Este fin de semana El Periódico (GESOP) y El Punt-Avui (GAPS) publicaron por fin sus primeras encuestas electorales del 27S. Sus estimaciones alcanzan conclusiones muy dispares, por lo que su lectura no ofrece tantas pistas como me hubiera gustado. Aún así, en las próximas líneas desarrollo algunas primeras impresiones para el debate.
Quizás el elemento de mayor interés, pues será uno de los grandes protagonistas, es la participación estimada. El GESOP (para El Periódico) prevé una participación de entre 2 y 4 puntos superior a la 2012. Este aumento respondería muy especialmente a la gran movilización del sector independentista. Si comparamos con la preelectoral del GESOP de 2012, observamos que el aumento de votantes decididos a acudir a las urnas entre los independentistas ha sido el doble que entre los no independentistas. Sorprende que, con este patrón de crecimiento, el bloque soberansita obtenga un resultado tan modesto en comparación con las pasadas elecciones. Según las estimaciones de GESOP, los partidos favorables a la independencia conseguiría entre 67-70 escaños. Así, aún estando al borde la mayoría absoluta representaría un retroceso de unos 4-7 escaños con respecto 2012. Además, los partidos independentistas pederían 3 puntos y se situarían algo lejos de la mayoría absoluta de votos.
¿Son compatibles este retroceso con este aumento asimétrico de participación favorable a los partidarios de la ruptura con España? Este escenario preelectoral tiene algo que ver con 2012, pues entonces fueron también los soberanistas los que mostraron un patrón de movilización más temprano. A priori, estos datos parecería más compatibles con las estimaciones que ofrece El Punt-Avui, en las que las fuerzas soberanistas ascenderían entre 1 y 9 escaños y su porcentaje de voto entre 1.5 y 3.5 puntos.
Los datos del GESOP indican que se mantiene la asimetría de participación según identidad nacional, por lo que aún existe la posibilidad de que ocurra lo mismo que en 2012: una movilización a última hora del sector no independentista. Aún así la encuesta de GESOP nos muestra dos elementos que limitarían algo el potencial alcance de esta movilización no soberanista durante la campaña electoral. En primer lugar, el electorado no independentista parece ya más movilizado que tres años atrás. En este sentido, su capacidad para crecer es menor. Además, la encuesta del domingo de GESOP presenta a los votantes de PP y C’s tan animados como los soberanistas. Este patrón no se observaba en la encuesta preelectoral de GESOP de 2012.
Estos primeros datos sugieren que el margen de crecida de participación a última hora es posible, pero quizás algo menor que la que había tres años atrás. El sector no soberanista estaría ya algo más movilizado antes de iniciarse la campaña electoral. Aún así, un escenario como el que presenta la encuesta ya estaría entre los más favorables para los que no son partidarios de la independencia, pues representaría un notable retroceso del bloque soberanista, el cual se encontraría lejos de alcanzar el 50% de los votos a pesar de su altísima predisposición a participar.
En definitiva, mi sensación es que si nos centramos en los patrones actuales de participación, éstos parecerían estar más cercanos a lo que ofrece El Punt-Avui. Sin embargo, si asumimos que existe potencial para cierta movilización de última hora del sector no independentista, entonces la estimación que publica El Periódico es perfectamente posible que ocurra dentro de unas semanas.
El bloque anti-independentista
Según la encuesta de El Punt, C’s no conseguiría erigirse como el punto focal del voto anti-independentista y el PP evitaría a última hora caer en la irrelevancia política en Cataluña. Los populares serían capaces de cambiar de forma abrupta su tendencia y ascender de nuevo a sus máximos históricos. Se trata de un hecho muy sorprendente y que no es coherente con la tendencia marcada en los últimos años tanto en Cataluña como en el resto del Estado. Es cierto que estamos en un entorno extremadamente volátil, por lo que no debemos tomar por sentado ningún escenario. Aún así, una crecida tan notable del PP sería una ruptura muy abrupta con las tendencias que veníamos observando recientemente.
Quizás, la encuesta del GESOP es más coherente con el escenario que “a priori” muchos analistas teníamos en mente. En esta encuesta, C’s sí se convertiría en un punto focal del anti-independentismo, situándose en segunda fuerza, corroborando el carácter plebiscitario del 27S, o al menos la preeminencia de la cuestión nacional. La encuesta además confirmaría el hundimiento del PP en Cataluña, un reflejo de lo que le está ocurriendo también en el resto de España.
En Cataluña quizás no se pueda
La dos encuestas parecen coincidir en el fracaso de CSQP, que se tenía expectativa que consiguieran el segundo lugar. Puede haber diferentes factores que lo justificarían. En primer lugar, podría tratarse de la falta de liderazgo. Cuando una candidatura se presenta con siglas nuevas, el líder toma una importancia más destacada de lo normal. En efecto, si los ciudadanos no pueden recurrir a la “marca” como guía, entonces deben elegir teniendo más en cuenta el perfil del líder. En estos casos tener un líder ya consolidado y conocido ayuda muchísmo (Ada Colau), pero también se puede construir en poco tiempo el liderazgo con una buena materia prima y una campaña adecuada (Manuela Carmena). Parece que CSQP no se encuentra en ninguna de estas dos situaciones.
En segundo lugar, los resultados de CSQP por debajo de las expectativas puede responder a que el “eje social” no está consiguiendo la preeminencia esperada en estas elecciones. Es posible que, al igual que le ocurre al PSC y a UDC, Podemos sea víctima del monopolio de la cuestión nacional en la agenda política catalana.
Las estimaciones modestas que ambos periódicos ofrecen a CSQP pueden estar basadas en una desmovilización o en decisiones de cambio de voto a otros partidos mejor situados en el debate territorial. Sin la matriz me es difícil de calibrarlo, aunque el viernes pasado mostrábamos en este blog cómo el votante “nacionalista” de Podemos, a pesar de representar una porción minoritaria, es el más volátil.
En definitiva, las encuestas nos dan pistas de cómo evoluciona la competición electoral en nuestro país. Por fin empezamos a disponer de encuestas que estiman el voto del 27S. Sin embargo, éstas aún dejan muchas oscuros. Deberemos esperar al fin de semana que viene.