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El Consejo de Juventud denuncia la “escandalosa” situación laboral juvenil, con Euskadi y Navarra mejor situadas

Un camarero joven sirve unas consumiciones en una terraza.

Miguel M. Ariztegi

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El Consejo de Juventud de España (CJE) ha denunciado esta semana la “escandalosa” situación del empleo juvenil en España, que está suponiendo abocar a este sector de la población a la “precariedad” y va a generar una “fractura social”. “La exclusión social y la pobreza” son las “marcas sociales” de la juventud española, critican.

Según el informe Pobreza juvenil, un presente preñado de futuro, elaborado por la consultora Inpactos, la pobreza severa afecta a un 9,5% de la población joven española, porcentaje que alcanza un 29,6% en el caso de la pobreza relativa. Navarra, con un 6,6% de jóvenes afectados por pobreza severa y un 11,1% en el caso de la pobreza relativa; y Euskadi, con un 5,9% y un 13,1% respectivamente, se alejan de la media en el buen sentido. Al contrario que Andalucía y Extremadura, que con un 16,4% y 45,4% y 9,4% y 44,1% se sitúan en el otro extremo de las tablas.

El responsable de socioeconomía del CJE, Alejandro Delgado, subraya que el informe muestra “una realidad escandalosa que no se puede seguir permitiendo” porque la juventud está en una “crisis continua abocada a la pobreza”.

Luis Campos, de la consultora Inpactos y coautor del informe remarca que la pobreza juvenil y el deterioro de sus condiciones socioeconómicas “se debe al mercado de trabajo. Un mercado muy sustentado en el sector servicios que demanda una mano de obra muy poco cualificada y está muy desregularizado. Por lo tanto, las condiciones son muy malas”.

“En Navarra y Euskadi tiene más importancia la industria, aporta más al Producto Interior Bruto. Tienen un tejido laboral en el que una parte importante de los trabajadores están vinculados a un sector que mantiene unas condiciones laborales bastante buenas”, explica.

Esas mejores condiciones de los trabajadores en activo se suman a la tasa de paro, que en el caso de los menores de 25 años es del 22,7% en Navarra y del 26,1% en Euskadi. Lejos de la media estatal del 33%. Solo La Rioja, con un 20,4%, y Cantabria, con un 21,7%,  mejoran estas marcas, pero con empleos de peor calidad. Destaca la cifra de la ciudad autónoma de Ceuta, con un 74,9% de sus jóvenes menores de 25 años en paro. También Andalucía, con un 46%, Castilla La Mancha, con un 43%, Extremadura, con un 40,7%, y Murcia, con un 40,4%, se desmarcan.

Los investigadores atribuyen al actual modelo laboral de precariedad la causa principal de la pobreza juvenil y, como indica Luis Campos, uno de los mayores indicadores es que la tasa de temporalidad es del 57,5 %.

“La desigualdad de este colectivo es la desigualdad de toda la sociedad”, insisten desde el CJE porque, según señalan, representan la creación de “una ciudadanía débil en una futura sociedad que corre el riesgo de la fragmentación”.

Desde el CJE reprueba a las condiciones laborales de los jóvenes que les han sumido en la incertidumbre, salarios bajos o carreras intermitentes que han provocado “un choque entre la realidad y expectativas que tiene efectos profundos sobre la construcción identitaria de la juventud”.

Cuatro de cada diez jóvenes presentan mucha dificultad para llegar a final de mes y se ha observado un incremento con un pico de 43,4 % en el 2013 que se ha mantenido en un porcentaje en torno al 40 %.

Campos insiste en que si en Euskadi y Navarra estamos mejor, o menos mal,  es porque “ no tenemos un monocultivo basado en el turismo, o vinculado a la construcción. En Navarra está la automoción y las energías renovables, en el País Vasco la máquina-herramienta…universidades, un turismo menos estacionalizado y de mayor calidad… en definitiva un mercado de trabajo que no tiene nada que ver con el de Jaén o el de Murcia, donde prima el sector primario, de agricultura, y el turismo”.

Porque no es solo el paro, aparece con nitidez la pobreza laboral, los que a pesar de trabajar siguen siendo pobres: “Tienen contratos temporales, cada vez más a tiempo parcial, en sectores con poco valor añadido, con salarios bajos… todo suma hacia la precariedad”, explica Campos, que advierte que “no tienen nada que ver los puestos de trabajo que crea la Volkswagen con los que crea un hotel. Es así. O el sector agroalimentario vinculado a la explotación intensiva del plástico. No tiene nada que ver, y los paganos son los jóvenes”.

9.373 euros de salario medio entre los menores de 30

El salario medio de los jóvenes menores de 30 años es de 9.373 euros al año, según las estadísticas del INE. “Y el problema no es ese, es que no va a cambiar. Porque este mercado de trabajo ha venido para quedarse. Es para siempre. La precariedad ya no es solo propia de los jóvenes, sino que se va extendiendo, se cronifica, no hay otra cosa”, advierte.

Esta situación de “fractura social” genera otras derivadas preocupantes, relacionadas con un tema tan en boga como la sostenibilidad del sistema público de pensiones: “El problema es cómo sostenemos las pensiones del futuro con estas cotizaciones. Y, sobre todo, qué va a pasar con estas personas cuando se jubilen. Van a seguir siendo pobres, porque no están cotizando, no están generando derechos. El sistema será muy sostenible dentro de 50 años, porque va a costar mucho menos dinero que ahora. Ya empieza a pasar con los que se han jubilado durante la crisis. Empiezan a cobrar menos”, apunta Campos.

Euskadi y Navarra han planificado su mercado de trabajo desde las instituciones, con una visión estratégica y empresarial a largo plazo. “Es la clave. Si tu apuesta es el turismo y la construcción de bajo nivel añadido vas a tener una cosa, y si desarrollas proyectos empresariales y sociales que desarrollen un tejido industrial vas a tener puestos de trabajo de mayor calidad”, explica campos, que apunta también a la fuerza de los sindicatos en ambas comunidades como actor histórico beneficioso. “Las varitas mágicas no existen”, concluye.

Cambiar el modelo productivo, reformar el estatuto de los trabajadores, promover incentivos para la contratación con finalidades claras, la renta mínima garantizada y fomentar el alquiler son algunas de las propuestas que se sugieren desde el Consejo de Juventud para luchar contra la precariedad laboral juvenil.

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