España expresa su preocupación por el golpe de Estado en Burundi

El Ejecutivo ha expresado hoy su profunda preocupación por los acontecimientos que están teniendo lugar en Burundi tras el golpe de Estado, donde siguen los intensos enfrentamientos entre militares golpistas y los leales al Gobierno.

“La violencia y la ausencia de diálogo entre las partes implicadas amenaza con enconar una situación que pone en peligro la estabilidad no sólo de Burundi sino de toda la región de los Grandes Lagos”, señala el Gobierno a través de un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

Así, el Ejecutivo llama a todas las partes a la contención, a no recurrir a la violencia, a recuperar el diálogo y al respeto de los Acuerdos de Arusha, que son “la base para la unidad y el futuro democrático” de Burundi.

“Todos deben respetar los derechos humanos de los actores implicados y de la población civil del país”, afirma el Gobierno.

Considera además necesario crear el marco adecuado y poner fin a la espiral actual de violencia para que puedan celebrarse elecciones “pacíficas, transparentes, creíbles e inclusivas” en el país.

España, en el ejercicio de sus responsabilidades como miembro del Consejo de Seguridad y de la Unión Europea, apoya los esfuerzos de la Comunidad del África Oriental (EAC por sus siglas en inglés), de la Unión Africana y del resto de la comunidad internacional para ayudar a las partes a alcanzar una solución a la crisis.

Los intensos enfrentamientos entre militares golpistas y los leales al Gobierno continúan hoy en el centro Buyumbura, la capital de Burundi, mientras que el presidente, Pierre Nkurunziza, pide calma desde fuera del país e insiste en el fracaso del golpe de Estado anunciado ayer por los militares.

Durante las últimas dos semanas, al menos 20 personas han muerto en las protestas contra las aspiraciones del presidente a presentarse a un tercer mandato, algo que, según la oposición, prohíbe la Constitución burundesa.

La candidatura de Nkurunziza ha suscitado grandes temores en gran parte de la población burundesa -pertenecientes fundamentalmente a los tutsi, etnia minoritaria del país- que apenas hace una década salió de una guerra civil (1993-2005).