Este sábado llegó el frío a NC. Ante una grada algo menos poblada de lo habitual, el Real Murcia ofreció a sus fieles, armados de abrigos y bufandas hasta los dientes, un partido con dos periodos claramente diferenciados. Los primeros veinticinco minutos fue dueño del partido, movió el balón en la medular con criterio, y bajo la batuta de un enorme Armando, desarboló a un muy agresivo Burgos al que batió en una ocasión, pudiendo haberlo hecho en alguna otra.
Luego, con el marcador ya a favor hubo apagón. Por el contrario, la intensidad del rival no bajó ni un ápice hasta el final. La mayoría de equipos que habían visitado NC esta campaña acabaron pagando el esfuerzo y motivación iniciales en el último tramo de los encuentros. Con el Burgos la película fue radicalmente distinta, y el empate frente a los castellanoleoneses acabó siendo el mal menor para un cortocircuito de casi setenta minutos que pudo acabar en derrota sin la destacada actuación bajo palos de Fernando.
El Murcia afronta su primera “minicrisis” de la temporada. Y eso que, habiendo conseguido ocho puntos de los últimos dieciocho, el sábado durmió líder del Grupo I, y ha finalizado la jornada en segunda posición, incluso aumentando en un punto su margen con respecto al quinto clasificado. El equipo, que empezó arrasando en sus viajes al Norte, sólo ha podido sumar un punto en las últimas tres salidas. El que consiguiera en Santiago frente al Compos de Iñaki Alonso. Además, mirar al calendario no supone un alivio para los de José Manuel Aira. En sus próximos cinco encuentros hará frente a rivales de la zona media-alta de la clasificación: Cultural, Guijuelo, Valladolid B, Logroñes y Ferrol. No hace falta ser adivino para darse cuenta de que el próximo mes va a marcar enormemente el camino del equipo en la competición.
En la grada de NC diciembre y enero son meses que causan pavor. Desde nuestra última temporada en Primera división, el cambio de estación ha supuesto siempre un bajón en el rendimiento y los resultados del equipo. Ya empiezan a quedar lejanos los calurosos días de finales de agosto en los que el Murcia tuvo que construir una plantilla a partir de media docena de jugadores, y en apenas una semana. Lejana también aquella victoria épica en A Malata, con algún jugador sobre el césped que había llegado en su vehículo particular a Ferrol, la madrugada anterior. Desde la grada empiezo a apreciar que se exige al equipo en función de su historia y su escudo, más que en base a su verdadera realidad presente. El sábado ya había quien destronaba al recientemente coronado “Rey” Arturo. Muchas miradas, y cierto movimiento en redes sociales, han empezado a apuntar al banquillo.
En mi opinión, es un error mayúsculo buscar ahí los problemas de este Real Murcia. El equipo funciona de forma asombrosa, teniendo en cuenta que está formado en su mayoría por jóvenes sin experiencia previa en Segunda B, y por futbolistas que se incorporaron cuando todos los equipos fuertes de la categoría ya habían cerrado sus plantillas sin acordarse de ellos.
De la idoneidad de Aira para el proyecto para el que fue contratado se podía dudar. Aterrizaba en Murcia, sin experiencia como entrenador en Segunda A, para liderar un proyecto con vocación de luchar por el ascenso. El cúmulo de circunstancias que acabaron con el Real Murcia en el Grupo I de Segunda B convirtió a Aira en el fichaje más acertado de la pretemporada. José Manuel conoce este Grupo a la perfección. Ha actuado como futbolista en la mayoría de campos en que el Real Murcia ha jugado y jugará esta temporada, y además lideró desde el banquillo a un modesto Racing de Ferrol que alcanzó el Play-Off el curso pasado. Lo hizo con un bloque con pocas variaciones respecto al que, también bajo su batuta, había ascendido de Tercera la campaña previa.
Por todo ello no se me ocurre nadie tan idóneo como Aira para liderar la nave grana. Él es el Norte de este Real Murcia que pretende conseguir la que sería, sin duda, la mayor gesta de su historia: un retorno fulminante a Segunda A con todos los condicionantes en contra.
Ahora que parece se atraviesa el primer bache del curso, Aira continúa agarrándose al trabajo y la humildad como llaves del éxito, maximizando el aprovechamiento de la plantilla de la que dispone, y dando un impulso tremendo a la casi siempre olvidada cantera grana. Impulso que los chavales están pagando con un sobresaliente rendimiento en la primera plantilla, y una motivación especial en el Imperial, que en su 90º aniversario lidera el Grupo XIII de Tercera División. El Real Murcia está en el camino correcto, al menos en lo deportivo.
Viene un mes complicado, qué duda cabe. Toca abrigarse para pasar los rigores del invierno. Recuperar la paciencia prometida al inicio de la temporada, y que entonces no hizo falta agotar. Porque el Murcia de este año puede perder muchos puntos, pero no puede permitirse perder el Norte.
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