Finisterre 19 de junio. Día 7
Hoy nos hemos levantado… ¡A las siete! Dormir en un pabellón polideportivo ha sido una experiencia nueva para la mayoría.
Ha sido un poco raro porque nos hemos montado en el autobús y hemos desayunado media hora después. A continuación hemos visitado un castillo medieval en Vimianzo que tiene una exposición permanente de artesanos que no hemos podido ver porque hemos llegado demasiado temprano. El castillo era pequeño pero con unas vistas muy bonitas. Nos han contado su historia que estaba llena de ataques, incendios, batallas, etc. De allí hemos partido hacia el castro de Borneiro, unas ruinas de una población celta en las que se puede observar restos de su muralla y de algunas viviendas.
La mañana ha continuado con la visita al Centro de Interpretación del Dolmen de Dombate. La visita ha sido muy interesante y después de ver el monumento original hemos podido entrar en una réplica a tamaño real del mismo. Para terminar la sesión de mañana, hemos llegado a Finisterre atravesando descalzos la playa de Lagosteira como vienen haciendo los peregrinos desde la Prehistoria. Y de allí, a comer.
La empanada gallega y la lasaña de jamón york y queso (que se salía del plato) estaban deliciosas. Al terminar nos han dado un helado que nos hemos comido en la calle frente al restaurante, debajo del balcón desde el que uno de nuestros profesores ha pronunciado el tradicional discurso de “Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación….”, tonado prestado de la película “Bienvenido Míster Marshall”.
Hemos regresado al polideportivo y hemos estado jugando un partido de fútbol sala. Al terminar, hemos subido al faro de Finisterre para contemplar la puesta de sol. Una vez desaparecido el astro rey, hemos realizado un ejercicio de reflexión sobre lo que ha supuesto para cada uno de nosotros realizar este viaje y hemos realizado una emotiva puesta en común en la que las lágrimas salpicaban los hombros de nuestros compañeros.
La bajada desde el faro en la oscuridad de la noche (acompañados por Protección Civil) ha sido contradictoria: se trataba de la despedida y curiosamente no estábamos tristes sino todo lo contrario. Quizás se deba a la satisfacción que une siente cuando cumple con un deber.
Ya en el pabellón nos hemos duchado y preparado el equipaje para el largo viaje que nos espera hacia la otra esquina de España.
Nos gustaría poder escribir sobre más días…. Pero tenemos que volver.
Ha sido un último día cansado, pero lleno, lleno, lleno de experiencias. Buenas noches.