Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Esperanza Aguirre, la ideóloga de un modelo sanitario que hace negocio
El PP usa el “sentido común” para disfrazar su renovado negacionismo climático
OPINIÓN | 'Privatizacionitis sanitaria: causas, síntomas, tratamiento', por Isaac Rosa
Sobre este blog

En este blog publicamos los artículos y cartas más interesantes y relevantes que nos envíen nuestros socios. Si eres socio/a puedes enviar tu opinión desde aquíConsulta nuestras normas y recomendaciones para participar.

Mayor o viejo: esa es la cuestión

0

Ser viejo o ser mayor, una cuestión que transciende lo puramente conceptual. Lo viejo como una percepción emocional que reduce actividades, afectos y opaca lo inmediato. Ser mayor es una consecuencia cronológica, la rebelión de los seis elementos que forman el cuerpo humano para, a pesar de los procesos degenerativos, continuar siendo útil socialmente, dinámicos físicamente, emocionalmente fuertes y activos mentalmente, potenciando ideales como herramienta de esperanza.

Esta sería la concepción teórica de un proceso irreversible, distintas formas de procesar el paso del tiempo. Sin embargo, hay una realidad compleja a la hora de fijar una u otra posición. Las vivencias diarias, la percepción de unos acontecimientos que enfrentan ese presente con el pasado, las forma de enfrentar los mismos problemas de modo que los resultados no sean excesivamente onerosos y es en la aceptación de esos resultados donde radica la voluntad de continuar intentándolo o la de desistir, es una de las razones para ser mayor o viejo.

El paso del tiempo nos va aislando en cuanto se nos van amigos, seres queridos, pero también escenarios de vida, esa cafetería de toda la vida que cerró, esas partidas de dominó que se quedó sin jugadores, las tertulias que cerraron por defunción, los mecánicos, fontaneros, electricistas, carpinteros que dejaron de prestar sus servicios y han dejado huérfanas las chapuzas del hogar. Todas estas circunstancias nos van lastrando emocionalmente y nos hacen mayores si a pesar de todo tratamos de reinventarnos o nos van haciendo viejos si claudicamos a la desesperanza.

El deseo, una emoción, un reto de la autoestima que nos hace sentirnos capaces de disfrutar de nuestro cuerpo, a pesar de la sensación de fragilidad o de disminución de la energía. El sexo, pura química, el detonante que desencadena torrentes de percepciones sensitivas. La química coexistiendo con las emociones, la sexualidad, el erotismo, abrazando a los afectos y es esa sucesión de momentos la que nos hacen sentirnos viejos o mayores, según cómo aceptamos ciertas conductas, compartidas o en solitario, adaptándonos a ellas, aunque haya que asumir determinadas limitaciones. Es disfrutar de la persona a quién se ama, un amor entre quienes se han acompañado en el proceso vital de la existencia. En eso estriba también la diferencia entre ser viejo o mayor.

Sobre este blog

En este blog publicamos los artículos y cartas más interesantes y relevantes que nos envíen nuestros socios. Si eres socio/a puedes enviar tu opinión desde aquíConsulta nuestras normas y recomendaciones para participar.

stats