Tan agotador como infame

Ni un palabra de reproche, al fin y al cabo es de los suyos, el presidente del Parlament balear, capaz de ofender a una víctima del franquismo más rampante y criminal de antaño, de 1.937, en nombre de unos falangistas que asesinaron a tiros a Aurora Picornell, pasados los años, con la capacidad malévola de seguir ofendiendo su memoria, como no se ha hecho con ninguna de las víctimas de aquel golpe de Estado que derivó en conflicto bélico. Pero aún les duele, les escuece, porque, paradójicamente, aún hoy son incapaces de digerir la victoria guerrera de los suyos, la victoria que han de repetir año a año, porque nunca supieron, ni saben, ni quisieron, ni quieren, perdonar, olvidar.

Tras haber sido archivada la causa contra Mónica Oltra, por falta de sustancia y contenido contra la acusada, la Audiencia de Valencia, aun en contra de la opinión del juez y del fiscal, intenta de nuevo imputar a quien ya fue absuelta de la ignominiosa persecución y acusación, porque “podría encontrarse alguna duda”, aún hoy en día, su mala saña es infinita, en el comportamiento de Mónica Oltra. Es decir no quieren soltar la presa. Les duele, les molesta haberla “soltado”, porque están en contra de la convivencia, cueste lo que cueste seguir envenenando el respeto mutuo y hasta la concordia y la observancia a la ley, aunque sea necesario, de su parte tergiversar la realidad, con el prurito de emponzoñar la vida contra “sus enemigos”, “contra su patria, en nombre de la patria”, siempre en peligro cuando no está a su cargo, incluso con el añadido de “que se van a enterar”, porque destilan