La Audiencia ratifica la libertad con cargos del abusador confeso de los Maristas

La Audiencia de Barcelona ha ratificado la decisión del juez instructor de dejar en libertad con cargos al pederasta confeso de la escuela de los Maristas Joaquim Benítez, aunque le prohíbe acercarse o comunicarse con los menores que lo denunciaron por abusos sexuales.

En un auto, la sección décima de la Audiencia de Barcelona ha desestimado el recurso presentado por algunas de las víctimas y ha descartado enviar a prisión al abusador confeso, al entender que las medidas que el juez le impuso son suficientes para garantizar que no huya, destruya pruebas o vuelva a delinquir.

Tras tomar declaración a Joaquín Benítez, el titular del juzgado de instrucción número 6 de Barcelona acordó el pasado mes de febrero dejarle en libertad con cargos con la prohibición de salir de España y de tener contacto con menores de edad.

La Audiencia ha mantenido esas medidas cautelares, junto a la prohibición de que Benítez se acerque a 300 metros de las víctimas que lo denunciaron, y razona en su auto que la situación normal de un encausado a la espera de juicio es la libertad, “siendo la excepción la prisión provisional”.

En opinión de la sala, no existe riesgo de fuga del procesado -como alegaba la acusación particular ejercida por víctimas del pederasta-, dado que tiene “nacionalidad española, círculo familiar propio (en concreto convive con un hermano afectado de minusvalía) y domicilio fijo conocido”.

La sala recuerda que el concepto de arraigo de un encausado “no puede entenderse meramente desde un exclusivo punto de vista formal (para el que bastaría el empadronamiento)”, sino como la situación que permite inferir que una persona “tiene motivos y razones importantes” para permanecer localizable mientras espera juicio.

En ese sentido, el tribunal tiene en cuenta como indicios de arraigo del investigado la facilidad para localizarlo, la ausencia de vínculos familiares, bienes y recursos que permitieran establecerse en el extranjero y el “cumplimiento indefectible” de las presentaciones semanales en el juzgado que le impuso el juez.

La Audiencia resalta también la “diligente actuación” del juez instructor cuando citó a declarar a los periodistas de “El Periódico de Catalunya” a los que, en una entrevista, Benítez confesó los abusos y advirtió de que, tras comparecer ante la justicia, tenía la intención de estar “ilocalizable”.

Con esas testificales, añade el tribunal, el juez confirmó que la frase pronunciada por el pederasta obedecía a su “voluntad de zafarse del asedio a que pudiere verse sometido por distintos medios informativos”, pero que “en modo alguno revelaba un decidido propósito de abandonar el país”.

Otro de los elementos que el tribunal tiene en cuenta para mantener en libertad a Joaquín Benítez es el “marco cronológico” en que ocurrieron los hechos, al menos cinco años atrás sin que consten otros posteriores, y el hecho de que el investigado carece de antecedentes penales o policiales.

Según la Audiencia de Barcelona, las medidas a que está sujeto el pederasta confeso “satisfacen razonablemente la neutralización del riego de fuga”, garantizan su disposición ante la justicia y “blindan de forma adecuada la posibilidad de reiteración delictiva”.

“Sentar lo contrario supondría, en opinión de este tribunal, adentrarse en los siempre peligrosos vericuetos de la asimilación a la anticipación de la pena, respuesta esta última que solamente puede tener lugar en el trance sentenciador (...)”, concluye el auto de la Audiencia de Barcelona.