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Nils Bergman: “Algunas prácticas obstétricas quitan poder y capacidad a las madres”

Nils Bergman, en un momento de la entrevista.

Elena Couceiro

Confianza, respeto y dignidad. Estos son, según Nils Bergman, médico y uno de los especialistas en neurociencia perinatal más conocidos del mundo, los fundamentos de un buen parto y una buena salud materno-infantil. Bergman es uno de los promotores del 'método canguro' de salud materno-infantil y del contacto piel con piel entre la madre y el recién nacido. Es creador de la entidad NINO (Neurociencia para Mejores resultados Neonatales) y visita Madrid para participar en el Seminario Neurociencia y Epigenética del Nacimiento que organiza el Instituto Europeo de Salud Perinatal.

El neonatólogo mantiene con rotundidad y cercanía, incluso aludiendo a su propia experiencia como padre de tres hijos que nacieron de formas muy diferentes, que un parto respetado, en el que la madre se sienta empoderada y esté siempre acompañada y la madre y el bebé no sean separados, determina la salud a largo plazo. En este sentido, lamenta que “el proceso de nacimiento desde el punto de vista de la ciencia de la crianza y el cuidado se parece muy poco al proceso entendido desde las prácticas obstétricas, que se basan en la obediencia a unas reglas. Esas reglas no entendían las necesidades de las madres y los bebés”.

¿Qué nos ha enseñado la neurociencia sobre el desarrollo del cerebro del recién nacido?

La neurociencia nos ha enseñado mucho sobre el cerebro del adulto pero realmente no nos ha ayudado a entender el cerebro del recién nacido ni el del feto. El cerebro del feto lo que más necesita es sentirse seguro. Lo que sabemos gracias a la neurociencia es que ambos son totalmente dependientes de la madre. Eso es obvio para un feto. En lo que hemos fallado como cultura, como sistema de salud, como sociedad científica, es en reconocer lo vital que es la madre para el desarrollo del cerebro tras el nacimiento. Lo llamo los primeros mil minutos, que son 16-17 horas. La madre debe permanecer con el bebé, sin separación. Esta es la clave para entender los procesos del desarrollo neurológico que son necesarios para un comienzo de vida saludable. Creo que es importante distinguir entre la neurociencia y lo que llamo ciencia de la crianza (nurture science), que está relacionada con nuestra propia biología.

¿Qué principales aprendizajes deberíamos tener en cuenta como padres, madres o sanitarios en el cuidado de un bebé?

Una vez que el bebé es concebido, es un ser vivo tremendamente sensible al entorno: a la temperatura y a los nutrientes, pero lo que es más importante también al entorno emocional, la calidad de la vida de la madre. Todo esto tiene un impacto en el desarrollo, todo eso importa. Y se vuelve más importante a medida que la madre se pone de parto. La oxitocina es una hormona que se pone en funcionamiento cuando la madre y el bebé se sienten seguros. No importa que les digas que están a salvo porque están en un hospital. Un hospital no hace que te sientas seguro. La madre debe sentirse segura: debe estar con su familia, uno o dos miembros, o una doula o una matrona que se quede con ella. La madre nunca debería estar sola. El proceso de nacimiento desde el punto de vista de la ciencia de la crianza y el cuidado se parece muy poco al proceso entendido desde la neurociencia y desde las prácticas obstétricas que se han codificado por la obediencia a unas reglas. Esas reglas no entendían las necesidades de las madres y los bebés.

¿Cree usted que el contexto social ayuda a madres y bebés a sentirse seguros en estas horas cruciales de las que habla?

El obstetra tiene un manual con todos los aspectos técnicos de los pasos prácticos y lo que es necesario para llevar a cabo un parto seguro y reducir sus riesgos. Pero la madre nunca ha leído ese libro. Ese libro no hace que se sienta segura. No pensamos que eso fuera importante, porque cuando leímos ese manual teníamos una visión muy mecánica. Lo que hoy sabemos por la neurociencia, la ciencia de la crianza y la psicología es que la actitud de la madre influye profundamente en el proceso obstétrico. Pero también influye en el cerebro del bebé y el de la madre.

Cuando la empoderamos y le damos un sentimiento de seguridad, cambia radicalmente el resultado obstérico e incluso los resultados del desarrollo a largo plazo. En inglés se usa el término self-efficacy  (auto-eficacia). No significa que la madre sea perfecta, que sepa todas las respuestas, sino que ella piensa: “Estoy bien, puedo manejar esta situación”. Para que lo sienta, se tiene que sentir segura de verdad. Hay que crear ese espacio seguro para que ella se fíe de su propio poder de estar bien. Podemos quitar poder y capacidad a las madres de una manera muy sencilla con algunas prácticas obstétricas.

¿Cuál sería la clave para que la madre y el bebé se sientan seguros en estas primeras horas? ¿Qué cambios hay que hacer en el sistema de salud para que esto sea posible?

Estar sola tras el nacimiento del bebé es el principal obstáculo para que la madre se sienta segura y pueda cuidar de él. Nuestra cultura valora la soledad, pero la oxitocina no es una hormona solitaria, es una hormona social. Alguien tiene que estar con la madre todo el rato. Ni siquiera es un gran cambio para el sistema de salud. Puede seguir siendo igual en el fondo, pero cuando la madre nunca está sola y el bebé y la madre nunca son separados, tenemos un mejor cuidado de salud y sin duda tendremos mejores resultados.

¿Cuáles son las consecuencias más graves de separar a madres y bebés y del hecho de quitar capacidad y poder a las madres?

El bebé aprende inmediatamente que la madre está en un lugar peligroso porque no está con él. El mensaje que recibe un bebé es que no es un entorno seguro. Y así se cambia la configuración del cerebro por los receptores de cortisol, para que se apaguen. El bebé tendrá para siempre niveles más altos de cortisol, mayores niveles de ansiedad, presión sanguínea más alta, más colesterol. Las señales más tempranas que un bebé capta determinan su salud para siempre. Cuando estás constantemente estresado, tu estado normal, tu concepción de normalidad, cambia. Y entonces eres un adulto permanentemente estresado. Y eso disminuye tu calidad de vida, te resta salud, te provoca hipertensión y diabetes, incluso cáncer.

¿Cómo surgió el método canguro?

Terminé mi formación en Medicina y estaba decidido a ser doctor en misiones, como mi padre. En siete años, pude aprender todas las habilidades prácticas para curar enfermedades y luego fui a África. Llegué a un lugar en el que a veces no había electricidad y no había incubadoras. La matrona con la que llegué había oído hablar del método canguro. En 1988, hace treinta y un años, empezamos a hacer contacto piel con piel en casos de bebés muy pequeños y sus madres y el resultado era completamente diferente. Una de las cosas más asombrosas es que abrían los ojos y te miraban, te reconocían. Esto no aparece en los manuales, pero era una profunda diferencia. En seis años, conseguimos que la tasa de supervivencia pasara del 10% al 50%.

¿Qué diría a los expertos que en generaciones anteriores decían que no se podía coger demasiado en brazos al bebé, porque se acostumbraba, que tenía que tener un horario de tomas o que si no dormía en una habitación separada no sería autónomo?

La gente que dice estas cosas lo hace con una fe profunda, con una gran convicción, pero con ninguna evidencia científica. De hecho, la evidencia científica dice lo contrario. Un bebé que se autorregula lo hace con cortisol y puede que sobreviva extremadamente bien, pero se convierte en un luchador, se vuelve agresivo. Puede ser bueno si el mundo es un lugar inhóspito, pero no vivimos ahí. No queremos funcionar de esa manera. Queremos a personas que sean capaces de confiar, que tengan empatía, que tengan ética.

La evidencia es muy clara: la ética, la empatía y la confianza vienen de una conexión larga y estrecha con la madre. Cuando tienes eso también logras buena salud física. Cuando no tienes eso, tienes ese conseguidor, ese guerrero, que tiene hipertensión o cáncer en la mediana edad. Esa persona ha conseguido muchas cosas en la vida, pero no ha tenido una buena relación. Sí, dar a luz y criar a un niño así hace que sea un adulto con un sistema de valores completamente diferente y un coste de salud pública diferente.

Subraya la importancia de nacer de un modo respetuoso y cuidadoso. ¿De verdad esto determina nuestra vida adulta? Si todo el mundo naciera así, ¿cambiaría nuestra sociedad?

Sí, desde luego que sí. Esto es necesario, pero no suficiente. El modo en que naces realmente tiene que ser el correcto, se tiene que hacer bien. Pero también tienes que hacerlo bien la semana siguiente y el año siguiente. Sí, el modo en que nacemos importa mucho. Si no naciéramos de un modo respetuoso y seguro es doblemente importante lo que haces al día siguiente y la semana siguiente, para compensar esa pérdida. Cuando nacemos de la mejor manera todo es mucho más fácil, no necesitamos ayuda extra, la madre es poderosa, tiene eficacia, está empoderada, está concienciada. Si no lo estuviera, necesitamos ayuda.

¿Cuál es el principal mensaje que ha querido dejar en el encuentro en el que ha participado?

Que debe haber separación cero entre la madre y el bebé en el nacimiento y la madre no debería estar nunca sola.

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