El mal y la malicia

El mal va armado y no se oculta. Se nota la tensión en el puño que agarra el puñal. Si le dan la oportunidad lo clavará, porque el sufrimiento de los “otros” restaura el orden, su orden.

La malicia prefiere no mancharse las manos y hacer una labor de zapa. Alumbra la oscuridad para crear la atmósfera de impunidad que necesita su hermano, para un “vivir en la mentira”. Como magistralmente describió Aleksander Solzhenitsyn:

“No olvidemos que la violencia no vive sola. Está necesariamente enlazada a la mentira. Las dos están unidas por los vínculos naturales más estrechos. La violencia sólo puede esconderse detrás de la mentira, y la mentira sólo encuentra apoyo en la violencia”.

Y para terminar una pregunta nada inocente: ¿existen dos partidos políticos españoles que en la actualidad personifiquen el mal y la malicia? Sí, yo también pienso en esos mismos …