Cruzada de UPN para impedir la emisión de ETB en Navarra
UPN ha emprendido una cruzada con la que pretende evitar la emisión de ETB en Navarra a partir del día 22. La batalla de los regionalistas se produce en todos los frentes a su alcance, como el político o el de la legalidad, pero ha comenzado a librarse también en otros ámbitos, como el de las críticas personales a la presidenta Uxue Barkos, trabajadora en excedencia de la cadena pública vasca. “Yo entiendo que la presidenta ha trabajado en ETB, pero es no es justificación, están jugando a que sea la televisión pública navarra”, se ha quejado el líder de UPN, José Javier Esparza. ¿Insinúa con esta afirmación que la presidenta está tratando de beneficiar a la empresa en la que trabajó? Nadie en UPN quiere responder de forma pública a esta pregunta.
Otro de los argumentos novedosos que esgrime UPN para reclamar que ETB no se emita en TDT a partir del día 22 es la foralidad. Abiertamente, Esparza se pregunta “quién defiende en Navarra a las televisiones navarras y a los trabajadores de las televisiones navarras. Si el Gobierno no lo hace, ¿quién lo hace?”
Esparza pretende aparecer ante la opinión pública como el defensor de la foralidad televisiva frente al recurrente “que vienen los vascos” utilizado por su partido desde hace décadas. Pero en esta ocasión su argumento flojea. Porque la única emisora que puede considerarse “televisión navarra” es Nafar Telebista, una de las concesionarias del último concurso para emitir por TDT y que fue creada por la fundación Ezkerraberria, próxima a Aralar y a su ex dirigente Patxi Zabaleta. Así que no parece muy verosímil que el líder de UPN se erija ahora en defensor de los intereses empresariales de quien ha sido uno de los máximos rivales políticos del partido regionalista.
Cuando UPN habla de “televisiones navarras” se refiere a Canal 6 Navarra, la emisora que, con ésta y otras denominaciones societarias, ha venido beneficiándose durante años de las ayudas públicas de promoción a la producción audiovisual que, de forma muy generosa, han venido abonando los gobiernos regionalistas con partidas de los presupuestos públicos , y que incluso han llegado al millón y medio de euros al año.
Navarra es una de las cuatro comunidades autónomas que carece de televisión pública autonómica, junto con Cantabria, La Rioja y Castilla y León. De forma que, cuando UPN clama en defensa de las “televisiones navarras”, lo hace en defensa de los intereses de empresas privadas que trabajan en la Comunidad foral. Concretamente, en defensa de Editora Independiente de Medios de Navarra S.A, propietaria de Canal 6 Navarra. Esta editora, a su vez, está al 100% en manos de Ical Meditel SL, propiedad al 100% de Promotora de Medios de Castilla y León S.A (Promecal) propiedad de la familia del constructor Antonio Miguel Méndez Pozo. Canal 6 es, por tanto, la división navarra del grupo mediático de Méndez Pozo, radicado en Castilla y León.
Esparza omite señalar que la empresa de la familia Méndez Pozo lleva años recibiendo subvenciones públicas a la producción audiovisual privada, un dinero que pasaba directamente a figurar en los ingresos del grupo mediático instalado en otra comunidad autónoma que no es Navarra. El líder de UPN prefiere acusar al Gobierno de Uxue Barkos de apostar por la televisión pública vasca en lugar de apoyar a “las televisiones navarras”, cuando los sucesivos gobiernos presididos por su partido tampoco apostaron por ninguna televisión genuinamente navarra.
Batalla en todos los frentes
UPN se ha volcado en su cruzada para impedir la emisión de ETB en Navarra. Hasta hace unas pocas semanas, parecía dar la batalla por ganada, de momento y mientras el Ministerio de Industria no se pronunciase sobre la solicitud formulada por el Gobierno de Barkos para conseguir un nuevo múltiplex autonómico con el que emitir de forma legal. El Ejecutivo foral se encontraba también en un compás de espera que perjudicaba directamente sus intereses políticos, ya que la propia presidenta ha hecho de la captación de ETB en Navarra una de las cuestiones bandera de su mandato.
Pero al cuatripartito le vino Dios a ver en forma de renuncia: la empresa Vaugham, adjudicataria de uno de los canales del múltiplex autonómico y dedicada a la emisión de programas formativos de inglés, ha renunciado recientemente a su licencia.
Esto significó un espacio de emisión libre que el Gobierno de Barkos no tardó en reservar para la señal de ETB. Lo hizo, además, basándose en el respaldo legal que, en su opinión, le otorga el convenio de colaboración firmado antes del verano entre la presidenta foral y el lehendakari vasco.
Pero UPN ha vuelto a poner el grito en el cielo ante esta decisión. A su juicio, el Gobierno de Barkos vuelve a permitir la emisión de ETB de forma irregular, ya que la adjudicación de los canales del múltiplex a las empresas privadas se realiza mediante concurso público. Así obtuvieron sus licencias tanto Canal6 como Nafar Telebista y la recién auto excluida Vaugham.
Los regionalistas se refugian además en un informe del Consejo de Navarra, máximo órgano consultivo de la Comunidad foral en materia de legalidad, que señala que las emisiones de ETB que se han sucedido a lo largo de los años en Navarra han sido siempre no legales.
UPN tendrá que mover ficha si quiere mantener su idea de que la actuación del Gobierno de Barkos es irregular. O bien solicitar un informe jurídico al Parlamento, o pedir otro dictamen del Consejo de Navarra, o, directamente, denunciar la emisión ante el Ministerio de Industria (no sería la primera ocasión, ya que el anterior cese de las emisiones de ETB en Navarra se produjo a raíz de una denuncia de los regionalistas).