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Ciudadanos renuncia a su discurso contra el 'cupo' navarro para ir con UPN en las próximas elecciones

Albert Rivera, en un acto en la localidad navarra de Alsasua con Fernando Savater

Carmen Moraga / Miguel M. Ariztegi

Habrá acuerdo electoral entre Ciudadanos y Unión del Pueblo Navarro (UPN) para concurrir en coalición en las elecciones generales y forales y en algunos municipios navarros. La coalición se llamará Navarra Suma y ha sido aprobada por el 94% del Consejo Político del partido regionalista. El pacto, al que ya se unió el PP -acuerdo que recibió el apoyo del 72% del Consejo Político-, solo persigue un objetivo: arrebatar en Navarra el poder al cuatripartito que preside la dirigente de Si Geroa Bai, Uxue Barkos, con el apoyo de EH Bildu, Podemos Orain Bai e Izquierda-Ezkerra.

Para ello, la formación de Albert Rivera no solo ha aceptado renunciar a sus siglas para formar una coalición, sino que ha asumido que tendrá también que renunciar a su discurso contra “los privilegios” que a su juicio suponen tanto el “cuponazo” vasco como el Convenio Económico Foral y la Hacienda Navarra, que han sido sus principales caballos de batalla en las anteriores elecciones autonómicas.

Precisamente, esa oposición radical a aceptar un tratamiento fiscal diferenciado para ambos territorios llevó a Ciudadanos a fracasar tanto en las autonómicas vascas como en la elecciones forales de Navarra en donde no consiguieron ningún parlamentario. No obstante, en esta última autonomía estuvieron a punto de entrar y de desbaratar los planes del actual cuatripartito. En los comicios de 2015 les faltaron entre 130 y 150 votos para entrar en el Parlamento -la barrera está en el 3% y se quedaron en un 2,96%- otorgando con ello a Geroa Bai su noveno parlamentario, que logró sumar con el resto de los partidos la mayoría de 26 diputados que hoy sostienen el Gobierno de Navarra.

Tras esta alianza, Ciudadanos deja atrás los incendiarios discursos de Rivera contra el “cuponazo” y los “acuerdos con los nacionalistas en un cuarto oscuro”. Tanto han bajado el listón que ahora solo hablan de una posición de “respeto” y de defensa de la “singularidad” navarra. Dentro del pacto, el posicionamiento que prevalecerá en este espinoso asunto será el que marque la dirección de UPN.

Fuentes de la formación de Rivera justificaban ese giro en su discurso asegurando ahora que ellos nunca se han opuesto ni se van a oponer nunca a un tratamiento fiscal diferencial para Navarra o el País Vasco siempre que se “respete la Constitución y se garantice la igualdad territorial en toda España”.

Apoyos mutuos a futuras investiduras

Además, en el acuerdo se establecerá un mutuo apoyo a las posibles futuras investiduras. Los de UPN se comprometen a votar a favor de Rivera si el 28A Ciudadanos es la lista más votada de entre las “fuerzas constitucionalistas” y suma para gobernar. Y la formación de Rivera, a apoyar un gobierno liderado por Javier Esparza, líder de UPN, en caso de que en Navarra puedan desbancar a Barkos. Idéntica cláusula han rubricado los de Casado en el caso de que la lista más votada tras las generales sea el PP, que se ha aferrado a su pacto paralelo con los regionalistas en un intento por no desaparecer en Navarra.

Este lunes, el secretario general del partido, José Manuel Villegas, explicaba el acuerdo de conveniencia entre las dos formaciones asegurando que “hay una necesidad de sumar en defensa de la españolidad de Navarra, de la Constitución en todo el territorio español y alcanzar un Gobierno constitucionalista”.

Por la tarde, la dirección de UPN se reunía para ultimar los detalles del acuerdo que tendrán que ser refrendado este martes por la Ejecutiva de Ciudadanos. Será entonces cuando se empiece a hablar de nombres para conformar las listas.

Dos bloques enfrentados en las próximas elecciones

La estrategia electoral del centro-derecha regionalista navarro está clara: UPN es el partido más votado de la Comunidad foral, con 15 escaños en el Parlamento. Y probablemente lo volverá a ser en las próximas elecciones. Sin embargo, el cuatripartito de izquierda vasquista que sostiene a Barkos es un hueso duro de roer. Aunque cuenta con una mayoría exigua, de 26 sobre 50 parlamentarios, gracias a la suma de votos de Geroa Bai (9), EH Bildu (8), Podemos-Orain Bai (7) e Izquierda-Ezkerra (2). Sin embargo, la posible mengua del partido de Pablo Iglesias complica el horizonte al cuatripartito, al igual que se lo aclara a los regionalistas.

Si se ratifica el acuerdo con UPN, Ciudadanos se asegurará una presencia en Navarra, pero deberá pagar el precio de la coherencia de su discurso. El PP se beneficiará también colateralmente de ese nuevo pacto con sus socios navarros -yo lo hubo hace años pero se rompió- aunque no logre escaño.

Tanto desde Ciudadanos como desde UPN miran de reojo lo que pueda decidir Vox. Abascal no ha desvelado aún si concurrirá en un territorio que conoce bien. La dificultad para encontrar un candidato parece ser el motivo que está haciendo retrasar la decisión. Si Vox entra en juego podría condicionar los planes de coalición de estos tres partidos. Así lo reconocen fuentes de UPN a eldiario.es. Por ello, y si se diera esa circunstancia, apelarán “al voto útil”.

Otro factor importante es el papel que jugará el Partido Socialista de Navarra (PSN). El panorama que se presenta tras la elecciones es de dos bandos opuestos: la izquierda vasquista contra regionalistas de centro-derecha. Pero por la debilidad de Podemos los primeros y por la falta de apoyos más allá de su coalición los segundos, necesitarán muy probablemente la colaboración de María Chivite y el PSN, que pese a no tener previsiones de variar excesivamente al alza -si se exceptúan las últimas encuestas elaboradas bajo el efecto Pedro Sánchez- , volverá a ser una vez más el partido bisagra de Navarra, aquel al que todos cortejan. Aunque Chivite dice que quiere ser presidenta, Uxue Barkos ya ha deslizado que le gustaría lograr una mayoría progresista de 33 escaños, que conseguiría con los votos de los socialistas.

El acuerdo se amoldará a los tres partidos en temas 'sensibles'

Por otro lado, el acuerdo entre UPN y Ciudadanos, según fuentes de la formación navarra, no obligará a sus socios electorales a votar medidas que afecten a la 'conciencia' individual de cada uno, como es el tema del aborto, en el que hay discrepancias. UPN es un partido antiabortista y ultracatólico, y Ciudadanos se opone a cualquier reforma que modifique la actual ley, mientras que el PP de Casado ha endurecido su posición, aunque haya decidido aparcar ahora el tema.

En lo que si coinciden tanto UPN como Ciudadanos y PP es en la supresión de la disposición transitoria cuarta de la Constitución, que permitiría un referéndum para la incorporación de Navarra a Euskadi. Ahí harán siempre piña.

Una vez ratificado el acuerdo, los tres partidos empezarán a hablar de listas tanto para las generales como para las elecciones forales y municipales, otro asunto que tendrá que solventar con rapidez y que no estará exento de tensiones.

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