Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Sanfermines con identidad: un repaso a qué se recordará de las fiestas de 2015

El momento en que se hizó la ikurriña poco antes del Chupinazo / Foto: Efe.

Garikoitz Montañés

Y al décimo día, Pamplona descansó. El Pobre de Mí pone fin a nueve jornadas de fiesta, de encierros madrugadores y de bailes nocturnos, de almuerzos, Gigantes, barracas y conciertos. Las claves de esta fiesta en blanco y rojo se mantienen, y también sus problemas más recurrentes, como los excesos nocturnos, los saltos desde la fuente de Navarrería, la suciedad en las calles durante la noche y las agresiones sexistas. Ahora cabe preguntarse, al hacer balance, qué diferenciará a los sanfermines de 2015 de cualquier otro, y al menos una de las claves ya estaba asegurada antes del arranque festivo: estas son las primeras fiestas con EH Bildu al frente de la Casa Consistorial.

La Alcaldía de Joseba Asiron y cómo esta podía afectar al desarrollo festivo marcaron el debate antes de las fiestas y durante su arranque. Especialmente, porque el cambio en la institución se hizo notar, y mucho, al izar la ikurriña en el balcón de la Casa Consistorial durante el Chupinazo. El motivo oficial fue la visita de tres parlamentarias de EH Bildu a Pamplona para asistir al cohete y el extraoficial, aunque reconocido abiertamente por Asiron, que la ikurriña era un símbolo del cambio y que, en cuestión de banderas, antes a él le faltaba una y, ahora, no le sobra ninguna. Geroa Bai, en cambio, reconoció que habría esperado hasta derogar la actual Ley de Símbolos, que impide el uso de la bandera vasca en las instituciones navarras, para dar ese paso porque no había urgencias, esas que criticaron partidos como UPN, PSN y PPN.

Esta polémica se veía venir (por la colocación de un mástil antes del día 6 en el balcón) y, de hecho, la Abogacía del Estado solicitó ese mismo día 6 (a apenas diez minutos del lanzamiento del cohete) ante los tribunales que se retirara de forma cautelar la bandera. El titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 2 de Pamplona la descartó porque consideró que la bandera de España ya ocupó en el balcón un lugar central y de honor.

Más allá de esta cuestión identitaria, que marcó la campaña electoral municipal y foral, la fase post-electoral y promete seguir haciéndolo (justo al final de los festejos, por otro lado, se han retomado las negociaciones de un gobierno de cambio en Navarra), estos sanfermines también han estado marcados por la defensa de la Junta de Gobierno de la “normalidad” durante las fiestas frente a la denuncia de integrantes de UPN, que aseguraron que de nuevo hubo tensiones durante la procesión del día 7.Con todo, el exalcalde, Enrique Maya, ha calificado, en declaraciones recogidas por Efe, con un notable estos festejos, aunque entre los puntos negativos ha recordado la muerte de un joven de 22 años ahogado durante el inicio de los festejos en las pasarelas del río Arga, junto al Club Natación.

Otra de las cuestiones que ha lamentado UPN se ha centrado en la decisión del alcalde de no acudir a las misas tradicionales de las fiestas. Asiron garantizó que asistiría a la procesión, pero no a la eucaristía posterior, y lo mismo ha hecho en la Octava. El primer edil, por otro lado, sí presidió la corrida de toros del día 7, gesto que al menos apagó por esta vez las críticas de quienes auguraban un cambio en la feria con la llegada de EH Bildu, que prohibió los toros en Illumbe al gobernar durante la pasada legislatura en San Sebastián. En Pamplona, la Junta de Gobierno ha defendido que los toros están muy vinculados a las fiestas y que, por tanto, no se pueden desligar de ellas.

El debate en torno a los encierros, en cualquier caso, se mantiene, especialmente desde fuera de la ciudad, como ya han reconocido firmes defensores de la feria como el exparlamentario de IU y escritor Miguel Izu. También se mantiene esa temida masificación del encierro, especialmente durante el fin de semana (este año solo ha habido uno), aunque esta vez no se han registrado escenas como el montón de 2013 a la entrada de la plaza de toros, cuando se cerró una de las puertas de entrada al coso. En 2015 también se han cumplido veinte años de la muerte en la carrera del norteamericano Matthew Peter Tasio, un joven de 22 años que recibió una cornada de un toro de Torrestrella. Hasta 2003 no habría otra víctima mortal en el encierro.

Los continuos mensajes sobre la peligrosidad de la carrera, especialmente dirigidos a visitantes extranjeros, son uno de los objetivos constantes de las fiestas. Este año, el segundo en vigor de la normativa del encierro, también se ha dado más peso a la figura del pastor, los encargados de velar por el desarrollo del encierro, tras la denuncia contra uno de ellos registrada el año pasado por pegar con la vara a un corredor. Con todo, este año quizá el encierro más significativo ha sido el del 11 de julio, cuando un toro de la ganadería Escolar, Curioso I, se volvió a los corrales de Santo Domingo y no corrió el encierro; después se le trasladó a los corralillos del gas y, de ahí, en camión a la plaza. Esta fue la única excepción en un año de encierros veloces, en los que el resto no superó los tres minutos de duración. En total ha habido diez corneados, dos más que en 2014.

Contra las agresiones sexistas

Ahora se acerca el momento de hacer balance, ya sea de los actos programados (un total de 459) que han congregado más público, de asistencia (la apuesta de la Asociación de Hostelería de Navarra augura que irá en la línea de los últimos ejercicios, menor que en ediciones anteriores a la crisis) y, de nuevo, de seguridad. La lucha contra las agresiones sexistas ha afrontado su segunda campaña de concienciación, incluso con un dispositivo de vigilancia especial por parte de la Policía Municipal durante el Chupinazo. Desde el cuerpo ya han adelantado que han registrado agresiones de carácter más leves pero que han sido menores que en ejercicios anteriores, aunque esa valoración estará marcada por la denuncia por una supuesta agresión sexual de una joven británica de 19 años, que declaró ante la Policía Nacional que, mientras mantenía relaciones consentidas con un chico en un baño de un local del Casco Viejo durante la noche del 9 al 10 de julio, otros jóvenes (entre cuatro y cinco) entraron al aseo semidesnudos y enseñando sus genitales. Ante asociaciones de mujeres, por el contrario, aseguró que entró al baño del local cuando fue importunada y sufrió un intento de violación. La investigación para identificar a estos jóvenes sigue en marcha, según precisan fuentes policiales, y este suceso motivó este día 13 una multitudinaria concentración de condena en la plaza del Ayuntamiento.

Uno de los compromisos adquiridos por el Consistorio es, precisamente, seguir trabajando para evitar este tipo de actitudes (diversos colectivos han pedido que la concienciación llegue a los centros educativos, y el alcalde se ha comprometido a trabajar en el diseño de medidas a partir de septiembre) y que la imagen de los sanfermines no siga asociándose al todo vale. Estas fiestas de comportamientos reprochables y tradiciones arraigadas, de servicios que trabajan a destajo y descontrol, de lecturas políticas y ambiente apolítico, de contrastes en definitiva, llegan a su final. Pero el trabajo para preparar los sanfermines de 2016 arranca ahora.

Etiquetas
stats