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Diego José Mateos, alcalde de Lorca: “Los edificios y los monumentos se caen y se levantan, pero las muertes son irreparables”

Diego José Mateos, alcalde de Lorca, en el balcón del Ayuntamiento

Álvaro García Sánchez

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Casi diez años después del terremoto de 5,1 grados de magnitud en la escala de Richter que dejó nueve muertos, 324 heridos y más de mil millones de euros en daños, entre viviendas, infraestructuras y patrimonio cultural, la ciudad de Lorca se ha recuperado casi totalmente de los destrozos causados por el seísmo del 11 de mayo de 2011. Su actual alcalde, Diego José Mateos Molina (Lorca, 1975), era en aquel fatídico día concejal en la oposición del consistorio lorquino, cuando acudió al ayuntamiento junto con otros miembros de la corporación tras el primer movimiento violento. Una década después, al frente del ejecutivo municipal, constata la mejoría urbana de la ciudad tras su reconstrucción, advierte que aún queda trabajo por hacer, y marca como objetivos ante el décimo aniversario de la tragedia el recuerdo y el homenaje a las víctimas, el agradecimiento a todos los que se volcaron con Lorca en una oleada de solidaridad tras la catástrofe, y el aprendizaje necesario ante una posible situación similar.

 ¿Dónde estaba cuando sucedió el terremoto?

El primer terremoto me pilló en casa, con mis hijos. Los llevé al parque, porque nos recomendaron que fuéramos a espacios abiertos. Yo entonces era concejal en la oposición y me fui al ayuntamiento para ver si había pasado algo. Creíamos que había quedado todo en un susto. Estábamos comentando la situación dentro del edificio, junto con otros miembros de la corporación, en la última planta, cuando nos pilló el segundo terremoto, el más grave. Fue tremendo. A toda persona que estuviera en Lorca en aquel momento se le ha quedado grabado qué estaba haciendo en aquel momento, qué estaba diciendo. Hubo en estallido en el ayuntamiento, y a mí me cayeron algunos cristales que se rompieron en la nuca y en la oreja. Después del segundo terremoto nos bajamos corriendo a la plaza de España, que era una nube de polvo, una niebla densa. Me recuerda a las imágenes de las torres gemelas, cuando se ve el polvo flotando en la calle. Fueron unos momentos muy complicados, incluso dejaron de funcionar los teléfonos. Había una gran preocupación por tu propia familia.

¿Qué supuso para Lorca?

Lo más grave fueron las nueve vidas que se perdieron. Los edificios y los monumentos se caen y se levantan, pero las muertes son irreparables. Al margen de eso, para Lorca supuso, con el paso del tiempo, una oportunidad para renovar la ciudad, porque se dañaron tantas infraestructuras que hubo que hacerlas nuevas. Se dañaron tantas viviendas que hubo que reconstruirlas. Pero fue un proceso complicado, no exento de problemas, porque fue de tal magnitud que nadie estaba preparado para abordar la situación. Se actuó con muy buena voluntad. Ha servido de ejemplo para hacer protocolos, coordinación, tenerlo todo previsto. El Estado, la Comunidad Autónoma, los municipios, el ejército, la Cruz Roja, muchísimas entidades particulares, todos se volcaron, intentaron ayudar, y coordinar eso no es fácil.

¿Cómo valora la coordinación de todas las fuerzas posibles por la causa?

Esa es una de las grandes diferencias entre el terremoto, que fue una catástrofe, y la pandemia, que está siendo otra. El terremoto solo sucedió en Lorca, de modo que todo el mundo se volcó con Lorca. Era una cosa que en Europa tampoco era muy común. Toda la solidaridad se centralizó en Lorca. Pero en la pandemia no, es diferente, porque estamos todos en la misma situación. Todos necesitamos los mismos recursos, y repartirlos.

¿Está Lorca recuperada de la catástrofe?

Visto con el paso de los diez años, la gran mayoría de gente ha ido a mejor, porque se han reconstruido los edificios nuevos, con lo cual han ganado. Pero queda el calvario que han tenido que pasar. Y por supuesto, ellos han podido recuperar todo, pero hubo vecinos de Lorca que perdieron la vida, y eso no lo va a devolver nadie. Sin embargo, es verdad que dejando a un lado esa excepción de los fallecidos, Lorca está mucho mejor que hace diez años.

Sin embargo, todavía nos queda camino. Hay mucho hecho, tal vez un 85% o 90% de las cuestiones pendientes. En cuanto a viviendas todo está prácticamente solucionado. Desde el punto de vista de la recuperación del patrimonio también queda muy poquito, se han recuperado 75 bienes culturales. Y en cuanto a infraestructuras hay muchísimo hecho, pero nos quedan aún cosas importantes como terminar la ronda de circunvalación, otra ronda de evacuación en los barrios altos, para dotar de salidas y entradas en caso de catástrofe. Se aprendió en ese sentido. Se ha hecho mucho durante estos diez años.

¿Y está más preparada que antes para un terremoto?

Sí. Yo siempre digo que estos diez años tienen que ir en un triple objetivo: recuerdo y homenaje a las víctimas; agradecimiento a toda la solidaridad; y aprendizaje. Y aprendizaje en todos los aspectos. Primero en construir mejoras, para adaptarse a la situación. Luego, hemos aprendido en protocolos de coordinación de las administraciones, y han servido de ejemplos nacionales e internacionales. Y luego, el aprendizaje de la ciudadanía. Cómo actuar. Primero explicarlo, darle la naturalidad de que estamos en una zona sísmica. A lo mejor en Lorca no tenemos terremoto en cien años, o sí. Por lo tanto, todos tenemos que hacer ese aprendizaje. No salir a la calle, ponernos debajo de un dintel. Todas las víctimas habían salido a la calle y les cayeron elementos de las fachadas encima. Es el instinto de salir corriendo contra el aprendizaje interiorizado de cómo actuar ante un terremoto. Hemos editado un cómic divulgativo sobre cómo son los terremotos y cómo actuar, porque los niños no se acuerdan o aún no habían nacido,.

La Región de Murcia es la última Comunidad Autónoma de España en cuanto a ritmo de vacunación. ¿Qué le parece?

Tenemos que hacer todo lo posible para, si no ser la primera, sí estar a mitad en ritmo de vacunación. Desde el Ayuntamiento de Lorca estamos colaborando en todo lo que nos piden. Hemos ofrecido varios espacios, tenemos nuestro personal a disposición prestando asistencia, y está habiendo errores. Hay días en los que se junta mucha gente, otros en los que va mucho más espaciado. Hay errores de citación. Nosotros, en la Región, lo que tenemos que hacer es que, toda dosis que llegue desde el Gobierno de España, tiene que utilizarse a la mayor brevedad posible. Es verdad que no es fácil organizarlo, pero otras comunidades si lo están haciendo. Mínimo habría que ir a un ritmo que esté en la media del país.

La alcaldesa de Águilas se quejaba hace dos semanas de que los mayores de su municipio tenían que acudir a Lorca a vacunarse ¿Cómo lo valora?

No es lógico que sucediera eso, que tuvieran que desplazarse a Lorca cuando hay pabellones y centros de salud municipales. No estamos hablando de que se desplacen diez personas, o cien. Es que Águilas tiene 35.000 habitantes. Obligas a desplazarse a mucha gente al mismo sitio, con lo cual las distancias de seguridad se ven comprometidas. Mucha gente no dispone de vehículo, y tampoco estamos bien comunicados. Y, además, a nosotros nos generaba un problema de tráfico. Parece ser que estas opiniones han sido escuchadas, la Consejería de Salud ha recapacitado, y se está vacunando cada uno en su ciudad, que creo que es lo más lógico.

¿Qué opina de la victoria del Partido Popular en Madrid?

Lo importante es ver las cosas en su contexto. Igual que nadie dijo, cuando ganó el PSOE en Catalunya, que se podía extrapolar al resto del país, en Madrid tampoco. Se han dado unas circunstancias muy extrañas: mucha polarización, un día de semana, a raíz de la moción de censura en Murcia, todo corriendo. Han sido unas circunstancias extrañísimas. El sentido común dice que el resultado no es extrapolable a España. Lo que sí tiene que servir a todos, sobre todo a los que no hemos sabido llegar a la gente para tener el apoyo mayoritario, en este caso hablo del PSOE, es para reflexionar y analizar qué se ha hecho mal para sufrir esta pérdida de votos. Hay que hacer un análisis de todo, de todas las circunstancias, no solo de estas semanas o estos dos meses, sino de todo lo que se ha hecho de aquí para atrás. Hay que reflexionar y tomar decisiones, y el PSOE siempre ha tomado decisiones en ese aspecto. Pero no es el momento ahora de tomarlas, en caliente.

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