Toca el Estado federal

Estemos seguros de que si la voluntad política y la de los votantes se concentrasen en España en cambiar la monarquía por la República y el Estado de las Autonomías por el Estado Federal, España acabaría con la mayor parte de sus problemas teóricos que desestabilizan lo suficiente al país como para ser causa y efecto al mismo tiempo de los problemas prácticos. Sólo así estaría este país a la altura de los tiempos. A fin de cuentas España es un territorio, a escala, de morfología similar a la de los Estados Unidos de América que es el paradigma del Estado Federal.

En todo caso la característica principal del Estado Federal es que el gobierno central se limita a gestionar la política exterior de los Estados que lo componen, y estos disponen de toda su libertad para regular las demás materias conformes a su orografía, a las características de su naturaleza y a la idiosincrasia de su colectividad. El Senado se configura como una efectiva Cámara territorial, y no como un órgano ahora en España prácticamente inoperante. (actualmente sólo una quinta parte de los miembros de la Cámara Alta española ha sido elegida por los parlamentos autonómicos). Todo ello se completa con un pacto fiscal y una transformación de la Administración de Justicia...

Las diferencias entre el Estado de las Autonomías actual y el Estado Federal, pese a lo que dicen sus opositores, son notables. La prueba concluyente sobre esas diferencias está en los graves problemas originados, cada uno en su momento, por los Estatutos vasco y catalán, enjuiciados estos por los magistrados conservadores españoles.

Y es que no es posible una verdadera y prolongada paz formal y de fondo en una nación compuesta de territorios con muy diferentes sensibilidades y culturas, que se mantienen adosados a la fuerza; por la fuerza de leyes y constituciones amparadas subrepticiamente en la carcoma del éxito en la guerra civil administrado por los herederos de los vencedores. Y luego, por fuerzas económicas minuciosa y astutamente manejadas por los mismos que se obstinan en mantener unidos política y artificialmente a 47 millones de personas, en más de quinientos mil kilómetros natural y sociológicamente heterogéneos, bajo una bandera que sólo les representa a ellos...

El Estado Federal es una cuenta pendiente en España. Una España que ha de superar, primero su historia anterior entre 1939 y 1978, luego las particularidades e historia de sus respectivos y bien definidos territorios, y luego la mezcolanza de sensibilidades contrapuestas que, como los dos polos de un imán, hacen de ella una nación difícilmente gobernable.

En resumen, sólo en el Estado Federal, con una amplísima autonomía de sus respectivos territorios puede estar la solución. Sólo así podría darse por terminada en España la maduración política que a muchos nos parece imposible de otro modo...