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España 2013

Javier Gallego

El problema de la profecía maya del fin del mundo no es que sea cierta o falsa, es que en nuestro país se ha quedado corta. No vamos hacia el Apocalipsis, vamos a hacia algo más insufrible: la España de Rajoy y el Partido Popular. Al menos el Apocalipsis sería un punto final en alto, épico y no demasiado largo. A nosotros, sin embargo, nos espera una tortura que se nos va a hacer eterna. El problema que tenemos los españoles no es que el mundo se acabe sino ¡que va a continuar! Y lo va a hacer en manos de unos individuos que quieren trasformar el Estado español en un cajero, una comisaría y una sucursal del Vaticano.

No estoy haciendo profecías mayas. Me limito a leer en las noticias de estos días lo que este Gobierno y sus aliados tienen previsto para España en 2013, a saber, una reforma del Código Penal redactada por un antidisturbios, una reforma educativa redactada por un obispo y un rescate bancario redactado por la Troika. Y de regalo en Madrid, una privatización de los servicios sanitarios redactada por la empresa. El fin del mundo no sé, pero el fin de este mundo, lo vamos a ver en España 2013.

No hay más que abrir los periódicos de esta semana para ver por todas partes los tumultos que preceden al cataclismo final. Esta semana jueces, fiscales y abogados se han levantado contra los recortes que suprimen jueces interinos y cargan más de trabajo a cada magistrado pero también contra las tasas judiciales y la reforma del Código Penal que, en lugar de defendernos, nos dejan más indefensos. Las tasas son un platillo para recaudar dinero que inclina la balanza de la Justicia hacia quien pueda pagar. Los jueces no vestirán toga, llevarán frac. En España 2013, dejaremos de ser un Estado de Derecho para ser aún más un Estado de derechas.

En 2013 también vamos a dejar de ser por completo un Estado social para ser por completo un Estado policial. Ocurrirá en cuanto entre en vigor la reforma del Código Penal que el Gobierno aprobará el año que viene en el Parlamento gracias a su mayoría absoluta. A partir de ese momento, no te perseguirán sólo los antidisturbios por resistir pasivamente a la autoridad o por irrumpir en una entidad bancaria a denunciar sus abusos. Te perseguirá también la ley. Y podrás ser acusado de promover una protesta violenta en la red aunque todos hemos visto que también la policía puede reventar una manifestación. En España 2013, serás culpable mientras no se demuestre lo contrario.

No es broma. Con la nueva “custodia de seguridad” puedes pasar diez años en la cárcel después de haber cumplido tu condena esperando a que revisen tu caso. Lo ha dicho la Fiscalía General del Estado en un escrito enviado el martes al ministro. Pero el ministro no va a abortar la reforma. Está más preocupado de hacer una ley del aborto preconstitucional que quizá saque adelante el año próximo. En España 2013, quizá las mujeres no serán madres, serán recipientes.

El ministro de Justicia no es el único que escribe las leyes con ayuda de la Conferencia Episcopal. También lo ha hecho el ministro de Educación que ha pactado con los obispos en secreto su nueva ley educativa. El ministro Wert es como un toro bravo, según sus propias palabras, embiste a todo lo rojo menos si es un cardenal. Se cargó de un testarazo Educación para la Ciudadanía porque se lo pidió el episcopado y por la misma razón, ahora su nueva reforma revaloriza la asignatura de Religión y los colegios concertados, en su mayoría católicos. En España 2013, no seremos ciudadanos, seremos feligreses. No iremos a votar, iremos a comulgar.

A Wert no le interesa que los niños y los jóvenes piensen sino que comulguen. Aunque sea a hostias. Esta semana, un informe internacional nos sitúa por debajo de la media europea en aprendizaje infantil y los rectores universitarios le han pedido que no recorte el futuro de este país, la Educación, pero a él lo que realmente le preocupa no es enseñar sino “españolizar”, como ya dijo. Y ha cumplido su amenaza. En la reforma presentada ha relegado el uso del catalán en las escuelas y subvencionando la educación en español en Cataluña. Cada vez que Wert abre la boca, un catalán se hace independentista. España 2013 será Una menos Grande y menos Libre pero más nacionalcatólica gracias a los ministros de Justicia y Educación. Aunque con Wert puede que deje de ser una para dividirse en pedazos.

Bueno, en pedazos ya está por culpa de los recortes. En 2013, habrá más, en cuanto se haga efectivo el rescate a la banca del Banco Central Europeo que esta semana ha empezado a presionar al Gobierno para que lo pida. El presidente del BCE, Mario Draghi, acaba de anunciar que vendrá al Parlamento español a explicarnos las condiciones del secuestro, o sea, los bancos se llevan el dinero con el que vuelven a especular y nosotros asumimos los costes y la responsabilidad. En realidad, Draghi viene a tomar posesión del cargo que ejerce desde hace tiempo. España 2013 será un cajero del BCE. Meterás tu vida en la ranura y te escupirá.

Mejor que Draghi, yo preferiría que viniesen los cuatro jinetes y me diesen una vuelta por el Apocalipsis para no tener que ver cómo destruyen el Estado social. España es como un póster del rostro arrasado de Keith Richards que decía: “El problema de las drogas no es que te maten, es que te dejan como a Keith Richards”. En 2013 haremos un cartel de nuestro país arrasado por los recortes, maniatado por la Justicia y obligado a arrodillarse por la Iglesia y la policía, en el que se podrá leer: “El problema del PP no es que te mate, es que te deja como al ministro Wert”.

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