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Ciudadanos afrontará lo que quede de legislatura decidido a distanciarse del PP de Casado

Albert Rivera con miembros de su Ejecutiva

Carmen Moraga

Ciudadanos ha asumido que la legislatura va a durar más de lo que en un principio pensaba. Pese a las tensiones de Pedro Sánchez con sus socios, los dirigentes naranjas dan por hecho que la intención del presidente del Gobierno es aguantar en La Moncloa incluso aunque no sea capaz de pactar los Presupuestos para 2019, como ya le han advertido los partidos independentistas tras la decisión de la Abogacía del Estado de pedir penas de cárcel por “sedición” para los presos del procés.

Pero los de Rivera creen que, aún así, Sánchez está dispuesto a continuar gobernando con las cuentas heredadas de Mariano Rajoy, con una senda de déficit del 1,3% y no del 1,8% como el líder socialista pretendía y que suponía incrementar en casi 6.000 millones de euros el gasto para el año próximo.

Así que han decidido cambiar de estrategia y distanciarse en los próximos meses del PP de Pablo Casado, al que ven cada día más alejado del centro político, un espacio que los naranjas reivindican a pesar de algunas declaraciones recientes de sus portavoces.

La última entrega de la encuesta del CIS con su nueva versión que obvia el recuerdo de voto y la cocina pero que, en consonancia con los sondeos internos que el partido de Rivera dice manejar, les sitúa como segunda fuerza política por encima de los populares. Y eso empuja al líder de Ciudadanos a buscar un perfil propio que le diferencie de su homólogo del PP. Salvo ante la crisis de Catalunya y en la defensa de la unidad de España, en donde ambos dirigentes coinciden casi milimétricamente en sus planteamientos políticos con duras críticas a Sánchez.

No hay que olvidar que hace tan solo tres meses, según el propio CIS, los españoles veían a Ciudadanos cada vez más escorados a la derecha, incluso en la extrema derecha. Y eso no les gustó mucho. La dirección de Rivera lo negó una y otra vez achacándolo a una percepción de la realidad “distorsionada”.

Además, tras la inesperada irrupción de Vox en el tablero político con su multitudinario acto en Vista Alegre, tanto el PSOE como Unidos Podemos no han parado de alimentar la idea de que Ciudadanos, PP y el partido de Abascal están en las mismas coordenadas políticas, son “trillizos”. La comparación irrita a Rivera y a sus colaboradores. Sin embargo, el acto celebrado este domingo en Alsasua organizado por España Ciudadana -la plataforma impulsada por Rivera- en defensa de la “unidad de España” y en apoyo a la Guardia Civil, ha vuelto a colocar a los tres partidos en un mismo plano. La gran tensión generada, ya esperada, ha provocado el rechazo incluso del PP Vasco y de algunos miembros también de Ciudadanos que en privado reconocen que era innecesario caldear más el ambiente.

Ciudadanos trataba de acudir solo a la localidad navarra en la que fueron agredidos varios guardias civiles en un bar de madrugada y por el que fueron acusados de terrorismo en un primer momento un grupo de jóvenes que pasaron más de año y medio en prisión provisional antes de ser condenados a penas de entre dos y trece años por atentado a la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y amenazas. Pero no les mlquedó más remedio que resignarse a que también acudieran el líder de Vox, Santiago Abascal, y algunos miembros de la dirección del PP, que se mantuvieron en un segundo plano.

Más de una veintena de leyes desbloqueadas

Ese deseo de marcar un perfil propio y distanciarse del PP ha llevado a los de Rivera a decidir el lunes pasado el desbloqueo en la Mesa del Congreso de cerca de una veintena de proposiciones de ley que estaban paradas precisamente por ellos y los populares a base de pedir infinitas prórrogas sobre los plazos de enmiendas a la totalidad.

Entre esas leyes que ahora podrán tramitarse figura la de Estabilidad Presupuestaria que presentaron el PSOE y Unidos Podemos para eliminar el veto del Senado donde los populares tienen mayoría absoluta y pueden tumbar el techo de gasto presupuestario.

La decisión de Rivera de dejar solo al PP en la Mesa, filtrada a algunos medios de comunicación el lunes a última hora de la tarde la víspera de que ese órgano celebrara la reunión habitual de los martes, causó sorpresa y desconcierto. Desde Ciudadanos se esforzaron en aclarar que eso no suponía ningún cambio de opinión dado que ya llevaban “meses” desbloqueando iniciativas para que se pudieran tramitar.

En el PP vendieron la maniobra como un supuesto acercamiento de Rivera al PSOE y se lanzaron en tromba a acusar a Ciudadanos de haberse entregado a los socialistas para que pudieran sacar adelante los Presupuestos de 2019. Incluso dejaron caer la idea de que han cerrado de nuevo un pacto en Andalucía pese a que el líder regional, Juan Marín, ya ha advertido que no volverán a facilitar una investidura a Susana Díaz.

El propio Casado exhortó a Rivera a no facilitar “un mal” proyecto de presupuestos que en su opinión serán “la semilla de una nueva recesión”.“Hago una petición a Ciudadanos para que no desbloquee la tramitación que va a tener los votos de los independentistas, los populistas y el partido socialista”, insistió.

Desde el partido naranja se apresuraron a contrarrestar esas interpretaciones, que tildaron de “bulos”. El primero en salir a la palestra fue Rivera para dejar claro que el hecho de haber tomado esta decisión no implica que estén a favor del proyecto presupuestario de los socialistas, unas cuentas “ilegales”, según remachó, que fueron negociadas “en la cárcel” entre Junqueras e Iglesias. “Nosotros estamos donde estábamos”, zanjó.

Es más, aclararon que el hecho de que empiece a tramitarse la ley de Estabilidad Presupuestaria no implica que vaya a haber presupuestos dado que dicha iniciativa ahora seguirá el trámite ordinario con la presentación de enmiendas parciales para su discusión en comisión. Y tampoco descartan volver a ralentizar esa segunda fase. Además, han vuelto a advertir de que bloquearán en la Mesa del Congreso cualquier intento del Gobierno de no respetar la senda de déficit del 1,3%, que fue la que aprobó la Cámara Baja mientras gobernaba Mariano Rajoy.

El trámite de los PGE durará más de seis meses

Según los cálculos de los de Rivera, pasarán cerca de seis meses hasta concluir todo este proceso de la ley de Estabilidad y, por tanto, no dará tiempo a que haya unos nuevos Presupuestos aunque los independentistas del PDeCAT y ERC, y el PNV se muestren al final proclives a apoyarlos, algo que a estas alturas ven cada vez más difícil.

La formación naranja ha presentado ya en el Congreso una enmienda a la totalidad a la ley para que, si el Senado veta los presupuestos, no los devuelva al Gobierno, sino al Congreso de nuevo y éste los vuelva a votar. Los de Rivera reclaman que en esa segunda oportunidad sean necesarias tres quintas partes de la Cámara para la aprobación de las cuentas.

En el PP aseguran que Ciudadanos “vuelve a su espacio original que es el centro izquierda”, y esperan a su vez “optimizar” la oposición a Sánchez.

A pesar de saber que el presidente del Gobierno no tiene ninguna intención de convocar elecciones, Rivera sigue machaconamente reclamándolas, al igual que hace Casado. El líder de Ciudadanos acusa a Sánchez de haber “engañado” tanto a los ciudadanos como a la Cámara cuando dijo que presentaba la moción de censura contra Mariano Rajoy para convocar cuanto antes esos comicios.

La fecha que Ciudadanos ve más probable para esa importante cita con las urnas es otoño de 2019, una vez que pasen las municipales y autonómicas. No obstante, el primer test será ver cómo queda cada partido en las andaluzas del 2 de diciembre.

Así que durante todo ese tiempo en Ciudadanos quieren ser ellos los que marquen el paso, los tempos de los debates hasta ahora paralizados, ralentizando y ampliando el trámite de enmiendas parciales de las leyes cuando lo crean necesario. “Tenemos la batuta en la Mesa del Congreso”, advirtió Rivera el mismo lunes tanto al PP como al propio PSOE haciendo alarde de su poder parlamentario en ese órgano clave para la tramitación legislativa.

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