El porqué de la memoria histórica

No conviene olvidar, para que la presente y futuras generaciones de jóvenes, sepan

la verdad de un hecho histórico de terror, que no deben de consentir se repita nunca

más.

Las minorías privilegiadas que lo provocaron, deben de ser vigiladas durante el

tiempo que existan, para que otras madres y viudas e hijos y nietos, no lleven toda su

vida, la pesada cadena de la Justicia no cumplida.

Corría la primavera del año 1936, y ya se intuía que algo marchaba mal en la

democracia española, una democracia legal y ganada con muchos sacrificios en las

urnas, por un pueblo harto de tanta tiranía y de mal vivir, siempre oprimido por la

oligarquía del momento, y donde las mujeres no tenían cabida en el espectro político,

y así llegó ese día fatídico del 18 de julio, donde los traidores se levantaron en armas

con la idea de revertir el estado de las cosas y cambiar el curso de la historia, como así

sucedió a la postre; en todos los pueblos de España la gente que había apostado por la

república se sintió en la necesidad de defenderse de ese ataque a la democracia, y así

empezó una confrontación que costó muchas vidas humanas, unas vidas que dejaron

atrás historias de mucho dolor, como la de aquel campesino que se decidió a luchar

por lo que el entendía que era de justicia.

Un largo periplo por los distintos frentes de Asturias, y después de sufrir múltiples

heridas, le llevaron al final del año 1938, una vez perdida la contienda en Asturias, a

esconderse cerca de su pueblo, tenía esperanza en que el levantamiento no llegaría a

triunfar, así que se negó a exiliarse, pero cosas de la vida, al final se descubrió que no

andaba muy lejos, y la familia se vio presionada de forma brutal, con fuertes palizas

para que confesaran el lugar donde se escondía, un chantaje cruel que hizo que se

viera obligado a entregarse, lo que pasó a continuación es fácil de adivinar, torturas,

palizas, prisión. etc etc., como muchos de los que pasaron por su situación pasó por la

“casa de los horrores”, esa Quinta de Jose Manuel Pedregal en la que se hicieron

tantos latrocinios, ( Una casa que se había expropiado para usos municipales en Avilés

), tantos que su dueño cuando se la devolvieron no quiso volver a ocuparla; la cárcel

Modelo de Oviedo también vio como sus huesos cada vez se quedaban más ausentes

de carne y en el año 1941 dieron fin a su vida, siendo fusilado junto a muchos más en

los muros del cementerio de El Salvador de Oviedo.

Fiel a sus creencias y después de haber dado la cara por más de un sacerdote durante

la contienda, murió inconfeso, a sabiendas de que eso llevaría su cuerpo a una fosa

común, cosa que así sucedió, a día de hoy 08/12/2021 su cuerpo junto al de muchas y

muchos, está en la fosa común del cementerio de El Salvador.

Qué escribió en su última carta a su esposa es un misterio, siempre la llevaba en el

pecho guardada, y nunca nadie llegó a verla.

Como esta historia se pueden contar a cientos, así que a mi me cuesta mucho pasar

página, y no pienso hacerlo mientras la cabeza me funcione.

¿ Qué quedará de un pueblo si no hay una conciencia que recoja en su historia su

lamento y su duelo ?

¿ Qué quedará del pueblo que desgarran su suelo, que rompen su existencia y

mancillan su sueño ?

Sólo quedarán dudas por siglos venideros