Pamplona homenajea a los médicos pioneros de la salud sexual y los derechos reproductivos en Navarra

“Nos proponíamos ir acompañando y a veces liderando la demanda de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, que no los habían tenido durante el franquismo. Esta ha sido nuestra guía durante toda la historia”. El Ayuntamiento ha entregado el Pañuelo de Pamplona a los médicos especializados en ginecología Elisa Sesma, Mari Cruz Landa y Pablo Sánchez-Valverde, que enmarcaba con el entrecomillado anterior la importancia histórica de la distinción.

El alcalde, Joseba Asiron, ha calificado a las personas homenajeadas de “generosas, profesionales, pero ante todo valientes”. También ha defendido su idoneidad para recibir el homenaje entregado anualmente en el marco de las festividades del Privilegio de la Unión, que recuerda la unificación de los tres burgos que conformaban Pamplona el 8 de septiembre de 1423 por el rey Carlos III el noble. ¿Y por qué todavía hoy, en Pamplona, homenajear a estos pioneros resulta polémico?

Quizá por el boicot de UPN al acto, porque los galardonados fueron las primeras personas que practicaron abortos en Navarra, “un hecho que provocó una fuerte controversia en nuestra comunidad y que provocó la negativa de los médicos especialistas a realizar estas prácticas”, han defendido los regionalistas.

Quizá porque durante el acto de entrega, un grupo de personas se ha concentrado en la plaza Consistorial en protesta por la entrega de este reconocimiento, con mensajes como Sí a la vida.

O quizá porque el Partido Popular, que no cuenta con representación en Pamplona, también ha criticado en una nota que “este galardón se está utilizando para enaltecer el aborto, manchando de esta manera este símbolo tan querido por los navarros, como es el Pañuelo de Pamplona”.

Quizá también por eso el alcalde ha remarcado que la elección de los tres premiados “no es baladí; hoy es un día importante para las mujeres y también para los hombres, porque reconoce una lucha que nos atañe a todos y todas, en pro de la educación sexual y reproductiva”. “Es algo que hoy damos por hecho, pero que hace 30 años supuso una reivindicación social en cuyo centro estaba Andraize”, ha destacado.

Andraize lleva 40 años informando en materia de planificación y educación sexual en Pamplona, algo todavía hoy no exento de enemigos, pero que eran muchos más -y más poderosos- en sus orígenes.

Por eso, el Ayuntamiento ha querido “agradecer su liderazgo, buen hacer y activismo, y su implicación en la promoción y defensa de los derechos en materia de salud sexual y de las mujeres”.

En su discurso de agradecimiento, Pablo Sánchez-Valverde ha remarcado que el Ayuntamiento ha sido “valiente” con su decisión y ha reivindicado la trayectoria profesional de sus compañeras y la suya propia, ligada al centro Andraize, “que fue pionero a nivel estatal”. También se ha felicitado de “la verdad innegable” de que 40 años después Andraize “es una realidad indiscutible que sigue dando respuesta de forma amable, eficaz, eficiente, centrada en las necesidades de las usuarias, y que representa que muchos hombres y mujeres puedan vivir una sexualidad alegre y que muchos temas estén en la calle sin ser tabú”.

Elisa Sesma se ha mostrado “muy orgullosa del reconocimiento del Ayuntamiento” y ha destacado que “detrás de este galardón hay un reconocimiento a todo el colectivo de profesionales que han estado trabajando en Andraize”.

No era la primera vez que se enfrentaban al boicot de los conservadores: su labor profesional y el activismo por la educación sexual y reproductiva se vio afectada en 1987 por una querella criminal presentada contra ellos por el grupo de ultraderecha Acción Familiar por haber practicado el primer aborto legal en la sanidad pública Navarra. A pesar de que todas las personas demandadas fueron absueltas en 1990, la presión de estos grupos ultraconservadores y el juicio paralelo llevado a cabo “fueron de gran virulencia”, explicita el Ayuntamiento en la argumentación del premio. Hoy, igual que ayer, pero menos.