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Señores, su día

La Ley de Matrimonio Homosexual abrió la puerta a la adopción a gays y lesbianas.

Sabrina Duque

Cada 8 de marzo, no falla, escucho a algún señor quejarse de que se celebra el Día de la Mujer, pero que no hay un mísero día dedicado al Hombre. ¡Injusticia!

A esos señores les tengo dos noticias. La buena es que sí, que existe el Día del Hombre (desde hace más de veinte años). La mala es que no, no es un día para exigir que las cosas sigan como en el glorioso pasado de algunos nostálgicos, donde “las mujeres sabían cuál era su lugar” (y con ello se referían a la cocina, no a la gerencia), la literatura sólo era universal cuando estaba escrita por un hombre y los asuntos serios -conferencias, academias de ciencias- eran tratadas sólo por ellos.

Este es su día, señores. Un día para pensar en la salud, la educación y la vida familiar de los niños. Para pensar en cómo ayudarlos a que tengan opciones de vida para no ser carne de cañón de los violentos, reclutas forzados a guerras ajenas. Un día para pensar en los hombres y en cómo ayudarlos a vivir de una manera más saludable: más actividades al aire libre, menos comidas procesadas. Un día para conversar sobre temas reproductivos: la planificación familiar no es un asunto que le corresponde sólo a las mujeres, el sexo seguro es una prioridad para todos. Un día para pensar en su salud mental de ellos: según la Organización Mundial de la Salud, la tasa de suicidios de hombres es mayor que la de las mujeres en casi todos los países del mundo: la duplica, triplica, sextuplica… Ocurre casi en todos los países, la excepción es China.

El Día Internacional del hombre comenzó en 1992. Pero no duró mucho. La idea fue de Thomas Oaster, un profesor de la Universidad de Missouri-Kansas, quien comenzó la celebración el 7 de febrero de 1992. Un par de años después lo había dejado. Parece que le faltó entusiasmo.  

Entusiasmo, en cambio, le sobraba al veinteañero Jerome Teelucksingh. En 1999, el universitario de Trinidad y Tobago relanzó el día. Escogió el 19 de noviembre porque era el cumpleaños de su papá. Teelucksingh quería promover aspectos positivos de la identidad masculina y librarse de los estereotipos negativos de género. Así que Teelucksingh, quien hoy es profesor de Historia en la Universidad de West Indies, redactó los seis pilares de la celebración. El primero: promover modelos masculinos positivos y normalizados -no sólo los futbolistas famosos pueden serlo, nuestros vecinos también dan ejemplo de vidas honradas. El segundo, celebrar las contribuciones del hombre a la sociedad, la familia, el cuidado de los hijos y del medioambiente. El tercero, pensar en la salud y bienestar de los hombres, tanto en lo físico como en lo emocional. El cuarto, resaltar la discriminación de los hombres en cuanto a actitudes sociales y expectativas. El quinto, promover la equidad de género. El sexto, crear un mundo mejor y más seguro, donde todas las personas puedan alcanzar su pleno potencial.

Este 19 de noviembre es el Día Internacional del Hombre. Celebremos a esos hombres que no tienen miedo de mostrar su vulnerabilidad, su dulzura, esos que nos parecen mentira haberlos encontrado, y también pensemos en la generación de niños que estamos criando, niños que tienen la oportunidad de vivir en un mundo sin estereotipos de género, niños que cuando crezcan asumirán su parte en la tarea de criar a sus propios hijos sin decir que “ayudan” a la madre, niños que no repetirán chistes machistas, niños que consideren a las niñas sus pares, no sus subordinadas.  

Hoy es día para hablar sobre cuán tolerantes somos a los estereotipos sobre los hombres: que tienen que ser duros, ese boys will be boys que tanto escuchamos en las películas; que ellos, y sólo ellos, deben ser los proveedores de la familia. Hablemos sobre la protección de los niños y sobre los modelos positivos: los padres presentes y cariñosos, los líderes que no tienen miedo de llorar en público, los hombres en nuestras vidas que saben que mostrarse vulnerables no es una debilidad. Hoy celebro a mi amigo que escogió quedarse en casa criando a sus niños mientras su esposa trabaja. Un hombre que se ríe cada vez que en su familia le dicen: “pero tienes que hacer algo productivo”, porque sabe que educar seres humanos bondadosos y responsables es lo más productivo que puede hacer. Hoy celebro a mi amigo que nunca tiene miedo de mostrar su dulzura y vulnerabilidad. Hoy celebro a aquel que abre su corazón por escrito. Y a aquel que es dueño del mío. Celebremos.

Y, señores, el 8 de marzo no se vuelvan a quejar.    

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