Aceptamos, la “desigualdad” como animal de compañía

La desigualdad es un pulpo cuyo cerebro es el sistema socioeconómico inequitativo que mediante sus tentáculos va generando diferentes desigualdades provocando desequilibrios medioambientales, económicos y sociales; y que, además, van siendo aceptadas por la sociedad.

Aceptamos, la “pobreza” como animal de compañía. Según EAPN-ES la población está en riesgo de pobreza o exclusión social, más de 13 millones de personas. Asimismo, el 45% de la ciudadanía tuvo problemas para llegar a fin de mes y el 14% no tiene medios para calentar su vivienda.

Aceptamos, un “sector público sanitario y educativo” como animal de compañía. Según FADSP tenemos los peores datos con respecto a Europa en euros invertidos por pacientes, camas por cada 1000 habitantes y días de promedio en lista de espera para consultas especialistas, entre otros.

Aceptamos, un “sector educativo con ratios sin calidad” como animal de compañía. Según Eurostat España está a la cola de la inversión en educación en la OCDE, con un 4,2% del PIB, mientras la medio de estos países se sitúa en el 5%. Esto perjudica gravemente a la calidad de la educación puesto que sin bajada de ratio es imposible adaptarse a los retos socioeconómicos de hoy.

Aceptamos, los “desahucios” como animal de compañía. Según el CGPJ en el 2º trimestre del 2022 se practicaron en España 10.816 desahucios. Simplemente debería ser ilegítimo el desahucio ya que atenta contra un derecho fundamental como el derecho a la vivienda.

Aceptamos, el “racismo” como animal de compañía. Según SOS Racismo en el periodo 2017-2021, el número de denuncia ha pasado de 347 a 523 casos, indicando un empeoramiento de los modos de vida de las personas racializadas en España.

Aceptamos, la “homofobia” como animal de compañía. Según el último informe sobre la Evolución de los delitos de Odio en España, existe un incremento de ataques relacionados con la orientación sexual de un 67,63%, en el año 2021.

Aceptamos, el “machismo” como animal de compañía. Según el Ministerio de Igualdad la violencia de género no frena en España con 48 muertes en 2022.

Aceptamos, el “suicidio” como animal de compañía. Según el INE el número de suicidio en España supera las cuatro mil personas y sigue creciendo desde 1980, existiendo un repunte considerable desde el inicio de la crisis económico del 2007.

Aceptamos el “paro estructural” como animal de compañía. Según el Banco de España sitúa la tasa de paro estructural en el 16% activa frente al 17,4% de la Comisión Europea en el año 2022.

Aceptamos, la “generación ni,ni,ni (ni estudia, ni trabajan, ni tiene intención de buscar empleo)” como animal de compañía. Según Eurostat el 19,25%, 278.000 jóvenes, de los españoles de entre 18 y 2 años no está dentro del sistema educativo ni laboral; en los países de la UE la cifra es del 13%.

Aceptamos la “España de las dos velocidades” como animal de compañía. Según Economistas el Índice de Competitividad Regional (ICREG) se refleja claramente diferencias sustanciales con respecto a la generación de oportunidades por territorios. En este caso existe una brecha socioeconómica patente donde la lideran Madrid, Cataluña, Navarra y País vasco y en última posición se encuentran Castilla La Mancha, Andalucía y Extremadura.

Aceptamos, la “inflación” como animal de compañía. Vivimos una época de inflación preocupante que, evidentemente, hace que los productos se encarezcan, independientemente si son básicos o no, y el poder adquisitivo se ve mermado en nuestros bolsillos. Además, hemos llegado a tal realidad que debido al aumento de la inflación, según Eurostat, somos las familias con menor capacidad de ahorro y, por tanto, las menos inversoras de Europa.

Aceptamos, el “cambio climático” como animal de compañía. El cambio climático es un hecho como así lo demuestran las altas temperaturas, y otros fenómenos climáticos debido a las maneras productivas y pautas de consumo tanto de las empresas y de los consumidores.

Afortunadamente, la sociedad está cambiando y ya se vislumbra en el ambiente, a través de manifestaciones y creación de organizaciones políticas alternativos a los existentes, entre otras, la no aceptación de la desigualdad como animal de compañía.

Por último, sabemos que el pulpo tiene más de un corazón, la pregunta es si somos capaces de construir otro sistema con más corazones que la del propio animal marino puesto que el actual brilla por su ausencia.

X la revolución de los desiguales...