El Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) ha confirmado la desaparición de la bolsa de anoxia que se había detectado en la zona sur del Mar Menor tras el paso de la dana Alice, pero ha alertado de que la zona central de la laguna mantiene indicadores de hipoxia, unos niveles de oxígeno anormalmente bajos.
El Mar Menor ha alcanzado “unas condiciones de estabilización”, tal y como indica el último informe del proyecto 'Belich' del IEO. Tanto la clorofila-a como la turbidez se han mantenido en valores incluso inferiores a los registrados en esta época del año en periodos anteriores de estabilidad: “Esta reducción ha favorecido una mayor disponibilidad de luz en el fondo, alcanzando niveles suficientes para garantizar el funcionamiento de las comunidades de macrófitos [plantas acuáticas], alejándose de los efectos disruptivos que se advertían en informes anteriores”.
Los valores de oxígeno disuelto, por su parte, se han mantenido en rangos “óptimos” en el grueso de la laguna, aunque el informe ha alertado de la situación en el fondo marino de la zona central de la laguna: “Se han registrado en el fondo valores correspondientes a una situación de hipoxia”, ha indicado el IEO.
“En la estación B (centro), los sensores de fondo han registrado valores notablemente más bajos que en el resto de la laguna, alcanzando con cierta frecuencia valores indicadores de una situación de hipoxia (4-2 mg/l) entre los días 20 y 25 de agosto”, ha detallado el IEO.
Aunque el Instituto ha observado que el cuadro general de la laguna “no es indicativo de riesgo de algún tipo de evento ambiental adverso”, ha anunciado que va a monitorear los valores anormalmente bajos de oxígeno en el área central afectada y su posible causa.
Migración de fauna local
Tras las precipitaciones de hace dos semanas, el frágil ecosistema de la laguna experimentó un nuevo deterioro. El 19 de octubre los valores estaban por debajo de 2 mg/L en la zona, que si bien no es anoxia completa, sus efectos sobre la fauna y flora acuáticas son ya tóxicos, y pueden desencadenar una situación de estrés extremo e, incluso, mortalidad si la exposición de los organismos marinos a estas condiciones es prolongada.
A consecuencia de este fenómeno, el 23 de octubre tuvo lugar una migración de la fauna local, que fue avistada huyendo del fondo marino hacia la superficie, en un intento de escapar de la masa de agua anóxica del sur de la laguna.