El polo químico de Alcantarilla: la batalla legal por el aire limpio

El polo químico del municipio murciano de Alcantarilla, situado a las afueras del centro urbano, lleva décadas siendo un quebradero de cabeza para los vecinos: el mal olor y los accidentes industriales se han repetido desde los años ochenta. Si bien la situación ha mejorado con respecto a unos años atrás, la Plataforma Aire Limpio, que aglutina las demandas de los vecinos de Alcantarilla y varias pedanías de Murcia de las proximidades, ha presentado un recurso contencioso administrativo para pedir el traslado de ese polo químico a otro emplazamiento.

Sobre la petición de traslado de Derivados Químicos por parte de la Plataforma Aire Limpio, los servicios jurídicos de Derivados Químicos han puesto de manifiesto que desde Ecologistas en Acción se “ha llevado a cabo una ocultación deliberada de información a la Sala y han demostrado la radical inveracidad de sus tesis, aportando una ingente documentación y medios probatorios que evidencian la sinrazón de las pretensiones de la parte demandante”. La Sala de lo Contencioso-Administrativo ha declarado la nulidad de actuaciones como consecuencia de la práctica de medios probatorios “en los que no ha podido intervenir la empresa al no haber sido emplazada”. Se van a repetir dichos medios con el fin de no originar “indefensión”.

El comité de la empresa también señaló que disponen de “toda la información necesaria” para afirmar que la ubicación de Derivados Químicos en Alcantarilla “no constituye peligro alguno para la población” y, para ello, enumeran desde los resultados de los medidores que controlan las emisiones a la atmósfera a la formación del personal.

Alcantarilla es un nudo de comunicaciones que le ha otorgado históricamente una posición privilegiada para el desarrollo económico. A la sombra de la capital comarcal y autonómica, la industria se iba asentando en el municipio, que con tan solo cuatro kilómetros cuadrados que la conformaban originalmente, tenía una de las densidades de población más altas de toda España, ya que en sus apenas cinco kilómetros cuadrados residían alrededor de 35 mil habitantes. A pesar del reducido espacio disponible, el municipio albergaba una gran cantidad de empresas dedicadas a la actividad industrial, como la conservera o la química que, a finales de los ochenta, dejaba de tener cabida en los entornos urbanos. Una de las características de la zona es la leve intensidad de los vientos que circulan, razón por la que la Academia General del Aire eligió esta localidad para emplazar una base paracaidista.

El municipio murciano se enfrenta también a un problema de emisiones contaminantes derivados del tráfico y otras fuentes industriales. Precisamente, la sesión plenaria celebrada el 28 de octubre de 2021 dio luz verde al proyecto inicial sobre Movilidad Urbana Sostenible en Alcantarilla que vertebrará las redes de transporte del municipio para reducir las emisiones contaminantes derivadas del tráfico.

Francisco Zapata, primer alcalde de la democracia en Alcantarilla, ya jubilado, negoció, según sus propias palabras, con el Ayuntamiento de Murcia la cesión de terreno municipal para alejar estas industrias de las zonas habitadas. La intención era poder sacar la industria del casco urbano sin que el municipio tuviera que renunciar a esos puestos de trabajo. De esta forma, en 1987, dichas negociaciones dieron sus frutos y Alcantarilla pasó de los apenas cinco históricos kilómetros cuadrados a unos 16.2, triplicando su espacio municipal y permitiendo alejar, en parte, la contaminación de sus habitantes, ya que la ausencia de vientos no permite una adecuada depuración del aire en lapsos cortos de tiempo.

En febrero de 2005, se produjo un incidente en la planta de la compañía de productos farmacéuticos Novochem 2000, que fabricaba para la compañía Bayer, debido a una explosión en uno de sus reactores. Como consecuencia, se desató un incendio de gran magnitud con llamas que alcanzaron los 30 metros de altura y se generó una densa columna de humo negro que era visible desde Cartagena. Decenas de personas tuvieron que ser confinadas hasta que se disipó el peligro.

“Si se ha conseguido algo todo este tiempo” apunta José Manuel Muñoz, abogado de Ecologistas en Acción, “ha sido porque los episodios de malos olores han ido acompañados de denuncias de los vecinos”.

El 14 de enero del año 2014, durante la limpieza de la balsa de reserva de la estación depuradora de aguas residuales se produjo un escape de gases que obligaron a desalojar a los más de mil alumnos de IES Sanje, ubicado a menos de quinientos metros de dicha empresa. Los propios alumnos comentaron que se trataba de un fuerte olor a “naranja amarga”, mucho más intenso de lo habitual, y que provocó que una veintena de estudiantes tuvieran que ser atendidos con vómitos y dolores de garganta.

Ese hecho, conocido en adelante como el 'Episodio Sanje', fue llevado por la vía penal y resultó sobreseído. Quedó demostrado en vía penal que Derivados Químicos no fue responsable del denominado 'episodio Sanje'. Así lo volvió a declarar el Juzgado de Instrucción número 6 de Murcia mediante un auto de sobreseimiento de 23 de febrero de 2023.

También hubo problemas, explica el abogado con el oxidador térmico regenerativo, una tecnología que, mediante la oxidación química a altas temperaturas, depuran los contaminantes del gas de los procesos industriales y que su finalidad es reducir las emisiones.

Durante 2014 y 2015 les fue exigida la instalación de un sistema de monitoreo para revisar las emisiones de las chimeneas y, tras comprobar que la empresa había superado los niveles límites de emisión e incumplido la orden de paralización de actividades, la Sala de lo Contencioso del TSJRM reprochó a Derivados Químicos su actitud ante estos episodios, en los que no comunicó en ningún caso a las autoridades regionales y subrayó que “la salud de los ciudadanos debe estar por encima de los intereses económicos”. Las sanciones impuestas a la empresa superaron los 700.000 euros.

Desde la instalación del Oxidador Térmico Regenerativo (RTO, por sus siglas en inglés) en 2016, afirman desde la empresa, se han reducido las emisiones a más de la mitad. Esta instalación ha contribuido a garantizar “la minimización del impacto de las emisiones generadas por la actividad industrial”, de modo que las emisiones de la empresa están “por debajo de los límites legalmente” establecidos por la normativa nacional.

Como medida de seguridad, la instalación posee un sistema de alerta capaz de detener el proceso productivo antes de superar el valor límite de emisión establecido. El actual RTO fue diseñado para adaptarse a los más exigentes requerimientos técnicos de la Consejería de Medio Ambiente. “Esta tecnología es más eficiente y tiene un consumo de energía menor a pesar de operar a mayor temperatura. Los informes realizados y el desempeño conseguido demuestran que el RTO asegura que nuestra actividad se enmarque en unos estrictos estándares de calidad medioambiental”.

En septiembre de 2014 se publicó un informe, encargado por la Dirección General de Salud Pública y Drogodependencias de la Comunidad Autónoma, por las continuadas denuncias sobre episodios de contaminación atmosférica. Dicho estudio trataba de estudiar y cuantificar las afecciones respiratorias, la incidencia de enfermedades oncológicas y las principales causas de la mortalidad en el área del polo químico.

Eloisa Gómez y Rosa López, Doctora en Química y Licenciada en farmacia, respectivamente, ambas peritas, expertas en Salud Ambiental y testigos en el juicio celebrado el 24 de noviembre de 2015, declararon que, aunque no pueda cuantificarse el riesgo que supone la actividad de la industria química, “el gran problema para definir el riesgo está en la incertidumbre que tenemos como Administración Sanitaria para intervenir, qué cantidad y en qué momento se está en riesgo”.

Una delegación de la Plataforma Aire Limpio se personó en Bruselas para denunciar en el Parlamento Europeo la situación. José Vicente, profesor jubilado del IES Sanje, comenta que los diputados “no daban crédito” por la mínima distancia entre el complejo industrial y el centro educativo. “No decimos que no lleven a cabo su actividad” finaliza, “pero creemos que este no es el emplazamiento adecuado”.

La empresa emplea a 150 personas en la Región de Murcia. En cuanto a la producción, Grupo Olon proporciona sustancias activas para fármacos que cubren una amplia variedad de patologías. Entre ellos, produce sustancias activas para antivirales, antihipertensivos, analgésicos, para el tratamiento cardiovascular o para el sistema respiratorio.