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Sectores críticos de Ciudadanos se rearman de cara al Consejo General y al congreso “de la sucesión”

El Consejo General de Ciudadanos, encabezado por Bofill y Zafra, se reúne este sábado

Carmen Moraga

Sectores críticos que han resurgido en Ciudadanos tras la debacle electoral del 10N están caldeando el ambiente de cara a la reunión del Consejo General extraordinario -máximo órgano del partido entre asambleas- que tendrá lugar este sábado en Madrid. Estos grupos organizados en plataformas dentro de las agrupaciones quieren que la nueva etapa, que muy probablemente encabezará Inés Arrimadas, demuestre que la dirección tiene voluntad de “cambio” y se escuche la voz de los afiliados, cuyo papel prácticamente se limita ahora a votar en las primarias.

Estos sectores críticos se oponen a que la gestora esté formada por los antiguos integrantes del Comité Permanente que se reunía este miércoles de nuevo para preparar el cónclave. “Los mismos que han llevado al borde del abismo al partido no pueden gestionar su futuro ni ser parte de la solución”, esgrimen militantes de estos sectores consultados por eldiario.es.

La composición de la gestora será decidida por los 160 miembros de este Consejo General en cuyo seno no suele haber el más mínimo debate y donde casi todo se aprueba por “unanimidad”. La misión de la gestora será preparar las primarias y la V Asamblea General de marzo por lo que su papel es clave en la transición al post-riverismo.

Los estatutos de la formación establecen que en una situación como la que vive ahora el partido es necesario constituir una dirección provisional o gestora, que estará formada por entre diez y quince miembros y que dirigirá el presidente del propio Consejo General, Manuel García Bofill. La figura de Bofill es ya de por sí controvertida porque se le achaca haber sido uno de los principales artífices de la coalición con Libertas, integrada por algunos grupos de ultraderecha y euroescépticos, para concurrir en 2009 en las elecciones europeas de aquel año. La operación fue un fracaso y abrió una importante crisis en el partido de Rivera, quien luego reconoció que fue “grave error”.

No quieren que Zafra esté en la gestora

El que sí estará en la nueva gestora es José Manuel Villegas, tal y como adelantó Inés Arrimadas. Y posiblemente también César Zafra, vicepresidente del Consejo General y coordinador del partido en Madrid, contra el que clama buena parte de la militancia madrileña desde la dimisión de Fran Hervías como secretario de Organización.

La renuncia de quien fue el número 3 del partido llegó después de la salida de varios miembros de la Ejecutiva, como Juan Carlos Girauta, José Manuel Villegas y Fernando de Paramo, que han sido recibidas con respeto por muchos afiliados que en los chats internos expresan ya sin tapujos sus opiniones. Es en estos canales donde se está dando un cierto debate. De hecho, por esos chats se sabe que la salida más celebrada ha sido la de Hervías y que ahora se reclama “la disolución de todas las agrupaciones, comités provinciales y autonómicos” de Ciudadanos como correponsables de la debacle.

Uno de los dirigentes de la máxima confianza del antiguo líder que aún resiste es Carlos Cuadrado, secretario de Finanzas. Pero también el exsecretario general del grupo parlamentario, Miguel Gutiérrez, que tras la marcha de Villegas, Girauta y De Páramo subió un tuit ensalzando el trabajo que ha realizado junto a ellos y su legado, un gesto que al menos hasta ahora no ha tenido con Hervías.

Durante la reunión de este sábado se someterá a votación una única lista de candidatos a integrar la gestora, que para que sea aprobada necesitará contar con al menos dos tercios de los votos de los miembros del Consejo General. En el caso de que no logre esos apoyos se presentará otra lista, y así sucesivamente hasta que a alguna le den su visto bueno.

No obstante, las posibilidades de que la lista 'oficial' sea derrotada son pocas dado que la mayoría de ese órgano está formado por cargos y dirigentes del 'aparato'. Su composición actual se decidió en la IV Asamblea General celebrada en febrero de 2017 por lo que los consejeros son o eran afines a Rivera y a su equipo. De las 160 personas que forman este órgano, 125 son representantes elegidos por los afiliados. A esa cifra hay que sumar a los miembros del Comité Ejecutivo -que se disolvió tras el 10N quedando solo en funciones el Comité Permanente presidido por Villegas-, y a los portavoces de los Comités Autonómicos y del Comité Internacional.

Los críticos, organizados en plataformas, exigen cambios

Tras la hecatombe electoral, hay consejeros que comprenden que es necesaria la renovación y se han comprometido a trasladar las propuestas de los críticos. En Madrid, la plataforma 'Compromiso Ciudadano' ha redactado un decálogo de propuestas para que algunos miembros del Consejo las trasmitan en su nombre.

De momento piden un cambio en el artículo 19.6 de los estatutos para las Asambleas Generales puedan ser convocadas cuando se estime oportuno. Hasta ahora no puede realizarse ni cuatro meses antes de la celebración de elecciones -ya sean generales, municipales o autonómicas-, ni cuatro meses después, lo que limita mucho su convocatoria. “Esto puede ser perjudicial para los intereses del partido”, argumentan portavoces de este grupo, ya que podría ocurrir que se convoquen comicios en Catalunya y no se pueda renovar a la cúpula del partido hasta cuatro meses después “en un momento tan importante como este”.

De cara a la Asamblea General proponen también que los compromisarios que salgan electos “deben votar por los intereses de la mayoría de afiliados” y “su voto no debe ser influenciado ni dirigido por ningún órgano del partido”.

Además, piden que las votaciones para las elecciones de esos compromisarios, en caso de que las haya y así lo establezca el nuevo reglamento, “deben ser, libres, secretas y no telemáticas”. Además, se oponen a que se vote “a mano alzada”, exigen que el voto “debe ser libre y secreto”.

Los sectores críticos reclaman la modificación del artículo 41, para que los candidatos a la alcaldía y todos los cabezas de lista de las circunscripciones electorales generales, autonómicas y europeas, “sean elegidos mediante primarias independientemente del número de afiliados del censo”.

Junto a esto exigen que “se respete el reglamento de cargos institucionales donde cualquier familiar con lazos de consanguineidad no puede ser contratado sin el visto bueno de todo el Comité Ejecutivo”.

Los sectores más revueltos del partido rechazan volver a caer en “los hiperliderazgos” porque creen que puede ser “más de lo mismo”. “Esta vez los afiliados y militantes no queremos empezar la casa por el tejado, no es momento de desanimarse, es el momento de hacer bien las cosas, ir con tranquilidad y empezar por los cimientos”, afirman en su manifiesto.

Una vez se conforme la gestora, el siguiente paso es la convocatoria de primarias para la presidencia del partido. Los miembros de este órgano de dirección provisional podrán formar parte de la nueva Ejecutiva siempre que dimitan 15 días antes de la celebración de la Asamblea General, según explican fuentes del partido.

Los afiliados votarán a los candidatos unos días antes de la V Asamblea General de Ciudadanos prevista para la primera quincena de marzo de 2020. El cónclave congregará a cientos de delegados de toda España, que serán los que refrendarán con su voto la composición de la nueva Comisión Ejecutiva Nacional y determinarán si quieren cambios o no en el modelo y el proyecto de partido.

Finalmente, algunos de estos afiliados alineados con los críticos añaden otra petición: que se activen mecanismos para que la militancia pueda opinar y votar asuntos trascendentales para el partido, como el voto del grupo parlamentario en la próxima investidura de Pedro Sánchez. Una consulta interna similar a la que ponen en práctica en el PSOE, Unidas Podemos y ERC, aunque en algunas formaciones no sea vinculante.

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