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“Ninguna reivindicación laboral justifica que se ponga en riesgo el futuro académico de los alumnos”

Manifestación de profesores de centros concertados, en Vitoria. Foto: ELA

Eduardo Azumendi

Las asociaciones de padres y madres de colegios católicos vascos afectados por la huelga del profesorado viven con zozobra el incremento de la conflictividad en la red concertada, que se prepara para ocho días de huelga del profesorado este mes de enero. Las familias han expresado su “máxima preocupación” por la falta de respuesta de los sindicatos a sus peticiones de una reunión y han insistido en que “ninguna razón justifica que se ponga en riesgo el futuro académico” de los escolares. “Ningún argumento ni soporta ni justifica el análisis de esta situación desde un punto de vista pedagógico”.

Representantes de los sindicatos ELA, STEILAS, CCOO, LAB y UGT han registrado de manera oficial en el Gobierno Vasco en Bilbao la convocatoria de las otras ocho jornadas de huelga anunciadas en los centros de iniciativa social de la enseñanza concertada vasca entre los próximos días 16 y 25 de enero. La convocatoria se suma a los nueve días de huelga ya secundados entre los trabajadores del sector -seis este curso y tres el pasado- en demanda de mejoras laborales.

Los trabajadores  llevan diez años sin que se haya renovado el convenio. Junto a la recuperación de la pérdida de poder adquisitivo, entre sus demandas destacan la recolocación del personal excedente en los centros, la actualización de los salarios y la mejora de las condiciones laborales de los especialistas de apoyo educativo y el personal de infantil. Además, exigen el reconocimiento de 70 horas al año por el trabajo del personal docente fuera del horario del centro, así como de horas complementarias para poder preparar las clases. También incluyen la equiparación salarial entre el profesorado de ESO 1 y ESO 2.

Silencio sindical

La Federación Católica de Padres de Familia y de Alumnos (FECAPP), que agrupa a las AMPAS de colegios afectados por la convocatoria de los paros, solicitaron una reunión con los sindicatos el pasado 28 de diciembre, pero de momento no han obtenido ninguna respuesta. Este silencio ha disparado la tensión entre las familias a medida que se acumulan los paros. Solo en Segundo de Bachiller, en un calendario escolar de 152 jornadas lectivas en el curso se han perdido ya el 10 % por la huelga.

Las familias han reiterado su “llamamiento a la responsabilidad de los sindicatos por el riesgo de perdida real del curso escolar”, y han señalado que “no es aceptable que ni una sola alumna o alumno se vea perjudicada o perjudicado por situaciones que le son ajenas y por ello”. Si la huelga no se desconvoca, el próximo 15 de enero solicitarán a las partes implicadas en el conflicto una convocatoria pública y abierta para expliquen de forma directa a la familias su responsabilidad.

Kristau Eskola, la patronal mayoritaria del sector, ha pedido al Gobierno Vasco más financiación para esta red, y ha recordado que los colegios concertados son un servicio público. El Gobierno vasco, sin embargo, ha eludido toda responsabilidad en el conflicto. La consejera de educación Cristina Uriarte alega que el conflicto no se debe a “una cuestión únicamente de dinero, sino de condiciones laborales” y ya el primer día de la huelga pidió a las patronales de la enseñanza concertada y a los sindicatos “que se sienten a negociar en las mesas que les corresponden y saquen el conflicto de las aulas porque a los únicos que perjudica es a los alumnos.

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