Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

«100 Years Challenge»

Madonna en una foto colgada en su red social desafía el reto #10yearschallenge.

Miguel Roig

Vicente Verdú aseguraba, en un artículo no muy lejano, que la juventud se había retrasado hasta la cincuentena. No es aventurado afirmar que esa cota subirá a medida que avance el siglo XXI. Sí, tal como lo demuestra la «construcción» de una forma física ideal que no conoce límites y, por lo tanto, por mejor que el cuerpo esté siempre se puede aún poner más en forma, la consecuencia es que siempre se puede estar más joven.

Cada mañana el espejo desafía a la mirada y la tensión gira alrededor del pulso que se mantiene con el tiempo. Lo mismo ocurre con las imágenes de las redes sociales en las que se exhibe esa marca y así como el retrato de Dorian Gray envejecía señalando el paso del tiempo al retratado, las fotos en Instagram o Facebook, por el contrario, devuelven el engaño de un tiempo virtual.

La última tendencia de las redes, el 10 Years Challenge, es un claro ejemplo. Buena parte de los millones de imágenes que circulan, salvando los contrastes razonables, las bromas y lo usos publicitarios, sociales o políticos, son claros ejemplos de las olimpíadas del tiempo que se juegan sin pausa en la aldea global.

Kate O’Neill, en su columna de Wired, insinúa que el hashtag pudo haber sido creado por una empresa tecnológica con el fin de entrenar a los algoritmos de reconocimiento facial en cuestiones de progresiones de edad. No solo eso: la mayoría de las imágenes abundan en datos laborales, geográficos, familiares, en fin, variada información sobre la situación actual y en la que se encontraban los usuarios hace diez años. Otro claro ejemplo, como señala Byung-Chun Han, de que la entrega de datos no sucede por coacción, sino por una necesidad interna.

Toda una sucesión de historias, realities bonsái, que narran una evolución social y un estancamiento biológico.

En Valencia hay una empresa que ofrece la criopreservación de cadáveres durante cien años, a la espera, en estado de congelación, de que la ciencia haya encontrado respuestas a las causas de muerte para «resucitar» los cuerpos.

Tal como expresábamos al principio, es posible mantener aún más en forma al cuerpo, al punto de someterlo a la edad de hielo para que regrese intacto cien años después: 100 Years Challenge.

Borges, en su conferencia sobre la inmortalidad, recordaba que Unamuno se aferraba a la idea de que Dios es el productor de inmortalidad y que su pretensión era seguir siendo Unamuno. Lo repite muchas veces, recuerda Borges quien afirma que, por el contrario, «yo no quiero seguir siendo Jorge Luis Borges, yo quiero ser otra persona».

Siempre tan moderno.

Etiquetas
stats