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Los bandos del PSOE se miden en plena guerra fría

Pedro Sánchez y Susana Díaz en una imagen de archivo en la campaña electoral.

Irene Castro

El PSOE está en plena guerra fría. Los distintos bandos exhiben sus fuerzas a expensas de que la gestora defina el calendario en el que se librará la batalla. Será “antes del verano”, según el presidente de la gestora. La fecha oscila entre mayo y junio. Los críticos con la dirección interina reclaman que sea en primavera y las plataformas que se están creando impulsadas por los diputados del 'no' a Mariano Rajoy reclaman el congreso ya. Mientras tanto, Pedro Sánchez y Susana Díaz, quienes tienen más posibilidades de presentarse, pese a la búsqueda por el momento infructuosa de una tercera vía, muestran músculo. 

Sánchez ha reaparecido ya dos veces tras su salida de Ferraz y del Congreso. Valencia y Asturias fueron los territorios escogidos por el exsecretario general. Ambos gobernados por presidentes socialistas a los que no dedicó ni una palabra. Su presencia en ambos lugares sentó mal a los sectores oficiales. 

En San Martín del Rey Aurelio, Sánchez destacó a varios dirigentes, entre ellos al presidente de la federación, pero no al secretario general y jefe del Ejecutivo autonómico, quien se ha hecho con las riendas del PSOE tras su dimisión. Sánchez se quejó de que no haya dirección en el partido y acusó de falta de “credibilidad” a la gestora por haber pedido el voto para rechazar a Rajoy y después permitirle gobernar. 

En el equipo de Sánchez acabaron contentos con sendas reapariciones pero entonces comenzó una guerra de cifras, especialmente tras el acto en Asturias, donde sentó muy mal el pulso al presidente Fernández. Mientras que el equipo de Sánchez habla de un millar de militantes congregados en el parque en el que finalmente se produjo el acto, el oficialismo le restaba relevancia y destacaban que había sido un “pinchazo total”. Además desdeñaban la cifra de 500 asistentes “pese a que el Soma se movilizó al 200%”. 

“Había más gente que en el acto central de la campaña en Oviedo. Más allá de que hubiera 500, 1.000 ó 1.500 lo importante es que asistieron sin que fuera un acto del aparato y con los cargos amenazados”, responde un dirigente afín a Sánchez.

Los alcaldes de San Martín y Corvera así como dos miembros del Gobierno de Fernández asistieron al acto junto a las parlamentarias Adriana Lastra y Luisa Carcedo. Ambas formaban parte de la Ejecutiva de Sánchez y han sido degradadas por la gestora en los grupos parlamentarios del Congreso y el Senado, respectivamente. 

La gestora contraprograma

La gestora ha contraprogramado a Sánchez en sus reapariciones. Cuando anunció su presencia en Xirivella, Mario Jiménez protagonizó un acto con militantes en un municipio sevillano. Juventudes Socialistas tiró de José Luis Rodríguez Zapatero, a quien otorgó un premio por la lucha contra la violencia machista, albergado por Emiliano García-Page. “Están nerviosos”, dicen en el entorno del exsecretario general.

El expresidente también fue el reclamo de la gestora cuando Sánchez viajó al Principado. El secretario provincial de León, Tino Rodríguez, organizó un acto –que fue difundido desde los canales oficiales del PSOE– para homenajear a los alcaldes socialistas de la provincia durante la democracia. Desde el sector próximo a la gestora resaltaban la participación de los principales líderes de Castilla y León, que representan la contra del barón regional, Luis Tudanca, muy próximo a Sánchez. 

Los críticos con Tudanca sostienen que han conseguido aglutinar a diversos sectores del partido a nivel regional y que peligra su mayoría. Así, destacan que ha habido 'saltos', como el de Juan Luis Gordo (Segovia), que fue uno de los apoyos de Sánchez que se ha cambiado de lado, o de Pedro Muñoz (Ávila), que en su día fue hombre de la máxima confianza de Óscar López. “No representa a la mayoría de Ávila”, sostienen en el entorno de Tudanca, que también tiene en contra a los líderes de Palencia (Miriam Andrés), Fernando Pablos (Salamanca) y Soria (Carlos Martínez).

Más allá de las demostraciones de fuerza, que tendrán su máximo exponente cercano este viernes en un acto de Susana Díaz con Zapatero en Jaén con motivo del aniversario de la ley de dependencia, en el PSOE hay muchos dirigentes que admiten que un enfrentamiento de Sánchez y la presidenta andaluza sería un “choque de trenes”. 

Dudas sobre la idoneidad de Sánchez

Entre los afines de Sánchez reconocen dudas sobre la idoneidad de que el exsecretario general encabece el proyecto y las miradas de una parte de su equipo se posan en Patxi López que, al menos públicamente, permanece al margen. César Luena y los socialistas vascos son partidarios de esa alternativa y ante las “diferencias de criterio” admitidas entre los sanchistas reconocen que dilatan la decisión porque aún falta tiempo para que se convoque el congreso. Al exlehendakari también quieren ganárselo los partidarios de que Díaz dé un paso al frente. Desde el sanchismo aseguran que el diputado vasco y el exsecretario general estarán “en el mismo barco”. 

Algunos dirigentes socialistas buscan una tercera vía para evitar el enfrentamiento total y, pese al apoyo que la presidenta andaluza recibe de los principales barones, algunos reconocen que “está quemada” ante los militantes.

“Necesitaríamos una operación Zapatero”, reconoce un veterano dirigente que estuvo en el equipo del expresidente y que recalca que en el próximo congreso los socialistas deben centrarse en elegir un secretario general dejando al margen al futuro candidato a la presidencia del Gobierno.

Ese dirigente señala al alcalde de Móstoles, David Lucas, como una de los perfiles que podría hacerse con el mando. El edil de la localidad madrileña fue próximo a Sánchez, pero en el Comité Federal en el que el PSOE optó por la abstención en contra del criterio de la dirección regional de la que es vicesecretario general. Lucas también suena en la federación madrileña como posible aspirante a liderarla. 

“No podemos repetir experimentos fallidos. Esta vez tenemos que acertar”, dice un destacado dirigente, que considera que Díaz es capaz de hacerse con las riendas del PSOE para fortalecerlo en un momento de división absoluta y hundimiento electoral histórico. En el presidente asturiano también se fijan las miradas de algunos dirigentes que le consideran un “referente” capaz de relanzar el proyecto, pero no parece dispuesto. Además, dan por hecho que la presidenta andaluza esta vez sí está determinada a pasar de Despeñaperros. 

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