Ciudadanos peleará en Galicia para que Arrimadas salve los muebles con un escaño por Pontevedra
Galicia sigue siendo para Ciudadanos un hueso duro de roer, y una de las tres comunidades -junto con Euskadi y Navarra-, donde el partido nunca ha conseguido representación en sus parlamentos autonómicos. Las perspectivas esta vez tampoco son buenas. La última encuesta del CIS vaticina que ni Vox ni la formación de Inés Arrimadas logrará allí escaños el próximo 12 de julio, fecha de la cita con las urnas.
La negativa de Alberto Núñez Feijóo a formar con ellos una coalición electoral y el hecho de que el todopoderoso barón del PP vaya 'por libre', va a dar carta en blanco para que en la campaña la candidata a la Xunta de Ciudadanos, Beatriz Pino, se lance a criticarle pese a que su partido es aliado del PP en Euskadi y cogobiernan en Madrid y otras comunidades.
Ciudadanos afronta las elecciones con la aspiración de lograr al menos un escaño por Pontevedra, la provincia por la que se presenta Pino.
En la dirección de partido se muestran optimistas y esperan romper los malos pronósticos que no solo el CIS sino otros sondeos les están dando, dejándoles fuera del Parlamento, convencidos de que el electorado menos radical y los indecisos valorarán ese giro al centro que Arrimadas ha decidido dar en estos meses de pandemia pactando con el PSOE pero manteniendo a la vez sus acuerdo de Gobierno con el PP. Una estrategia que defienden en base a su principio de hacer “política útil”.
Los cálculos que hacen en Galicia es que solo con repetir en Pontevedra el resultado de las elecciones generales del pasado 10 de noviembre, es decir, 23.000 votos, lograrían un acta por esta provincia. Eso salvaría los muebles a Arrimadas en su primer doble reto electoral como presidenta del partido. “Vamos a por ello. No estamos tan lejos como parece”, afirman, animados, fuentes de la dirección de Ciudadanos.
Pino ya consiguió un escaño en Congreso por esta circunscripción en las elecciones generales de 28 de abril, en las que el partido sacó otro diputado por A Coruña, aunque seis meses después, tras la repetición de los comicios del 10N, los perdió. Fuentes del partido, no obstante, reconocen que esta “es una campaña difícil para nosotros, pero no tenemos nada que perder”, dado que parten de cero.
El deporte será una de sus principales apuestas. De hecho, Pino arrancaba este jueves la campaña en un parking de la Playa de Samil, en Vigo, situado entre las canchas de tenis y de baloncesto junto a la portavoz de la Ejecutiva nacional, Melisa Rodríguez. El sábado programaron un acto en el municipio fronterizo de Tuy junto al partido liberal portugués.
Y este domingo, la candidata a la Xunta, que es sobrina del ciclista Álvaro Pino, la portavoz nacional, y el portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, abanderaban una caravana de bicicletas “por la igualdad”, en torno a Ponteareas y Porriño, con la que celebraron el Día del Orgullo LGTBI.
La idea es lanzar el mensaje de que hasta que no se cruce la línea de meta “nada está decidido” y “mucho menos la mayoría absoluta” que aspira a revalidar el presidente de la Xunta. El único debate electoral que se prevé en campaña puede ser decisivo para la aspirante de Ciudadanos.
En la formación alertan de que puede haber una alta abstención en estos nuevos comicios, sobre todo de gente mayor, una circunstancia que, a juicio de la dirección, va a perjudicar fundamentalmente al PP que tiene una buena bolsa de votos en ese sector de la tercera edad.
Pino confrontará con Feijóo
En Ciudadanos no consideran un problema el hecho de que en el Congreso estén pactando con el Gobierno de Pedro Sánchez y en Euskadi tengan un acuerdo electoral con los de Casado o gobiernen en varias autonomía con el PP. Eso aseguran que no les impedirá atacar durante la campaña al presidente gallego al que acusan de haber incumplido muchas de sus promesas y de tener a Galicia “paralizada” y con “problemas endémicos” sin resolver.
Pese a que quieren huir del “tono bronco” y del “frentismo”, advierten de que “tendremos que sacarle los colores a Feijòo y denunciar que ha convertido la región en su finca particular”, según adelantan fuentes cercanas a la candidata, que recuerdan, además, que el dirigente del PP de Galicia “esconde sus siglas” porque “no tiene nada que ver con lo que es el partido de Casado a nivel nacional”.
El acto central de la campaña contará con la presencia estelar de Inés Arrimadas que hará un alto en su baja por maternidad para apoyar a Pino, aunque el día y el lugar de ese acto aún no está cerrado. “El partido no va arrugado”, “es hora de mover la silla a Feijóo”, insisten en Ciudadanos, en donde no descartan “sorpresas”. Todo con tal de que la nueva líder del partido pueda salir airosa de este primer doble reto electoral al que seguirá otro mucho más determinante: los comicios en Catalunya, el feudo de Arrimadas, en donde Ciudadanos, que irá de la mano del PP como 'pago' a su alianza en Euskadi, sabe que todo apunta a que perderá la hegemonía que lograron en 2017 con ella como aspirante a la Generalitat. La única incógnita que les queda es saber por cuánto.
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