas tecnologías gracias a la ingeniería digital. Con las nuevas herramientas de fabricación, desarrollo y diseño digital, las emisiones se reducirán con más rapidez”, lo que fomentará que las economías europeas avancen con paso más rápido hacia la descarbonización.

Como la de otras marcas, la transformación de Jaguar y Land Rover en fabricante de modelos electrificados ha adquirido velocidad de crucero en los últimos tiempos. Jaguar, de una parte, ha completado la electrificación de su familia Pace con la incorporación del motor híbrido enchufable P330e en el nuevo E-Pace y del P400e en el F-Pace, que junto con el Jaguar I-Pace, 100% eléctrico, conforman la gama de modelos de baterías de Jaguar. Por la parte de Land Rover, el Range Rover Velar incorpora ahora el motor P400e, para completar las opciones híbridas disponibles en la familia Range Rover.

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