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CRÓNICA | Las calles y plazas de San Javier y La Ribera se alegran con la música de la Dixieland Train

La Dixieland Train inició su recorrido por San Javier antes de viajar hasta La Ribera

Andrés Garrido

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El XXII Jazz San Javier ha recuperado en esta edición algo que si estuvieran en Nueva Orleans sería muy común, pero no lo es tanto por esta parte del Sureste español. Nos referimos a ver, escuchar y acompañar durante un rato a una Jazz Marching Band. Esto es, músicos que van tocando música (por lo general suele ser dixie) alegrando las calles y plazas por las que pasan. Para esta ocasión, el Festival de Jazz de San Javier ha recuperado esta tradición del Mississippi que ya puso en práctica hace unos años atrás y que tuvo que suspender debido a los recortes por la crisis económica. Poco a poco, esos conciertos y pasacalles gratuitos se han ido recuperando y éste de ayer jueves ha sido el último ya que, como conocerán algunos de nuestros lectores, los conciertos en plazas y en La Manga se vienen celebrando de nuevo, desde la edición XIX con éxito de asistencia masiva a los mismos.

Si alguno de ustedes ha viajado, o lo va a hacer, a Nueva Orleans no se extrañe de ver por sus calles o plazas una Jazz Marching Band. Esto es, una banda clásica de músicos que van alegrando esos espacios y a las personas que los ocupan. Por regla general, su música suele ser la denominada “dixie”, que es aquella que se podía escuchar en los años 20 y 30 del pasado siglo XX. Es una música divertida y alegre, aunque en ocasiones puede ser triste; suelen ser esas bandas que usted habrá observado en alguna película que acompaña un funeral y que, a su vez, es acompañada por familiares y amigos.

En esos casos, los del funeral, suelen comenzar con una marcha fúnebre que una vez acceden a la avenida principal por la que transcurrirá el cortejo cambia totalmente y el “dixie” comienza a alegrar tanto al fallecido en su viaje al más allá, como a los acompañantes que comparten esa alegría. Estas bandas en Nueva Orleans son muy frecuentes no sólo en las calles y plazas, sino también en diversos clubes de los muchos que posee la ciudad a orillas del Mississippi.

Jazz San Javier ha recuperado esa parte del género que, sin duda y como quedó demostrado anoche, alegran la vida de quienes pasean o toman un bocado en las diferentes calles, plazas o establecimientos de restauración situados al aire libre. Los encargados de este “paseo musical” fueron los murcianos de la Dixieland Train, conformados por Diego Nicolás Abellán, banjo principal; Juan José Murcia Martínez, banjo; David Cano Rodríguez, saxofón; Diego Molina Pinera, tuba; Carlos Lozano Salas, trombón; Joaquín Molina Ruiz, trompeta sustituyendo al anunciado Javier Cano Rodríguez, y en la washboard (percusión) Antonio Gutiérrez. Este septeto logró el objetivo perseguido por Jazz San Javier de arremolinar a su paso a todas aquellas personas que se encontraran en las calles y plazas de San Javier, como se puede comprobar en las diferentes fotografías de Goio Villanueva.

Una hora más tarde, sobre las 21:30, se trasladaron hasta Santiago de la Ribera y en su paseo desde el Club Náutico hasta la Explanada Barnuevo, la Dixieland Train logró hacerse con un numeroso grupo de seguidores y a su paso por las diferentes terrazas de restaurantes y bares de copas atraer la atención de comensales y degustadores hacia la música que acompañaba el cortejo. Piezas como “Caravan”, “Tiger Rag”, “Home Again Blues” o “St. Louis Blues” fueron algunas de las piezas tremendamente populares que esta marching band murciana fue dejando durante su trayecto.

En resumen, una recuperación muy tradicional de Jazz San Javier que ha tenido, de nuevo, una excelente acogida y que hacemos votos por continuar en futuras ediciones.

Y esta noche, el festival regresa a su marco oficial del auditorio Parque Almansa, con una primera parte dedicada al homenaje que se rendirá al desaparecido trompetista Roy Hargove que, junto a Roberta Gambarini, participaron como invitados del también desaparecido pianista Hank Jones en la IX edición allá por 2006. Para este concierto, la organización ha logrado unir a la propia Roberta Gambarini y al trompetista Frabrizio Bosso arropados por el baterista Mario Gonzi, Joshua Ginsburg en el contrabajo y el pianista Rob Bargad. La segunda parte de este viernes un cambio absoluto de decorado en el que la fusión y, sobre todo, el sonido de Marcus Miller y su bajo o clarinete bajo volverán a escucharse en el auditorio del Parque Almansa. No se lo pierdan.

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