El Obispado de Vitoria rechaza “sin paliativos” los abusos a menores cometidos por religiosos
El Obispado de Vitoria ha rechazado “sin paliativos” los delitos sexuales contra menores cometidos por “personas consagradas”. Este contundente rechazo llega después de que se haya conocido que en abril de 2010 una persona denunció ante el obispo, Miguel Asurmendi, un caso de abuso sexual cometido en 1983. El Tribunal de la Orden de los Predicadores determinó que había incoherencias en el testimonio del afectado y que el caso había prescrito, según el derecho canónico.
En un comunicado, el Obispado de la capital alavesa afirma que “cualquier delito contra la libertad sexual supone una grave alteración del orden moral y un repugnante atentado contra la dignidad humana, y lo es aún más en los casos en los que afectan a menores, y cuando los responsables son personas consagradas”. “Nuestro rechazo es rotundo sin el más mínimo paliativo”, apunta.
Cuando el obispo de la diócesis conoció la denuncia contra un religioso de la Orden de Predicadores “por abusos sexuales acaecidos 27 años antes”, comunicó al afectado que se había puesto en manos del Tribunal Diocesano para iniciar la investigación previa de los hechos. El denunciante fue citado por el Tribunal para declarar y, en su comparecencia, se ratificó en su denuncia.
Según el Obispado, el instructor de la causa le informó de que podía denunciar el caso por vía civil, algo que el afectado manifestó que “no se planteaba”.
