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El whatsapp se convierte en el peor enemigo de las parejas celosas

Las parejas celosas tienen en el whatsapp un enemigo.

Eduardo Azumendi

“Una de las maneras de enseñar a manejar los celos es comenzar en la primera infancia, la foma que tienen los padres de educar a sus hijos”. Francisco Santolaya, presidente del Consejo General de la Psicología de España, cree que “los celos no son malos”. El problema se encuentra cuando estos “van evolucionando”. Esta emoción va ligada en la mayoría de los casos a “sentimientos ansiosos”. “Lo que diferencia a los celos patológicos de los que no lo son es su intensidad en cuanto a frecuencia, manifestaciones y sufrimiento”, resalta. A mayor intensidad en todos estos índices “mayor gravedad”.

Santolaya ha participado en los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco con la ponencia Delirio celotípico y muerte por amor. El pasado de las personas en relación a “experiencias familiares con antecedentes agresivos y alcohólicos, así como pérdidas de parejas anteriores” tiene también mucho que ver en la forma en la que los celos se presentan en cada individuo.

Existen ideas imposibles de llevar a cabo en la realidad y son estas las que inevitablemente crean conflictos en la pareja, afirmaciones como: “Mi pareja debe amarme siempre, necesito su amor para vivir, tengo que estar absolutamente seguro de que me ama”. “Este tipo de ideas absolutas es imposible que no crean conflictos en la pareja”, explica. El reto está en “relativizarlas y aprender a medirlas”.

Respecto a las conductas más habituales que provocan la aparición de los celos se encuentran “los cambios de imagen, el uso constante del móvil y el empezar a trabajar en un nuevo lugar”. “A muchos hombres”, analiza, “los cambios de imagen de la mujer les pone nerviosos. Los hombres prefieren que la mujer esté como siempre, que no cambie”. En el ámbito laboral, cuando un hombre o una mujer comienza a hablar “repetidamente” de un mismo compañero la pareja realiza preguntas “indagatorias” del estilo: “¿Qué tal José Luis?, ¿Ya habéis tomado café?”

Interrogatorios y control del móvil

“Estáis en el sofá y contra más usa el móvil uno, mas mira el otro, y más inclina el teléfono el primero”, expone. Lo mismo ocurre si la persona “se va al cuarto de baño”. El problema del whatsapp es que “se producen malinterpretaciones graves” y “permite tontear a distancia”. “El que es celoso este tema lo lleva bastante mal hasta que ciertas conductas se mantienen en el tiempo y no pasa nada raro, es en ese momento cuando empiezan a relajarse los celos”.

El sexo es otro de los asuntos que más problemas acarrea a las parejas celosas. Si alguna de las dos personas que componen la pareja tiene más deseo sexual la otra se pregunta: “¿por qué será? Está salida”. Al contrario, si lo que ocurre es que no tiene interés sexual “es porque está con otra persona”.

Entre las prácticas habituales de las parejas celosas se encuentran hábitos como el de los “interrogatorios, control de móvil y búsquedas en bolsillos de chaquetas y bolsos”. Santolaya asegura que otro de los rituales que se realizan tanto de manera consciente como inconsciente es el de “oler a la otra persona” al llegar a casa. Existen casos extremos como el de una pareja que “por la noche se levantaba, acudía al cesto de la ropa sucia, cogía las bragas de su mujer y miraba si había olor a semen”.

A los hombres les afecta más la traición “sexual” mientras que a las mujeres les afecta más la traición “afectiva”. Esto se debe a “la desconfianza acerca de la paternidad que puede surgir ante un hombre con hijos si se entera que su mujer le ha sido infiel”.

Las personas con “celos pasionales” son las que muestran mayor agresividad y violencia y son los que, por lo general, están relacionadas con “muertes de mujeres”. Los “celos obsesivos” están muy relacionados con las características de personalidad de los sujetos. “Las personas obsesivas son aquellas a las que les vienen pensamientos e imágenes a la cabeza y que no tienen control sobre ellos”. Estas imágenes irrumpen de manera “involuntaria” en el cerebro y, aunque el sujeto sabe que no tienen ningún sentido, le producen una gran angustia.

Las personas con “delirio celotípico” son personas “normales, trabajadoras y que tratan bien a la gente”, pero que tienen metido en la cabeza que su mujer les ha engañado. “Incluso son capaces de convencer a la gente de ello”. En el caso de las mujeres, los celos van acompañados de tristeza o ataques de ansiedad y, por el contrario, en el caso de los hombres se encaminan por la violencia.

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