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Por una RTVE independiente gobierne quien gobierne

El Gobierno destina 331,5 millones a RTVE, la misma cantidad que en 2016

Miguel Vila

Diputado de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea —

La disputa entre los dos partidos tradicionales por el control de los medios de comunicación públicos en nuestro país viene de largo y no es casual ni tampoco es baladí.

En esa disputa, RTVE es la 'joya de la corona'. Es el medio de comunicación público con mayor dotación presupuestaria y mayor alcance nacional e internacional. Cuenta con una plantilla de excelentes profesionales del periodismo y la comunicación. En suma, las mejores condiciones para cumplir la función de los medios de comunicación públicos en un estado democrático y de derecho: ser un pilar imprescindible para garantizar la salud democrática, reflejando el pluralismo social, cultural, lingüístico y político existente en España.

Desgraciadamente, no es esta vocación de servicio público y  garante de derechos la que  inspira la histórica batalla del bipartidismo por el control político del medio, sino que más bien ha sido la utilización del mismo como un aparato de propaganda partidista pagado con dinero público.

Esta realidad tiene su máxima y más obscena expresión con los gobiernos del Partido Popular. La ausencia de medidas estructurales que garantizasen la independencia de RTVE ha propiciado que pudieran colocar siempre que ellos gobernaban a su más fiel y aplicado servidor, o, como diría el hoy convicto Ignacio González, “a alguien cojonudo”,“ un tío serio”:  el señor José Antonio Sánchez, cuyos hitos en RTVE van desde el famoso “Ce,Ce,O,O” de Urdaci, en tiempos de Aznar, hasta la venta de los estudios Buñuel a precio de saldo en esta última etapa, ya con Rajoy. En el periodo en el que el PP no gobernaba el Estado, dirigió Telemadrid aplicando el modelo de la condesa Aguirre: más de 800 despidos y manipulación desenfrenada que hundió la credibilidad de los informativos e hizo caer la audiencia por debajo del 5%.

Sin duda, con estos antecedentes, hacía falta una reforma profunda de la Ley de la Radio y la Televisión de titularidad estatal para garantizar la independencia de la Corporación RTVE gobierne quien gobierne. El jueves pasado, 22 de junio, en el Congreso de los Diputados dimos un primer paso importante en este sentido; lo más novedoso que se aprobó en la ley es el concurso público en base a proyecto para la elección del consejo de administración y su presidente.

Esta medida, por encima de todo, es una victoria de la ciudadanía, que va a ser quien disfrute de un servicio público esencial que paga de su bolsillo y que los gestores del PP le han hurtado durante demasiados años, y esto es motivo de celebración y de orgullo. Todos los ciudadanos y ciudadanas que creemos que lo público es un bien común y como tal debe estar siempre al servicio del interés general y no de un partido político sentimos la misma alegría que mostraban mediante vídeos subidos a las redes sociales y en la propia tribuna del Congreso los y las trabajadoras de RTVE en el momento de la aprobación de la ley.

Y de ahí el empeño que pusimos en la negociación para que el concurso público en base a proyecto fuera parte de la norma. Nos costó mucho que el PSOE lo aceptara; fue, de hecho, en el último momento, ya con el debate de la ley prácticamente arrancado en el hemiciclo, cuando accedieron a firmarlo. No obstante es, como digo, una excelente noticia.

Como también lo es algo que no se vio el pasado jueves en el Parlamento pero que es de igual o mayor importancia que lo acontecido en el hemiciclo. Me refiero al acuerdo  entre  Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea y el Grupo Parlamentario Socialista por el cual ambos grupos se comprometen a seguir trabajando conjuntamente con el fin de garantizar la independencia absoluta de RTVE mediante la puesta en marcha de una mesa de negociación, compartida con la sociedad civil experta, que trabaje en medidas estructurales para despojar a RTVE del yugo partidista y gubernamental.

En la negociación de esta ley también participó Ciudadanos y, como viene siendo ya habitual, nos dejó a todos atónitos en el proceso. El concurso público es algo que el partido de Rivera siempre defendió de viva voz antes de la negociación, durante y después. De hecho, firmaron la enmienda transaccional que incluye el concurso público en base a proyecto. La sorpresa vino en el momento de la votación. Llegados a la enmienda clave, Albert Rivera y sus 31 diputados/as votaron en contra de la transaccional que ellos mismos habían firmado y que habían defendido. Por supuesto no lo hicieron solos: el PP los acompañó en esta ocasión apretando el botón rojo. Tras semejante contradicción, los de Rivera han argumentado que todo se debió a un fatídico error; es raro un error de todo un grupo, especialmente de un grupo que no tuvo ni un solo error al votar en contra de todas las enmiendas de la oposición en los Presupuestos Generales del Estado.

No obstante, no hay mal que por bien no venga. Pese al error de Ciudadanos, la enmienda se aprobó con 177 votos a favor, poniendo de manifiesto que existe una mayoría parlamentaria de fuerzas del cambio que no incluye a Ciudadanos y que es capaz de sacar adelante los cambios que España necesita. En cualquier caso, y por el bien del futuro de RTVE, esperemos que enmienden su error y sigan acompañando la conversión de RTVE en un medio al servicio del derecho a la información, y no del gobierno de turno.

Hubo más errores en las votaciones que conviene destacar. En este caso sí tuvo consecuencias y fue cometido por una diputada socialista que se equivocó al votar una enmienda del PP y votó a favor de la misma. Dado lo ajustado de las votaciones, la enmienda pasó, error mediante, y dio como resultado una contradicción en la ley referida al número de miembros que debe tener el Consejo de Administración. PP y Ciudadanos dicen que nueve, con la clara intención de sacar a los sindicatos del órgano, mientras que UP y PSOE decimos que 12, para garantizar la representación sindical. Ahora hemos de arreglar el fallo, y no parece ser el Senado la Cámara más propicia para ello, dada la mayoría absoluta que allí ostenta el PP. Deberemos buscar otra forma, y mientras haya voluntad política la encontraremos.

Más allá de los errores cometidos, lo que conseguimos el jueves pasado es histórico y debemos celebrarlo y seguir trabajando sin bajar la guardia para consolidar un modelo de radio televisión pública independiente, de calidad, plural y transparente, que nos iguale a los estándares europeos y ofrezca un servicio público de calidad a la ciudadanía.

 

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Miguel Vila es diputado de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea y portavoz adjunto en la Comisión Mixta de Control Parlamentario de la Corporación RTVE y sus Sociedades.Miguel Vila

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